“A Peña le convendría más un triunfo de AMLO que de Anaya”: Crespo

El analista político José Antonio Crespo está convencido de que al presidente Enrique Peña Nieto, involucrado él y su gobierno en numerosos casos de corrupción, le convendría más que gane las elecciones presidenciales Andrés Manuel López Obrador que Ricardo Anaya, con quien hay agravios.

Crespo plantea que el tercer lugar en que se prevé quedará el candidato oficialista José Antonio Meade (PRI-PVEM, Nueva Alianza) tras las presidenciales del 1 de julio próximo, entre otras cosas porque “diga lo que diga nadie le cree” y no se ve cómo pueda crecer en las encuestas, obliga al gobernante a elegir a López Obrador o a Anaya para protegerse, una vez entregue el cargo el 1 de diciembre de 2018.

El doctor en Historia explica que López Obrador ha venido ofreciendo públicamente una suerte de amnistía que garantiza impunidad a Peña Nieto y a su gobierno con tal de poder llegar a la Presidencia; en cambio, Anaya tomó como bandera combatir y castigar la corrupción en caso de ganar en las urnas.

—Se ha especulado sobre un posible pacto Peña-López Obrador. ¿Hay fundamentos para ello?-, se le pregunta al académico del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) en entrevista con lahoguera.mx a propósito de su nuevo libro 2018: ¿AMLO presidente? (Ediciones la Grulla, 2017), que escribió para analizar minuciosamente la plataforma del tabasqueño ante todas las señales que pronostican un triunfo el próximo 1 de julio, en su tercer intento en 12 años por llegar a la Presidencia.

“Bases sí hay. Se especula qué puede hacer Peña en el escenario —muchos ya lo dan por hecho— de que Meade se quede en tercer lugar, que no levante, ni con los debates ni con nada. Peña va a tener que escoger: ‘¿Quién quiero yo que gane?’. En términos personales, porque una cosa es el proyecto, y si se trata del proyecto, Anaya claramente lo representa más que López Obrador (…) Pero la cosa es personalmente con quién puedo estar más cubierto. ¿Con Anaya? Es cuando muchos dudan. Ahí ya hubo muchos agravios; en cambio, con López Obrador nunca ha habido agravios personales. Anaya trae la bandera de sí combatir la corrupción, aunque pueda ser electorera. Pero ahí sí hubo agravios y una guerra de a de veras, ése sí fue un grave error del gobierno y PRI: haberse peleado con el PAN”.

En el debate todos buscarán “pegarle” a López Obrador: Crespo

Crespo se refiere a la disputa poselectoral que enfrentó a PRI y PAN el año pasado por la gubernatura de Coahuila, que al final quedó para los priistas; los señalamientos de corrupción inmobiliaria contra Ricardo Anaya, en los que incluso la PGR difundió un video sobre una diligencia judicial del panista, y el enfrentamiento del gobernador de Chihuahua Javier Corral con el gobierno de Peña por la negativa de éste de solicitar la extradición de su antecesor en el cargo, César Duarte, para llevarlo a juicio.

“Muchos nos preguntamos si Peña podría confiar en Anaya. Maquiavelo le diría que no, porque pensaba que uno de los peores errores que podrías cometer como político es ponerte en manos de quien has agraviado. Si vas a agraviar a alguien, acábalo, porque sí no él va a querer vengarse. Peor aún si además te pones en sus manos, porque probablemente va a querer vengarse. Si esa es la lógica, a lo mejor a Peña le convendría más decir: ‘López Obrador, a quien no he agraviado personalmente ni a su familia, desde cuando me está ofreciendo una amnistía’”, expone el columnista del diario El Universal.

Recuerda que antes otros presidentes buscaron pactos de impunidad, como Vicente Fox.

