PRD en CDMX, de retador del sistema a comparsa en extinción

A 35 años de la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), parece que el ‘Sol Azteca’ finalmente se ocultará en Ciudad de México (CDMX), que alguna vez fue su principal bastión. A pesar de ser la “gota que derramó el vaso” y desafió seriamente al sistema creado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 1929, actualmente se ha convertido en una comparsa de los partidos que alguna vez combatió para democratizar al país.

CDMX, bastión del perredismo y la izquierda

Aún cundo venía de un descalabro en la elección presidencial de 1994, el PRD se alzó en 1997 como la segunda fuerza en el Congreso de la Unión y arrebató al PRI la CDMX, entonces llamada Distrito Federal (D.F.). En la primera ocasión en que los habitantes de la capital del país elegían a su Jefe de Gobierno, tras décadas de regencias designadas desde la Presidencia de la República, los capitalinos decidieron darle la oportunidad a Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano, máximo líder del perredismo hasta entonces.

El excandidato presidencial ganó con un abrumador 47.14% de los votos, es decir, un millón 861 mil 444 sufragios, contra el 25.08% del priísta Alfredo del Mazo González, quien logró el apoyo de 990,234 ciudadanos; más atrás quedó Carlos Castillo Pedraza con 602, 927 (15.27%) para el Partido Acción Nacional (PAN).

Cuauhtémoc Cárdenas, primer jefe de Gobierno del Distrito Federal (1997-2000). Foto: Cultura CDMX.

‘El Ingeniero’ no llegó solo al poder, sino con 38 de las 40 diputaciones locales de la Asamblea Local del Distrito Federal (ALDF). Para entonces, los habitantes de la principal urbe nacional no gozaban de la posibilidad de elegir a sus jefes delegacionales, puesto que tal derecho les fue reconocido en octubre de 1999, cuando el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la reforma correspondiente tras su aprobación por el Congreso de la Unión.

El ascenso del lopezobradorismo y el faro izquierdista del “otro proyecto de nación”

Las campañas contra la administración cardenista, incluida la desplegada por medios de comunicación tras el homicidio del conductor de televisión Paco Stanley, minaron la fuerza de la izquierda en el Valle de México. Sin embargo, el liderazgo naciente de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), expresidente del PRD, logró retener la CDMX para la izquierda pese a la “ola azul” que llevó al panista Vicente Fox Quesada a la presidencia de la República, rompiendo con 71 años de gobiernos federales priístas.

El PRD tuvo un total de un millón 433 mil 633, cifra apenas menor a la obtenida por la alianza PAN – Partido Verde Ecologista de México (PVEM), la cual obtuvo un millón 439 mil 482 votos con la candidatura de Santiago Creel Miranda. No obstante, el ‘Sol Azteca’ continuó al frente del gobierno capitalino gracias a los votos sumados a través de sus aliados: 74,204 del Partido del Trabajo (PT); 13,028 de Convergencia (ahora Movimiento Ciudadano); 5,807 del Partido de la Sociedad Nacionalista (PSN); y 7,035 del Partido Alianza Social (PAS).

López Obrador no logró tener el dominio de la ALDF, pues el PRD solamente ganó 19 de los 40 distritos locales, mientras que el resto los ganó la alianza PAN-PVEM. Sin embargo, los votos obtenidos en las delegaciones le bastaron para pintar de amarillo a 10 de ellas: Coyoacán, Cuauhtémoc; Gustavo A. Madero; Iztacalco; Iztapalapa, Magdalena Contreras; Milpa Alta; Tláhuac; Tlalpan; y Xochimilco.

AMLO ganó a Santiago Creel Miranda la carrera por la Jefatura de Gobierno en una alianza con las izquierdas. Foto: Especial

«Los principales problemas de la ciudad solo pueden enfrentarse con cambios de fondo y vamos a realizar esos cambios aunque afecten intereses”, decía en uno de sus spots de campaña y algo de ello hubo. Respecto a la inseguridad, firmó un convenio de asesorías en materia de seguridad con el exalcalde de Nueva York, Estados Unidos, Rudolph Giuliani; a la postre, su sexenio culminaría con una tasa menor de dos homicidios diarios pese a un inicial repunte.

