Cultura
Soprano Nadine Sierra alza la voz contra Trump en cualquier escenario
La soprano Nadine Sierra bien puede convertirse en icono del mestizaje cultural del siglo XXI: estadounidense, hija de madre portuguesa y padre puertorriqueño-italiano, cantante de ópera, no de música pop como podría suponerse de esta bellísima neoyorquina de 29 años.
De cierto parecido físico con su compatriota Jennifer Lopez, a Nadine Sierra la llaman en su natal Florida “La Mujer Maravilla” de la ópera por sus dotes vocales que le han llevado a los principales escenarios de Europa y Estados Unidos, amén de su escultural figura que le da una singular presencia escénica, lo mismo con vestuario del siglo XVIII que en bikini.
Apenas con un par de días en Ciudad de México para su debut en el país, en el contexto de los festejos del 40 aniversario de la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM), Nadine Sierra tiene algo que enseñarle a los cantantes mexicanos, que suelen evitar pronunciarse sobre temas políticos o sociales: su forma de desafiar al presidente Donald Trump, responde en breve conversación en la sala Nezahualcóyotl, “es alzando la voz contra él y su mensaje”.
“No apoyo en absoluto a Donald Trump, jamás lo apoyaré”, responde sin titubear la nueva estrella en ascenso de la Metropolitan Opera House de Nueva York, a la pregunta sobre qué opina del discurso racista del presidente de su país contra México y los mexicanos.
“No sólo en México, en todo el mundo, especialmente con los europeos, hay este sentimiento hacia él de que es casi irrisorio. Es realmente una lástima su discurso, porque todos los humanos estamos conectados en la tierra, sin importar si eres mexicano o negro o italiano. Y la única forma de encontrar la paz y la unidad en este mundo es desafiando a gente como esa y desafiar ese mensaje negativo que transmiten a los corazones de la gente.
“En mi caso, ir contra eso (Trump) significa alzar siempre la voz en las entrevistas, alzar la voz en el escenario y alzar la voz con música. Estoy completamente en contra de cualquier cosa que Trump pueda decir contra los mexicanos”, agrega Sierra, cuya educación artística en su natal Florida y Nueva York tuvo de mentores a músicos de origen latinoamericano.
Dice que cuando estudiaba canto convivió con muchísimos estudiantes de ópera mexicanos, como David Olguín, con quienes mantiene amistad. Añade que no sabe cómo es que hay tantos cantantes mexicanos tan talentosos: “Debe ser por el agua que beben”, comenta. También anticipa que en el verano grabará un disco de música latinoamericana.
Se disculpa por no hablar español y confiesa en broma que por eso “es la vergüenza de su familia”. Pero de inmediato aclara que para ella la música es su manera de comunicarse. Con humildad rechaza que la llamen “estrella” y aclara que ella sólo se considera una “sirviente de la ópera”, género que en su opinión es la más hermosa y más cálida de todas.
La soprano estadounidense ofrecerá un recital con la OSM en la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM, el miércoles 2 de mayo, a las 20 horas. Originalmente, como aparece en el sitio web de la artista, iban a ser dos conciertos, pero los patrocinadores del segundo se echaron para atrás y al final sólo quedó uno. Una lástima.
Los afortunados que consigan boleto para el programa que dirigirá Carlos Miguel Prieto podrán escuchar a la flamante ganadora del Beverly Sills Artist Award para jóvenes cantantes de la MetOpera de Nueva York. Gracias al galardón que va acompañado de 50 mil dólares, la prensa en su natal Palm Beach recuerda que en sus inicios en la ópera Nadine Sierra era “niña prodigio” y que ahora pasó a convertirse en una “Mujer Maravilla”.
No es para menos. Allá en Florida todavía la recuerdan cuando cantó a los 13 años el aria de Gianni Schicchi de Puccini Oh! Mio Babbino Caro, con la Palm Beach Pops en 2002 en el Kravis Center. Incluso en 2017 ganó también el Richard Tucker, igual de 50 mil dólares.
Sierra, de hermosa piel morena que exalta su gran simpatía cada vez que sonríe, contesta las preguntas o posa para una foto, recuerda en la entrevista cómo enfrentó su primer obstáculo en la ópera, ocurrió en su “primer debut”, con la Ópera de Palm Beach, a los 16 años, con la puesta en escena The Sandman (El hombre de arena, de Roberto Wilson).
“El director era Julius Rudel, quien fue un gran apoyo de Beverly Sills en la Ópera de la Ciudad de Nueva York. Y cuando asistí al primer ensayo, él fue muy cruel conmigo. Lo recuerdo muy estricto. Él estaba tratando de darme una lección, aun cuando yo era tan joven. Y yo quería tanto ganármelo, así que le pedí su consejo personal y él trabajó conmigo en privado a esa edad, lo que para mí fue como un regalo. Así enfrenté mi primer obstáculo en la ópera, cuando tenía 16 y hacía mi primer debut dentro de la ópera”, relata.
