8 de marzo, ola verde y la reinvindicación de los derechos de la mujer

Es 8 de marzo a las 4 de la tarde en punto, lugar: el emblemático Ángel de la Independencia. Aquel monumento alado convertido en símbolo patrio. Sin saberlo, tiene algo en común con esta manifestación, las mujeres más que en cualquier día exigen independencia sobre su cuerpo, se organizaron para decir basta a todas las injusticias que viven por nacer mujeres, basta a aquellos que violentan su derecho a decidir, gritan basta al amor que se torna violento. Marchan por Lesvy, por Fátima y por todas aquellas a quienes les quitaron la vida. Marchan para exigir al conjunto de instituciones encabezadas por Andrés Manuel López Obrador que sus derechos no son objeto de una consulta, para exigir a las y los legisladores que intentan aplazar una discusión que cuesta vidas: la legalización del aborto en el país.

Ximena considera un insulto lo que sucedió en el Congreso de Nuevo León, la criminalización hacia las personas más vulnerables, de aquellas que no pueden salir de la entidad para realizarse un aborto. Su amiga, que sostiene una pancarta donde se lee “#sermujer bajos mis propios términos como lucha y resistencia política”, piensa que el 8 de marzo ayuda a afirmar la identidad de mujer como resistencia. Exigen la legalización del aborto.

Sarah, en silla de ruedas, expresa que las autoridades tienen una cuenta pendiente con los derechos humanos de las mujeres, con el reconocimiento de lo que las mujeres realizan en los diferentes espacios, con las injusticias como la desigualdad de salarios.

Maricela Gastelu, activista por los derechos políticos de la mujer, nos explica que está en contra de la trata política, de aquellos hombres que utilizan la cuota de género para perpetuar su poder y beneficios de ocupar un cargo público, obligando así a las mujeres a postularse.

María Andrea utiliza su cuerpo desnudo para manifestarse, para salirse de los esquemas y pedir sororidad. Señala al patriarcado como el común denominador de muchos movimientos de la actualidad, así como de muchos de los problemas que aquejan a la sociedad, a los invisibles y a los vulnerados.

Por último, “la revuelta” un grupo de feministas que tuvo su origen en los años 70´s, dice estar buscando el paraíso, son mujeres orgullosas que portan el pañuelo verde, símbolo principal de la marea verde, exigen la legalización del aborto para que sea libre y gratuito. Consideran que está sucediendo un resurgimiento del feminismo, arma que les ha ayudado a las mujeres a enfrentarse a situaciones de precariedad y exceso de violencia. Sentencian: “esta marcha va a crecer cada vez más hasta que las circunstancias cambien y haya seguridad para todas”.