Nación
Plantean mujeres educar desde la niñez para erradicar machismo
En el marco de las actividades que realiza el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con motivo de la conmemoración del día de la mujer, se llevó a cabo el panel “Ser Mujeres en México” en la Capilla Gótica en las instalaciones del Centro Cultural Helénico.
En el desarrollo de dicho conversatorio las panelistas Avelina Lésper (historiadora, columnista y crítica de arte), Nicole Reich de Polignac (directora ejecutiva de Cardif México), Mónica Lavín (escritora y periodista), Ana María Lomelí (periodista y profesional de la comunicación) y Paola Milagros Espinosa Sánchez (clavadista y medallista olímpica), compartieron de propia mano sus testimonios respecto a sus experiencias de lo que significa ser mujer en sus ámbitos y los retos que conlleva a pesar de que estamos en pleno 2019.
Y es que el día internacional de la mujer es un buen pretexto para tomar conciencia de los avances, desafíos y entender que la base para lograr la paridad es una educación que erradique prácticas de machismo desde pequeños. A continuación verás que si bien las mujeres han avanzado, todavía hay mucho camino por andar.
Mónica Lavín (escritora y periodista)
¿Cómo es ser mujer en México en la literatura?
Debemos empezar por uno mismo y los miedos, me tardé en reconocer mi vocación. Escribir en solitario y resolver el texto es una parte del asunto; es la decisión tomada, pero eso no puede existir sin lectores y debe haber un libro publicado, entonces el primer obstáculo fue encontrar la posibilidad de ser publicada aunque no tomé conciencia de que mi condición de mujer fuese un obstáculo en sí mismo hasta que un día envié “Ruby Tuesday no ha muerto”, un libro de cuentos al concurso Gilberto Owen y tuve la fortuna de ganarlo.
Los libros se mandan con pseudónimo, yo escogí uno de hombre porque hasta en eso piensas “bueno, para que no crean que soy mujer porque qué tal si…”. No conocía a nadie de Culiacán y cuando me hablaron me emocioné pero lo que me dijeron fue “creímos después de leer tus cuentos que eras hombre”, fue la primera vez que me plantee: “¿los hombres y las mujeres escribimos diferente?”, porque yo no tenía conciencia de “soy una mujer que escribe desde ser mujer”, porque yo escribía cuentos, ficción, haciendo mundos alternativos y había mundos violentos o sexuales. Entonces fue la primera vez que dije hay una idea allá fuera de lo que escriben las mujeres y una idea distinta de lo que escriben los hombres.
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Avelina Lésper (historiadora, columnista y crítica de arte)
¿Cómo es ser mujer en México en el análisis del arte contemporáneo?
No fue mi carrera lo que se volvió un problema, fue mi determinación de decir lo que pensaba como espectadora del arte, decir lo que pensaba de lo que observaba. Estamos en una sociedad en la que todo el mundo está acostumbrado a callarse de muchas cosas y como mujer si abres la boca se espera que digas algo agradable, no fue lo que sucedió conmigo. Expresé por ejemplo, que en el arte contemporáneo las cuotas de género han representado parte de la dictadura de la mediocridad y eso ha generado muchísimo daño al arte. Dije que en el arte VIP como yo lo bauticé, que es video, instalación, performance, las cuotas de género facilitan la entrada en un museo.
Basta con que alguien diga soy activista, soy feminista, inscribirse en un grupo racial o vulnerable o cualquier otra cosa y eso le permite una entrada en el museo, así lleve la apoteosis del lugar común: muñecas barbie, botes de limpiadores. El performance reciente que acaba de tener Sarah Lucas que estrelló mil huevos contra una pared y además le llamó pintura, con las connotaciones obvias comprendidas por todos ustedes. Entonces, en el momento que yo dije: eso no es arte, eso es simple chantaje social y exhibicionismo cuando una performance se desnuda y se embarra la menstruación, se puso todo el mundo histérico, hombres y mujeres, es muy interesante porque se presenta el fenómeno de que hay muy poca sororidad femenina.
Nicole Reich de Polignac (directora ejecutiva de Cardif México)
¿Cómo es ser mujer en México en el ámbito empresarial?
