¿El día de Bolsonaro? Elecciones en Brasil arrancan en medio de incertidumbre

Las elecciones en Brasil comenzaron esta mañana con dos contendientes claros a la Presidencia de la República: Fernando Haddad, el avatar de la izquierda de Luis Inácio Lula da Silva, y el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien acudió a la casilla desde tempranas horas en medio de un fuerte operativo de seguridad para salvaguardar su integridad.

A las 9 de la mañana hora de Rio de Janeiro, ‘El Mito’ Bolsonaro arribó a la casilla del barrio Villa Militar donde se mostró confiado de ganar la presidencia en la primera vuelta electoral. Aunque las encuestas lo colocan como el candidato a vencer, el ex-capitán del Ejército aún está lejos del 50 por ciento de los sufragios que evitarían una segunda ronda el próximo 28 de octubre.

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A un mes del atentado contra su vida Bolsonaro apareció junto a sus hijos Carlos y Flavio, quien también busca llegar al Senado. Los tres portaban chalecos antibalas y eran custodiados por más de una docena de elementos de seguridad para evitar que la multitud se acercara demasiado al aún convaleciente candidato del Partido Social Liberal.

Bolsonaro parte como el principal contendiente hasta con 15 puntos porcentuales por encima de Haddad del Partido de los Trabajadores, quien subió al frente de la fórmula presidencial luego de que Lula quedara inhabilitado para competir por la sentencia que purga en prisión por cargos de corrupción.

Haddad acudió a su casilla, en Sao Paulo, poco después de las 10 de la mañana acompañado por su esposa, siendo recibidos por cánticos de apoyo para el encarcelado líder del PT y protestas con cazuelas, los llamados «cacerolazos», una tradición en las protestas políticas de Brasil. Un escenario claroscuro que funge como la viva imagen de su turbulenta campaña.

A diferencia de su rival Haddad se mostró seguro de que las elecciones llegarán a una segunda vuelta, por lo que aprovechó para extender un mensaje de unidad a otros candidatos de la izquierda como Ciro Gómez o Marina Silva en busca de su respaldo. De igual manera hizo un llamado a la paz durante la jornada electoral y pidió respetar la diversidad y pluralidad de Brasil.

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Para Haddad, quien es visto como un socialdemócrata más de corte europeo que un caudillo al estilo clásico de la izquierda latinoamericana, la lucha ha sido cuesta arriba. Si bien ha logrado posicionarse como el claro segundo lugar, la sombra de Lula y de la ex-presidente Dilma Rousseff ha demostrado ser una carga demasiado pesada para el candidato emergente.

El proyecto del PT y sus aliados de la izquierda enfrenta una crisis de credibilidad desde hace años. Aunque la era Lula dio esplendor a la ahora principal potencia latinoamericana, las condiciones políticas, sociales y económicas que enfrenta el país han quitado lustre a este proyecto. Ocasión que la derecha que comanda Bolsonaro utiliza para advertir sobre la “venezuelización” de Brasil.

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El mercado ya votó

Luego de pasar semanas hospitalizado por una puñalada y estancado en las encuestas sin superar la zona entre los 22 y 26 puntos, Bolsonaro recibió un duro golpe cuando miles de brasileños, principalmente mujeres, se manifestaron en las calles de las ciudades clave del país en señal de desaprobación por su estilo machista, racista y autoritario. Esto llevó a los analistas a considerar que El Mito había llegado a su tope electoral y poco a poco iría cayendo.

Sin embargo el último sondeo, publicado el 3 de octubre, demostró el error de los analistas: Bolsonaro llegaba al 31% de las preferencias. Una cifra que desde el arranque de las campañas se veía imposible para él, mucho más luego de ser abucheado por multitudes masivas que lo denominaban, con asco, como “La Cosa”.

Dos días después los mercados brasileños anunciaban de forma clara pero silenciosa su apoyo a Bolsonaro. Por primera vez en dos años el sector financiero cerró operaciones, el 5 de octubre, con una alza superior al 4%. Tendencia que se consolidó cuando el dólar, el cual se había disparado desde el inicio de la contienda electoral, comenzó a bajar de manera moderada.

Los mercados parecen ya haber dado su respaldo al proyecto Bolsonaro a la vez que el ex-general Antonio Hamilton, su compañero de fórmula, sentenciaba que Brasil busca a un “macho alfa” para liderar el destino del país. Razón por la que se había dejado atrás a Haddad y su compañera, la comunista Manuela d’Ávila.

Esta visión difiere del análisis hecho por Gerardo Alckim, el dos veces gobernador de Sao Paulo del centroderechista Partido de la Socialdemocracia Brasileña, quien vaticina una segunda vuelta a finales de mes. Esto ya que, considera, el pueblo de Brasil no quiere a un radical en la presidencia. Ya sea uno de derecha o de izquierda.