La vocería de Jesús Ramírez: cuando la transparencia estorba

No debe ser fácil seguirle el paso a un presidente tan poderoso, autosuficiente y explosivo como Andrés Manuel. Mucho menos cuando ha hecho de la transparencia al máximo nivel su principal bandera. Muestra de esto es la manera como la vocería de Jesús Ramírez ha manejado —por ponerle un nombre— el escándalo de las cartas al rey de España y al papa.

Partamos desde la primera versión: El País publica que sus contactos le filtraron la existencia de la carta al rey Felipe. ¿Cómo reacciona comunicación social de la Presidencia? Silencio, deja que el escándalo aumente de volumen hasta que sea lo único de lo que se hable en el debate público. Para que sea el mismo Andrés Manuel quien lo confirme y agregue que también al papa Francisco le llegó su cartita.

Acto dos: dadas las respuestas casi inmediatas por parte de la Corona y la Iglesia, los medios mexicanos obviamente quieren los documentos para conocerlos a fondo, no solo lo que el presidente dice. De nuevo, silencio por parte del equipo de Ramírez, pero con una variante: Reforma, el diario opositor “fifí” de la mafia del poder, tiene la carta. Solo para tus ojos, Pardinas.

¿Por qué el hermetismo si el mismo presidente ordena apertura total? ¿Por qué si el documento es apócrifo, como el mismo Ramírez aseguró después, no desmentirlo públicamente? Si ya encauzaron el debate nacional hacia este tema, muy menor ante otros que se desarrollan al mismo tiempo, ¿por qué apostar por la incertidumbre?

Ramírez ya es cliente de este espacio, en donde hemos descrito a grandes rasgos por qué su trabajo no es ser vocero de Andrés Manuel, sino facilitar que este sea su propio vocero. Pero este caso es particularmente útil para demostrar lo que ya se ha dicho: la misión de Ramírez es que Andrés Manuel no solo inicie el flujo de información, sino que lo domine 24/7. A como dé lugar. Así esto signifique implementar una definición personal y ambigua de lo que es la transparencia.

Pedro Ferriz tercero, el conciliador improvisado

Pedro Ferríz llegó esta mañana a Palacio Nacional y convencido de ser la estrella de la mañana, como otros lo han intentado, se sentó en la silla que queda justo frente al presidente.

Rumbo al final de la conferencia matutina, el comunicador alzó la mano y Andrés Manuel lo ungió con el derecho a la palabra porque, ahí sí habla “quien diga su dedito”. Entonces aprovechó la oportunidad para “pedirle” al presidente que dejara de atacar a la “prensa fifí” que lo cuestiona y se pusiera a trabajar por México. Es más, aseguró que era un deber terminar con la confrontación entre “fifís y no fifís”.

Lo curioso es ver cómo en su Twitter él mismo se denominaba como parte de ese grupo “fifí”, aunque hoy se arrepintió y lo quitó. Otra cosa es que asegura que hay que terminar esa “confrontación”, pero hoy se la pasó presumiendo que se volvió TT y le dio la palabra el presidente mientras que a un famoso youtuber no le hizo caso. Ferriz se ha mostrado incluso violento con los seguidores del presidente. Ayer mismo estuvo twitteando cosas como “¿Si los pendejos volaran, hubiera @PartidoMorenaMx cancelado el #NAICM?” .

¿De dónde le nació entonces el sentimiento de evitar la confrontación entre unos y otros de la noche a la mañana?

Sheinbaum carga contra los comités vecinales

Este martes la jefa de Gobierno emitió su opinión sobre los comités vecinales a los que considero una forma de “compra del voto de algunos partidos políticos”. Comentó que (irónicamente) cuando ella era delegada de Tlalpan, se percató de tales prácticas clientelares, pues “los representantes vecinales se volvían más bien gestores que estaban afiliados a un partido político y se perdió realmente la organización ciudadana”.

Lo curioso en este caso es que cuando ella fue delegada de Tlalpan pertenecía al PRD (partido que antes era amo y señor de prácticamente toda la administración pública de la CDMX). A pesar de esto, la mandataria prometió que peleará por la vía legal para crear mecanismos de verdadera participación, sin compra de votos.