“A Fox no le preocupaba un cambio de modelo económico, sino qué iba a pasar con él y su familia y Marta Sahagún y sus hijos. Como López Obrador no daba señales de decir: ‘Yo voy a respetar un pacto de impunidad’, (Fox) se le fue con todo y lo lograron parar. Ahora creo que López Obrador dice: ‘Claro, si vienen con todo y sí me logran parar con trampas y con lo que sea, porque está en juego su impunidad, mejor les voy a ofrecer impunidad’. Y la viene ofreciendo desde hace mucho (…) El mensaje es clarísimo para Peña y su gobierno: ‘No les voy a hacer nada si me dejan llegar; déjenme llegar, empezaré a combatir la corrupción de aquí en adelante, borrón y cuenta nueva’. (…) Creo que es un mensaje sincero, López Obrador está dispuesto a eso con tal de que lo dejen llegar”, agrega Crespo.

Crespo reitera que el tabasqueño “sí está mandando como mensaje: ‘No los voy a tocar, déjenme llegar’. Entonces Peña tiene que escoger. ¿Cómo lo va a hacer, no lo sé? Pero Peña tendrá que escoger entre quién prefiere entre Anaya y López Obrador. Pero, aunque escoja a Anaya, a lo mejor ya no le da tiempo, a lo mejor al final de todo va a tener que mandar lazos y mandar mensajes a López Obrador para decirle: ‘Te reconozco tu triunfo, no hay problema, pero acuérdate aquí de los cuates’”.

SEGUIDORES FIELES

El autor también de Al grito de Guerra. Historia y significado del Himno Nacional Mexicano minimiza las críticas de sus seguidores si eventualmente López Obrador ganara la presidencia y dejara impune la corrupción durante el gobierno de Peña.

“Le justifican y perdonan todo, no importa qué sea”, advierte.

Sobre ese apoyo incondicional de buena parte de quienes piensan votar por López Obrador, que a su juicio ya ronda en el fanatismo, Crespo explica que tiene que ver con los niveles de hartazgo y decepción que los mexicanos, incluyéndolo a él, sienten tras los gobiernos del PRI y los dos del PAN.

Una decepción que con franqueza Crespo dice compartir, a tal grado que en su nuevo libro se advierte mucho pesimismo sobre una alternativa política para el país.

“Yo participo de ese enojo, de ese desencanto, por supuesto. No digo que el PRI sea una opción, para nada, y mucho menos después de este desempeño. Y el PAN nos quedó a deber. Yo estuve con Fox y voté por Fox, yo le aposté a la alternancia y me decepcionó muy rápidamente. Yo fui de los que empezaron a criticar cuando veíamos que Fox no cumplía y no cumplía en materia de corrupción y de impunidad que había ofrecido. Y con Calderón tampoco, critiqué muy fuerte la estrategia de Calderón en materia contra el narcotráfico. Sí, yo participo de eso, Pero lo que pasa es que a mí López Obrador no me representa la esperanza que a muchos de sus seguidores. Sus propuestas yo las veo muy frágiles, muy inviables, muy fantasiosas, la mayoría. Alguna que otra, digo: ‘ésa sí, ésta está bien’. Pero ese cambio monumental para bien, pues no lo veo en sus propuestas”, explica el doctor Crespo.

—¿Alguno de los otros candidatos actuales sí lo representa?

—Propuestas puede haber muy buenas, pero ¿quién les cree? Muchas de las propuestas que hace Meade son estupendas, pero ah…, es del PRI, ¿quién te va a creer? Él está haciendo propuestas contra la corrupción y la PGR protegiendo a César Duarte o tapando o echándole carpetazo a lo de Odebrecht. ¿Quién le va a creer? Más allá de lo que represente el PRI, simultáneamente el gobierno actual priista del que él viene o del que es candidato, está taponeando lo más que puede, quién le va a creer. El enemigo de Meade es el PRI y el gobierno, sus peores enemigos, claro.

—¿Qué papel cree que está jugando Peña Nieto en todo esto?

