El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se defendió del reportaje de Carlos Loret de Mola en el que muestra el estilo de vida de su hijo José Ramón López Beltrán en Houston, Texas, y un posible conflicto de interés al residir en una casa que pertenecía a un ejecutivo de Baker Hughes, empresa contratista de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Desde Palacio Nacional, AMLO declaró que su hijo José Ramón López Beltrán tiene más de 40 años y está casado con alguien que «al parecer tiene dinero». Al respecto, este comentó que por ser cosas del matrimonio no se metería, pero que podía asegurar que sus hijos no tienen ninguna influencia en su gobierno ni se le dan contratos a recomendados.

Ante ello, el mandatario mexicano descartó que se trate de un caso como la ‘Casa Blanca’ de Enrique Peña Nieto ni que atente contra sus ideas de la austeridad. Por eso, criticó el reportaje y llamó a Carlos Loret de Mola «golpeador mercenario» al considerar que este pretende hacer un escándalo intentando mostrar que es igual a los demás.

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«Sigue estando al servicio de la mafia del poder», comentó López Obrador y aseguró que el periodista era «muy amigo» del expresidente Felipe Calderón y su secretario de Seguridad, Genaro García Luna. Al respecto, recordó que este es investigado por su presunta participación en el montaje de la detención de Israel Vallarta y Florence Cassez en 2012, la cual transmitió durante el noticiero matutino que encabezaba en Televisa.

AMLO también criticó a Víctor Trujillo, señalando que ya no es el ‘Brozo’ que conoció, pues además de que tenía preparación no le atacaba como ahora, ya que incluso le previó que iban a soltar una «bomba» en su contra un día antes de dar a conocer el videoescándalo de René Bejarano, su exsecretario particular como Jefe de Gobierno del Distrito Federal, en 2004. Sin embargo, consideró que sus posicionamientos han variado debido a los «jefes» con quienes ha trabajado y porque son tiempos de definiciones.

«Lo más importante en mi vida es que no me importa el dinero», sostuvo el presidente. Asimismo, insistió en que él no le tiene tanto apego al poder, pues considera que este solo tiene sentido al ponerlo al servicio de los demás pero que también es humildad y poder decir adiós en su momento.

Finalmente, el presidente reiteró también su posicionamiento de que no está en contra de la riqueza hecha de conformidad con la ley, sino contra la mal habida, pues le indigna la corrupción. En tanto, aseguró que continuará impulsando la «transformación» aunque no le guste a la prensa vendida o alquilada, empresarios como Claudio X. González y otros «alcahuetes» del régimen corrupto.