Vaya pregunta. Busqué una frase para compartirla: Ser mujer en el primer mundo es difícil pero serlo en el resto del mundo es heroico. Lo primero que quiero que sepan es que yo nunca planee hacer la carrera que hice, yo imaginaba mi vida tal como fui educada: casada, criando hijos y teniendo hijos y estando en mi casa. No fue un plan súper estratégico desarrollado de esto es lo que quiero hacer, se fueron dando las cosas de una manera natural, que a veces hasta me sorprendía y de alguna manera ibas de un reto al otro.
Quizás, si pienso en las ventajas que tuve para estar donde estoy hoy, creo que tuve una educación que no fue discriminatoria o sea éramos tres mujeres y un hombre en mi casa, nunca nos trataron distinto. Siempre me gustó estudiar, si algun dia me diera el lujo sería estudiante profesional y creo verdaderamente que la preparación también fue de esas cosas que te ayudan mucho. Cuando pienso qué cosas fueron más difíciles, probablemente la situación económica no siempre fue la mejor así que empecé a trabajar muy chica y de una manera muy graciosa, creo que me curé de espanto en temas de discriminación o ser mujer en un mundo de hombres con mi primer experiencia laboral. Yo quería estudiar la maestría pero no tenía ni de broma los medios para pagarme una maestría así que fui a una feria de empleos para recién egresados de las universidades y una de esas empresas decía que si sacabas buenas calificaciones te pagaban la maestría y resulta que era la industria automotriz en México, yo estaba enfocada en me van a pagar la maestría y tengo que decir que eso de alguna manera me hizo perder todo el miedo porque después de que estás en ese ambiente ya ninguno te asusta. En las mañanas para llegar a la oficina tenía que atravesar toda la planta y era un chifladero y el día que no lo hacían yo decía: ¿que vine fea hoy?, porque te acostumbras.
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Ana María Lomelí (periodista y profesional de la comunicación)
¿Cómo es ser mujer en México en el ámbito del periodismo?
Yo recuerdo que me peinaba mi abuelita y me decía: yo estoy segura que tú vas a ser una niña muy linda, muy obediente, lo mejor que va a pasar es que vas a trabajar en un banco, vas a ir muy elegante, vas a contar el dinero y vas a salir a las dos de la tarde y te vas a ir a tu casa. Yo pensaba que era algo muy respetable pero no me hacía ilusión. Además como me iba a casar y los hijos, mi abuelita lo tenía todo resuelto pero yo apenas estaba en sexto de primaria no sabía qué estudiar, me entró la angustia porque si me iba a casar, tener hijos, no iba a tener tiempo para acabar la carrera, titularme, trabajar, ser exitosa.
Empecé a buscar trabajo desde el primer semestre pero no tenía experiencia ni conocidos. Me invitaron a un programa de jóvenes pero tenía que cesar mis estudios porque era a la misma hora de la universidad, cuando se lo dije a mis papas se enojaron, de por sí ser la primogénita y mujer universitaria me convertía en oveja negra de la familia, mi mamá lloraba amargamente, porque decía que cómo era posible que una niña de familia le hacía esto. Mi vida cambió y aunque la sufrí en ese momento fue muy interesante, porque me alejé de lo que querían de mí, me fui por lo que yo sentí aun con el miedo de pensar que iba a fracasar, yo quería luchar.
Cuando me casé me di cuenta que yo sola por la educación que recibí, me comprometí a hacer todo. A tener perfecta la casa, los hijos, a mi esposo su ropa. Mi esposo me preguntaba que si yo necesitaba ayuda pero me di cuenta que yo solita me metí en ese lío, porque fue parte de mi educación, porque a veces nosotros estamos equivocados antes que los demás.
Paola Espinosa Sánchez (clavadista y medallista olímpica)
¿Cómo es ser mujer en México y a nivel internacional en el ámbito del deporte?
Yo empecé en el deporte por pura casualidad. A los seis años empecé en los clavados; no me daba miedo y surgió la oportunidad de venir a la Ciudad de México a una selección infantil-juvenil pero sin mi familia, simplemente porque me gustaba, me apasionaba, quería llegar a unos juegos olímpicos.
Conforme avancé, me di cuenta que no había medallistas olímpicos mujeres en clavados y menos en plataforma de diez metros que es lo más alto, yo dije quiero ser la primer mujer que gane una medalla en este deporte. Es complicado porque al principio nadie cree en ti, que como no ha habido una o la primera que lo haga, es muy difícil que te volteen a ver pero a mí no me importó yo seguí entrenando y soy la primer mujer medallista en clavados.
Por: Regina García
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