—Pues él está conduciendo la campaña de Meade, no Meade. Las decisiones que se toman ahí vienen de Los Pinos, básicamente. El hecho de decir tapen Odebrecht, pues es Peña, se está protegiendo él. César Duarte, tal vez sean amigos o tenga algo que decir, pero entonces lo tapan lo más que se pueda, le dicen a Corral que sí, pero no lo cumplimos, tráiganse el expediente al Estado de México donde nosotros lo controlamos. El expediente de César Duarte lo están jalando de Chihuahua para pararlo en el Estado de México donde ellos controlan. Todo eso es para protegerse Peña, pero le afecta a Meade.

—¿Qué tanto de real cree que tienen esas especulaciones respecto a una posible alianza para frenar a López Obrador?

—Que puede haber una alianza de último momento entre PRI y PAN, sí, se está hablando mucho de eso, lo dicen algunos del PRI, algunos del Frente, que puede haber estos contactos. A lo mejor si el PRI ya reconoce que Meade no creció, que se va a quedar en tercer lugar, a lo mejor se establece esa alianza.  Pero primero sí hubo ataques fuertes, agravios personales contra Anaya y sí le afectaron la imagen a Anaya. Insisto, puede ser tarde. Respecto a que le van a sacar cosas nuevas a López Obrador, pues a lo mejor, pero ya no se las van a creer, su electorado ya está muy blindado. Ese 40 por ciento que aparece en las encuestas, sin los indecisos, así saquen una foto o video de López Obrador asesinando a alguien, no le va a afectar, es un poco lo que dijo Trump en su momento: “Yo puedo asesinar a alguien en la 5a. Avenida y ya no va a afectar mi situación”. Lo mismo puede decir López Obrador. Le pueden sacar lo que sea, y ya no le va afectar.

—¿No es muy exagerada esa aseveración?

-Sí, pero sí se cumplió en Estados Unidos, digo, no mató a nadie, pues, pero es un decir. Haga lo que haga, diga lo que diga, le saquen lo que le saquen, su votación ya no va a caer, su electorado es sumamente fiel, más que en 2006. Es que en 2006 el hartazgo no era tan fuerte. Incluso en 2012 todavía se le dio la oportunidad al PRI, no había el hartazgo que hay ahora ni el enojo que hay ahora. Ahora si salen cosas de López Obrador sus electores van a decir: ‘Está inventado’. En el extremo de que le saquen algo fuerte, no lo va a creer su electorado.

Esas condiciones en el país y en sí mismo justamente fueron las que le llevaron a escribir desde el año pasado 2018: ¿AMLO presidente?, al darse cuenta que todo estaba puesto en favor de López Obrador, quien según su análisis tiene así muchas posibilidades de ganar, incluso mayores que en 2006 y 2012.

—Decidí escribir el libro analizando sus propuestas mucho más de como lo había hecho antes, qué tan viables son; cuáles son, desde mi punto de vista, buenas, aplicables, y cuáles no; porque puede ser el programa que llegue al poder en 2018; las condiciones electorales que favorecen a López Obrador que lo hacen un probable ganador en 2018, todavía no lo sabemos, pero todo se ha ido confirmando hasta ahora.

—¿Cuáles son esas condiciones?

—Principalmente el hartazgo con el PRI y el PAN. Es decir, la gran decepción del PAN, que en 12 años de gobierno no cumplió lo que había ofrecido, un fiasco, digo yo. Y el PRI, al que se le dio la oportunidad de nueva cuenta en 2012 y que también se tradujo en muchísima corrupción, ya desde 2016 vimos el enojo de los ciudadanos en las urnas. Y eso hace que López Obrador sea la opción natural ahora y que, además, a sus seguidores no les importa lo que diga o haga.