Además, cobró relevancia al proponer bases para un Estado de bienestar mediante la instauración en 2001 de una pensión mensual para alimentación, la cual consistió en la transferencia de 600 pesos a los adultos mayores de 70 años o más, misma que se universalizó en 2003. Dicha medida fue controvertida por Vicente Fox Quesada, terminó por copiarla para aplicarla de manera similar a nivel federal, aunque limitada en su nivel de cobertura.

‘El Peje’ creó también la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) para paliar el déficit de espacios de educación superior solicitados por quienes culminaban el bachillerato. Además, realizó el rescate del Centro Histórico de la mano con Carlos Slim Helú, pues deseaba mejorar la deteriorada imagen de esa parte de la ciudad, dado que ya era concebida como insegura, descuidada y dominada por el comercio informal.

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El giro político hacia lo social por parte del tabasqueño pareció beneficiar electoralmente al perredismo capitalino durante 2003, ya que recuperó gran parte del territorio perdido al ganar 37 de las 40 diputaciones locales de mayoría. A la par, venció en 13 de las 16 delegaciones: Álvaro Obregón, Azcapotzalco, Coyoacán, Cuajimalpa, Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa, La Magdalena Contreras, Tláhuac, Tlalpan, Venustiano Carranza y Xochimilco.

La segunda mitad del sexenio lopezobradorista en la capital terminó por catapultarlo con obras como el “Segundo Piso del Periférico” y la primera línea del Metrobús, mismas que disminuyeron el tráfico de algunas zonas y contribuyeron a aminorar la contaminación que este conlleva. En tanto, su aceptación nacional fue impulsada por el uso faccioso de las instituciones por parte del gobierno foxista para desaforarlo e intentar procesarlo a fin de evitar su postulación a la Presidencia en 2006.

A pesar de que AMLO sufrió el robo de la presidencia en un fraude electoral para imponer al panista Felipe Calderón Hinojosa ese año, el PRD refrendó su fuerza en el D.F. y Marcelo Ebrard Casaubón asumió como Jefe de Gobierno con una cifra récord de 2 millones 213 mil 969 de votos, casi 900 mil votos más que el panista Demetrio Sodi de la Tijera. A la par, retuvo las 13 alcaldías y sumó a su red Milpa Alta.

Ebrard: El Segundo piso de la “Ciudad de la Esperanza”

Aunque cuestionado por muchos en los últimos meses por su actitud frente al revés recibido en su búsqueda de la candidatura presidencial morenista, Marcelo Ebrard continuó con las políticas sociales de López Obrador como Jefe de Gobierno del D.F. en 2006-2012. En una especie de “segundo piso” de la “Ciudad de la Esperanza”, el también expupilo de Manuel Camacho Solís promovió adicionalmente reformas para reconocer una nueva generación de derechos mediante el ‘Programa comunitario de mejoramiento barrial’, los domingos de “Paseo Ciclista” para privilegiar el uso de bicicletas sobre Paseo de la Reforma, una de las principales arterias viales, y la despenalización del aborto en 2007.

La Iglesia Católica Mexicana se lanzó en su contra por esta última, especialmente mediante la figura de Hugo Valdemar, entonces vocero de la Arquidiócesis de México, quien lo mismo sugería su excomunión y comparaba “los daños” de tal política con los del narcotráfico. Ello, la adopción de la bandera ‘antiaborto’ por el panismo y las disputas internas del perredismo a nivel nacional entre lopezobradoristas y ‘Chuchos’ de la tribuno ’Nueva Izquierda’, habrían generado efectos para las elecciones de 2009.

El PRD ganó apenas 28 de los 40 distritos locales de mayoría y otros dos en alianza con PT y Convergencia; en esa elección, presenció el arribo del Partido del Trabajo (PT) a las diputaciones de mayoría y el crecimiento del PAN hasta lograr 9 escaños. No obstante, el ‘Sol Azteca’ retuvo 12 de sus alcaldías, perdiendo únicamente Cuajimalpa, la cual se pintó de blanquiazul, e Iztapalapa, la cual ganó el PT con Rafael Acosta ‘Juanito’. Esta última fue una muestra del respaldo popular de López Obrador, el cual llamó a votarlo para que renunciara dejándole a Clara Brugada Molina la jefatura delegacional, ya que había sido injustamente desplazada como candidata del PRD en beneficio de una militante más cercana a ‘Los Chuchos’.

Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del D.F. (2006-2012). El «segundo piso» de la ‘Ciudad de la Esperanza’. Foto: Facebook/ MarceloEbrardC

La segunda mitad del gobierno ebrardista contó nuevamente con obras estéticas, como la remodelación de la Alameda Central; de transporte, como la creación de líneas del Metrobús (2, 3 y 4); y otra reforma considerada “polémica” para el sector conservador, como lo fue el establecimiento legal del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2009. Esta se concretó en marzo de 2010 cuando contrajeron legalmente nupcias cinco parejas.

Tal reconocimiento de derechos, ampliación de las opciones de transporte y la continuidad de los índices de seguridad en niveles similares a los del lopezobradorismo, aunados a la erosión del PAN por la ‘Guerra contra el Narco’ de Felipe Calderón, parecieron ser superiores a los conflictos cada vez más fuertes generados por las dirigencias de los ‘Chuchos’ a nivel nacional y su incidencia local. Miguel Ángel Mancera capitalizó todo el trabajo izquierdista y logró una campaña exitosa que permitió al PRD obtener el 64.78% de los votos emitidos para la Jefatura de Gobierno en 2012.

El histórico triunfo estuvo acompañado por la victoria perredista en 14 de las alcaldías, pues sumó por primera vez Miguel Hidalgo. Pese a que en las elecciones de diputaciones locales no tuvieron el mismo acompañamiento que en la búsqueda de la Jefatura de Gobierno, el perredismo logró un millón 546 mil 399 de votos en solitario y 2 millones 417 mil 488 con sus aliados, lo cual le bastó para volver al histórico resultado de 38 diputaciones de mayoría de 25 años atrás. Cifras récord que a la par significaron el punto máximo al que llegaría el partido en la capital.

Declive perredista en CDMX

Miguel Ángel Mancera inició su sexenio con un panorama político en su contra al ya no contar con el respaldo de la máxima figura nacional del perredismo, pues casi tres meses antes AMLO había anunciado su separación del PRD. Aunque en 2012 fue por segunda vez el candidato presidencial del PRD, el tabasqueño había empezado a criticar desde 2010 las alianzas hechas con el PAN para buscar la alternancia en los estados gobernados por el PRI.

Ello implicó una desbandada continua de personajes políticos, especialmente conforme se fue consolidando Morena como partido político nacional, pero el nuevo Jefe de Gobierno de Ciudad de México también hizo lo propio para nublar al ’Sol Azteca’. En primer lugar, tomó medidas antipopulares como el aumento del costo del pasaje en el Sistema de Transporte Colectivo Metro de 3 pesos a 5 pesos, legitimando tal decisión con una encuesta de la que muchos dudaron y sin percepción de mejora posterior del servicio, pese a que el dinero extra sería invertido en ello.

En materia de seguridad, hubo un deterioro dado que el número de homicidios anuales pasó de 779 en 2012 a 798 en 2015; no obstante, hubo un descenso al comparar el número de robos totales al pasar de 88,701 en 2012 a 77,435 tres años después; asimismo, los secuestros bajaron de 65 a 55.

Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal (2012-2018). Foto: Facebook/MiguelAngelMancera

Con esos antecedentes, el presidente nacional del PRD, Carlos Navarrete, pronosticó abiertamente la confianza en ganar nuevamente 14 de las delegaciones en 2015 y descartó a Morena como su rival, subrayando que el perredismo tenía como antagonista al PRI. Pese a ello, la sorpresa fue que en solitario el partido amarillo ganó solamente una delegación (Iztacalco), sumó otras cuatro de la mano con el PT (Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Coyoacán y Álvaro Obregón) y retuvo Iztapalapa con apoyo del PT y Nueva Alianza.

Apenas atrás le siguió Morena, partido que le arrebató cinco de las delegaciones (Azcapotzalco, Cuauhtémoc, Tlalpan, Xochimilco y Tláhuac); la alianza PRI-PVEM ganó Cuajimalpa, La Magdalena Contreras y Milpa Alta; y el PAN recuperó Miguel Hidalgo y conservó Benito Juárez. En cuanto a distritos, la entonces oposición venció al partido en el poder, dejándole apenas 14 distritos locales de mayoría, todos en alianza; Morena sumó 18 distritos; el PAN cinco; y el PRI-PVEM tres.

