Cambio horario quita el sueño a la Unión Europea

La eliminación del cambio de horario en la Unión Europea es la propuesta que el pasado viernes el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunció luego de que una encuesta realizada por el Ejecutivo comunitario mostrara a 84% de los votantes a favor de contar con un horario fijo.

La encuesta fue realizada a través de Internet, entre comienzos de julio y mediados de agosto. A pesar de que no tenía carácter vinculante, Juncker afirmó que escuchará la voluntad popular: «La gente quiere que se haga, así que lo haremos», dijo a la televisión alemana ZDF.

De tener lugar la medida, los 28 países miembros de la UE estarán obligados, por ley, a mantener el mismo horario todo el año. Cabe mencionar que solo en Chipre y Grecia se ha votado mayoritariamente por seguir con el cambio de hora, aunque esto no implica que queden fuera de la reforma.

La propuesta lleva varios años sobre la mesa, pero luego de este comunicado ha tomado nueva fuerza. No obstante, aunque fuera probada, esto no sucedería sino hasta el 2020 o 2021.

La anomalía horaria española

Uno de los principales motivos que impulsa la modificación del actual cambio de horario es la anomalía cronométrica que vive España, pues desde la segunda guerra mundial, cuando Franco decidió sincronizar los relojes con Berlín, se ha regido por el horario del meridiano que pasa por Zaragoza, aquel que marca la hora de Gran Bretaña, Irlanda y Portugal, lo hace por el de Europa Central. Situación que se traduce en jornadas de trabajo muy largas.

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En este tenor, Elena Sintés, directora de la Fundación Jaume Bofill y miembro de la Plataforma por el Cambio Horario, señala que sería conveniente mantener el horario de invierno, para el beneficio de las personas, quienes se ven afectados por las jornadas tan alargadas. “La jornada habitual actual dificulta el tiempo de atención de la infancia y de la gente grande, empeora la participación cívica y comunitaria”, comenta.

Esto debido a que en Cataluña y España las jornadas laborales se extienden en promedio dos horas que en el resto de la UE; es decir, mientras que en el resto de Europa el horario laboral es de ocho o nueve de la mañana a cinco o seis de la tarde, parando una hora para comer; en estas entidades la jornada se llega a extender hasta las siete u ocho de la noche con más horas de intermedio.

En relación con las diferencias horarias, en España se firmó un Pacto para la Reforma Horaria, el cual tiene como objetivos tres puntos principales: la recuperación de esas dos horas desfasadas en relación con el resto del mundo, el impulsar una nueva cultura del tiempo en las organizaciones en favor de la flexibilidad y la eficiencia y la consolidación del tiempo como una medida de libertad, equidad y bienestar.

Por su parte, el médico Javier Albares, director de la unidad del Sueño de la Clínica Teknon de Barcelona, aseguró que es algo que los profesionales de la salud han “reclamado” desde hace tiempo. Él también apoya al horario de invierno pues de no ser así “nos levantaríamos de noche, lo que es muy malo para la salud”, reportaron medios locales.

¿Cuál es la opinión de las autoridades españolas?

El presidente Pedro Sánchez anunció que se constituirá una comisión de expertos que se encargará de evaluar la conveniencia de cambiar el huso horario, pues la medida necesitará «un gran consenso».

Asimismo, el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, no descarta que España pueda tener otro huso horario más acorde con su posición geográfica: «(…) Demos la oportunidad al Parlamento Europeo a ver si es capaz de encontrar un común denominador entre países».

También la portavoz del Consejo de Ministros, Isabel Celaá, dijo que España está a favor de sumarse a esta iniciativa para que no haya cambios de horario en los meses de octubre y abril de cada año. Reconoció que esto tomó desprevenido al Ejecutivo y aún no sabe si se decidirá que se acoja un horario de verano o de invierno de manera definitiva.

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Cambio de horario… ¿pero a cuál?

De aprobarse la reforma, como ya se apuntó, todos los países europeos estarían obligados a no cambiar la hora durante el año, pero son libres de fijar el huso horario que estimen oportuno.

Hasta ahora, el cambio de hora se defendía como la mejor forma de aprovechar la disponibilidad de luz diurna, pues en la UE conviven tres husos horarios: el de Europa Occidental, del que forman parte Reino Unido, Portugal e Irlanda; el de Europa Central, con países como España, Alemania o Italia; y el Oriental, con Grecia, Finlandia o Rumanía.

La propuesta de la Comisión ha sido clara: pretende conservar el horario de verano. Si se llevara a cabo esta medida, esto supondría, por ejemplo, que en Madrid amanecería en torno a las 9 de la mañana durante el mes de diciembre y anochecería casi a las siete de la tarde.

No obstante, la opción favorita desde el Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia, es quedarse todo el año en el horario de invierno. Esta posibilidad, apuntan, permitiría mantener constante una hora de diferencia con respecto a la que les corresponde por el meridiano en el que se encuentran, pero solo siete meses de horario distinto al que ahora existe.

Marian Rol, doctora en biología, opina que este horario sería el más adecuado para España, debido al retraso actual en los horarios de comer y dormir, que contribuyen a que las personas duerman menos de lo necesario.

La medida aún no tiene nada en concreto, pero la aplastante cantidad de votantes a favor, da un indicio que ya está dando de qué hablar.