“Siempre se dice, como vimos en 2006, que sus errores, sus ocurrencias, su discurso estridente a veces, le hace perder votos. Y eso era algo en lo que muchos de sus adversarios confiaron todavía el año pasado (….) Pero el hartazgo y el enojo y la decepción son tales que sus seguidores le van a perdonar todo a López Obrador, muchos le justifican todo, otros no lo justifican pero no por eso le van a quitar el voto”, sostiene Crespo, maestro en Sociología Política.

También subraya la importancia de que la disputa por la gubernatura de Coahuila el año pasado, que desató una auténtica guerra entre priistas y panistas, “benefició exclusivamente a López Obrador”.

“Eso generó una confrontación entre PRI y PAN, que dije: ‘Eso le va a ayudar a López Obrador’. Porque desde el 88 no se peleaban, en 88 sí llegaron peleados. Desde entonces el PRI y el PAN habían mantenido esta alianza, efectivamente, sobre todo en las elecciones presidenciales, para ayudar a uno o al otro, al que pudiera ganarle a la izquierda. Y ahora llegan peleados. Eso le va a ayudar a López Obrador, por supuesto, porque va a ser mucho más difícil, si no imposible, que establezcan esta alianza entre PRI y PAN.

“Y ahora que se está hablando mucho de esta posibilidad, yo digo que a lo mejor ya es demasiado tarde, tanto por el tiempo, como porque dañaron a Anaya; sí, lo dañaron, las encuestas lo reflejan; este golpeteo del PRI, que a final de cuentas no tiene un sustento, en la PGR no es una acusación formal, sólo el golpeteo electoral. Entonces, sí alcanzaron a dañar a Anaya, si Anaya está en el segundo lugar y por tanto es el que podría ganarle a López Obrador. Y si se da, yo lo sigo viendo difícil, pero si se da esta alianza entre PRI y el PAN, a lo mejor ya dañaron demasiado a Anaya. Meade no crece, no creo que vaya a crecer. Y ya le dejaron el camino despejado a López Obrador”, señala Crespo.

Hace guiño Ricardo Anaya a Felipe Calderón

VENTAJA

Previo al primer debate entre los candidatos presidenciales Andrés Manuel López Obrador de Juntos Haremos Historia (Morena, PT y PES), Ricardo Anaya, de Por México al Frente (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano), José Antonio Meade (PRI, PVEM y Nueva Alianza), más los “independientes” Margarita Zavala y Jaime Rodríguez Calderón, Crespo ve muy difícil que el ex jefe de gobierno del Distrito Federal (2000-2005) pierda por completo la amplia ventaja en las encuestas a menos de tres meses de los comicios generales, menos con el voto en su contra fragmentado.

“Todo mundo se ha quedado con esa idea de que la fragmentación favorece al PRI, como en el Estado de México, y los priistas han estado fragmentando el voto; apoyaron a Margarita Zavala; políticamente apoyaron a los calderonistas para fragmentar el voto con Anaya, al Bronco. Ése fue un error y no se dieron cuenta. La fragmentación beneficia al puntero, del partido que sea, y ése es López Obrador desde el año pasado”, explica Crespo, analista político también del programa Primer Plano de OnceTv.

“La única posibilidad de ganarle a López Obrador es que quien se le ponga en frente, si es que logra cerrar la brecha, pongamos Anaya, los otros antilopezobradoristas digan: ‘Es con Anaya, olvídense ya’. Pero no lo veo tan claro, porque los de Margarita están con Margarita, como que no les importa demasiado que gane López Obrador; les importa que no gane Anaya e impulsar lo más que se pueda a Margarita para su nuevo partido después de las elecciones. Y muchos priistas se quedaran con Meade. La fragmentación de voto antilopezbradorista no sé si se pueda remontar como para ganarle a López Obrador”, añade.

El apoyo electoral que tiene en estos momentos el tabasqueño, señala Crespo, es tan grande que tiene grandes posibilidades de ganar la Presidencia, aunque se pelee con los empresarios por temas como el nuevo aeropuerto o la reforma energética, lo cual mantiene a estos últimos preocupados porque ven que sí puede ganar y a lo mejor sí cumple con sus posiciones más radicales.