Siempre con una sonrisa floreciendo en su rostro, Nadine Sierra gusta de romper tabúes en la ópera. Apenas el mes pasado se presentó en la Staatsoper de Berlin para interpretar el rol de Nanetta en la puesta en escena de Mario Martone del Falstaff, de Verdi, donde curiosamente se convirtió tal vez en la única soprano en aparecer en bikini en el escenario.
Soprano Nadine Sierra ofrece concierto con Sinfónica de Minería en CU
La joven cantante tomó al final con profesionalismo y humor esa representación y subió sus fotos con tan poca ropa a sus cuentas de redes sociales y a su sitio oficial. No obstante, confesó que al principio cuando se enteró que saldría en bikini le entró pánico, pero después de la explicación que recibió de Martone sobre lo juvenil del personaje, se convenció. Ahora dice que adora sus escenas en bikini. Y así lo refiere en la entrevista.
“Sabes, al principio estaba un poco sorprendida cuando el director me dijo que tenía que usar bikini pero cuando vi lo que quería hacer con la toda la ópera, como la estaba llevando a escena, pensé que era muy interesante. Y al final realmente disfrute mi vestuario y me di cuenta que saqué más de las cualidades de Nanetta que yo sentía que poseía. Y me divertí mucho. De hecho, volveré a estar en la misma producción en diciembre y tendré que usar otra vez el bikini y estoy muy ansiosa de volverlo a hacer”, comenta divertida.
El programa de Sierra, en el contexto de la conmemoración de los 40 años de la OSM, incluye arias de compositores como Charles Gounod, Wolfgang Amadeus Mozart, Giuseppe Verdi, Gaetano Donizetti, Giacomo Puccini, Enrique Granados, Gustave Charpentier y Pietro Mascagni.
Las arias a cargo de la soprano de 29 años (Fort Lauderdale, Florida, 14 de mayo de 1988) son Je veux vivre, de Roméo et Juliette (Gounod); Ruhe zanft mein holdes Leben, de Zaide (Mozart); Caro nome, de Rigoletto (Verdi); Quel guardo il cavaliere…y So anch’io la virtú magica, de Don Pascuale (Donizetti); Quando me’en va, de La Boheme (Puccini); Depuis le jour, de Louise (Charpentier), y cierra con la escena de la locura de Lucia di Lamermoor, con Il dolce suono… Spargi d’amaro (Donizetti).
La orquesta universitaria abrirá el concierto con música del ballet Fausto, de Gounod, además tocará piezas de zarzuela de Manuel de Falla, Enrique Granados y Pietro Mascagni.
Sierra debutó en 2015 en la Metropolitan Opera House de Nueva York como la Gilda, de Rigoletto (Verdi), al año siguiente cantó a Zerlina, de Don Giovanni (Mozart), y su primera función para teatros todo el mundo, dentro de la serie de transmisiones Live in HD de la MetOpera, fue en 2017 interpretando a Ilia, en la ópera de Mozart, Idomeneo re di Creta, todas bajo la batuta del legendario ex director artístico del escenario neoyorquino, James Levine, despedido este año por acoso.
En la temporada 2017-2018 que termina en la MetOpera fue Susanna en Le nozze di Figaro (Mozart).
En los últimos años ya ha debutado en numerosos escenarios europeos, con directores como Daniel Barenboim, entre ellos La Scala de Milán, el teatro La Fenice de Venecia, la Berlin Staatsoper o la Ópera de París. En su corta carrera profesional que se inició en 2009, aunque canta desde la adolescencia, ha ganado numerosos premios, entre ellos el Richard Tucker y el Marilyn Horne.
“No hay forma de escuchar a la soprano Nadine Sierra sin sentir nada más que placer y temor, una combinación de admiración por sus actuales dones y una ansiosa anticipación por lo que el futuro le depara”, escribió el crítico del San Francisco Chronicle Joshua Kosman en febrero de 2013, después de un recital de la soprano en aquella ciudad californiana.
El concierto de Sierra da continuidad a una serie de visitas de sopranos y mezzos de nivel internacional que han llegado a la sala Nezahualcóyotl bajo el patrocinio de la Orquesta Sinfónica de Minería y ProÓpera, entre ellas la alemana Diana Damrau y la letona Elīna Garanča; en ese mismo escenario, también es memorable la función de la soprano rusa Marina Poplavskaya, en octubre de 2012, con la Orquesta Filarmónica de la UNAM. A ellas se suman otras cantantes estadounidenses ya consagradas, que han ofrecido en la última década recitales en el Palacio de Bellas Artes en su ascenso al estrellato, como Joyce DiDonato, Sondra Radvanovsky y Deborah Voigt. Todas, bajo la nómina de la MetOpera.
Los boletos para el concierto de Nadine Sierra y la Orquesta Sinfónica de Minería cuestan mil 500 pesos en primer piso, Coro y Orquesta en 800 y segundo piso en 400
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