La debacle perredista terminó de desencadenarse con combinación de la pésima gestión de la seguridad en lo federal y lo local en la segunda parte del sexenio, ya que los datos del SESNSP muestran que en 2018 los robos totales subieron a 123,514; los secuestros a 280; y los homicidios hasta 1,364. A ello se le sumó que el sismo de 2017 exhibió diversas irregularidades en los permisos dados por el gobierno capitalino para los desarrollos inmobiliarios de la capital y la decisión nacional de aliarse con el PAN para combatir a dos de sus antiguos aliados, PT y los lopezobradoristas de Morena.

Por primera vez en 19 años, el PRD dejó de gobernar al caer frente a Morena. Aunque tuvo el apoyo de MC y el PAN, María Alejandra Barrales Magdaleno, quien venía de ser la dirigente nacional perredista, tuvo un millón 673 mil 015 votos (31.02%), insuficientes frente a los 2,537,454 votos (47.05%) de Claudia Sheinbaum Pardo. Destaca que el PRD fue el partido que más votos aportó a su coalición, aunque únicamente con 830,739; adicionalmente, 64,760 electores tacharon su logo junto a algún otro de sus aliados.

En materia de alcaldías, la alianza logró cuatro triunfos, pero solo uno de los triunfadores fue de extracción netamente perredista, Julio César Moreno Rivera de la alcaldía Venustiano Carranza. En tanto, únicamente logró incorporar diputados locales de representación proporcional a la primera legislatura del Congreso de Ciudad de México; con la redistribución, la “Cuarta Transformación” ganó 31 de 33 curules, dejando dos para el PAN y suprimiendo el color amarillo del mapa distrital.

El PRD, comparsa de sus enemigos, ¿del autoengaño a la extinción?

Fuera del poder, el PRD tuvo una de sus más feroces sangrías hacia 2021 pese a la conformación de una Dirigencia Nacional Extraordinaria, que reunía a figuras de distintas “tribus” tras seis diferentes presidentas y presidentes desde octubre de 2015. En 2020, Jesús Zambrano Grijalva volvió a tomar las riendas del partido e impuso nuevamente el pragmatismo de la ‘Nueva Izquierda’ de los ‘Chuchos’.

Esta vez, el exguerrillero sonorense no solamente apoyó una alianza con el PAN, sino también con el histórico antagonista del partido: el PRI, mismo que les robó las elecciones de 1988 a sus fundadores, perdiendo así cualquier brújula ideológica. De esa alianza, fue el menos beneficiado en la capital en 2021 pese a que la misma dio frutos en medio de las críticas a la administración morenista de Claudia Sheinbaum Pardo por el manejo de la pandemia y la caída de una parte del tramo elevado de la Línea 12 del Metro, construida casi una década atrás.

En su estrategia, la nueva alianza derechista ganó ocho demarcaciones territoriales (Azcapotzalco, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Álvaro Obregón, Cuajimalpa, La Magdalena Contreras, Tlalpan y Coyoacán) y agregó Benito Juárez a su registro con el PAN en solitario. De todas esas, el PRD solamente logró una, Tlalpan con Alfa González, mientras que al PRI dejó dos (Cuajimalpa y La Magdalena Contreras) y el resto fueron para el partido blanquiazul.

Resultados electorales por alcaldías en 2021. Foto: IECM

En tales elecciones, apenas sumó 2,121 votos individuales, mientras salvó el registro gracias a que su logo fue tachado en un millón 597 mil 813 veces junto a los del PAN, PRI o ambos. Gracias a eso se le reconocieron 230,147 sufragios , 619,431 menos que los que se le reconocieron apenas tres años atrás. En cuanto a diputaciones locales, Morena logró ganar esta vez únicamente 18 distritos locales de mayoría; de los otras 15, el PRD únicamente se quedó con tres.

Resultados electorales por alcaldías en 2021. Foto: IECM

Para 2024, el panorama luce desolador, dado que tendrían mano para llevar candidaturas solo en Iztapalapa, Iztacalco y Tlalpan, dos de ellas dominadas por el morenismo desde hace casi seis años. En tanto, con el proceso de designación de Santiago Taboada Cortina como candidato a la Jefatura de Gobierno quedó demostrado que el partido carece nuevamente de liderazgos locales y está supeditado a sus aliados, ya que directamente Zambrano Grijalva acordó con Marko Cortés, presidente del PAN, bajar a su aspirante y palomear al exalcalde de Benito Juárez.

Jesús Zambrano, presidente del PRD, apoyando al panista Santiago Taboada para Jefe de Gobierno de CDMX. Foto: Facebook/ jesus.zambranogrijalva