Tampoco afectaría su ventaja electoral, asegura el analista, en el caso poco probable de que la candidata de Morena Claudia Sheinbaum no logre ganar su elección para jefa de gobierno de Ciudad de México.

Sobre el debate de este domingo, el politólogo prevé que todos los candidatos se lancen contra López Obrador, por ser puntero, y a su juicio el encuentro organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) será definitivo para conocer cómo se comportará el electorado de cara al 1 de julio.

Crespo hace en su libro un análisis minucioso y severo sobre los dichos de López Obrador y sus seguidores, además de que a su juicio un día dice una cosa y otra la cambia, en muchas cosas es muy conservador y en otras sí se mantiene con la izquierda, “pero la priista, no la europea”. Sin embargo, en la entrevista reconoce que en el equipo del tabasqueño hay gente honesta y preparada, pero no autónoma.
También cuenta que cuando en 2005 el gobierno de Fox quiso quitar del camino a López Obrador previo a las presidenciales, él se opuso al desafuero del jefe de gobierno y éste lo llamó para agradecerle e invitarlo a colaborar con él. “Le dije que no, porque yo no estoy con ningún equipo”.

No obstante, además de las críticas, comenta qué sí le gusta de los planteamientos del candidato de Morena-PT-PES.

“Me gusta el programa de austeridad republicana, como le llama él, no tanto porque resuelva los problemas económicamente, no, pero simbólicamente creo que es más solidaridad. Que no haya tantos privilegios, salarios tan elevados, concesiones de todo tipo, privilegios de todo tipo, lo de las pensiones presidenciales, igual gradualmente, no dejarlos sin nada (a los ex presidentes, pero no con lo que tienen ahorita, que sí es mucho; o lo que se da a muchos de los ministros de la corte, es algo muy excesivo para un país como México. Entonces, simbólicamente sería muy bien decir: ‘A ver, vamos a ponernos un poco más austeros, el que quiera hacerse rico que se vaya a la iniciativa privada, el que quiera tener un compromiso público y hacer carrera política, vamos a moderarnos un poco más’. En eso estoy totalmente de acuerdo. Y estoy de acuerdo en sus objetivos, no más que la forma en que él piensa conseguirlos no creo que sean muy eficaces”, señala.

—¿Y en su programa social?

—También en su programa social, en muchas cosas sí, depende de dónde salgan los recursos. Ahí el problema es ése.

—López Obrador dice aspirar a ser un presidente como Juárez o Madero. ¿Usted con qué figura de la historia lo compararía?

—Pues está entre Echeverría y López Portillo, aunque suene así, me recuerda más a ellos. Claro, si hace lo que dice que va a hacer, pues va a ser otro Juárez; o Lázaro Cárdenas. Si cumple en buena medida lo que él dice, pues va a quedar muy bien. Si genera crecimiento económico al 4 por ciento, no digamos al 6, si reduce la corrupción significativamente —él dice que la va a erradicar completamente, lo que no han logrado ni siquiera los países escandinavos—, pero que se redujera, que hubiera un combate serio, constante, a la corrupción, si disminuyan los índices de corrupción, si hay programas sociales exitosos, pues va a quedar como Lázaro Cárdenas, no sé si como Juárez, pero como Lázaro Cárdenas, sí. Si es respetuoso de la democracia institucional, por la parte de Madero. Entonces sí. Ya veremos después, si llega, qué hace. Hoy por hoy me recuerda más a lo que había: Echeverría y López Portillo (…) Ojalá se convierta en un Lázaro Cárdenas y un Juárez, pero hoy por hoy, su estilo de hacer político, sus propuestas, sus discursos, me recuerda lo que había antes del neoliberalismo: desarrollo estabilizador.

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