El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) intentó responder a la imposición de aranceles impuestos por Donald Trump a productos mexicanos importados con una política similar; no obstante, tras negociaciones y un ajuste en materia migratoria, el empresario republicano dejó de intentar amedrentar al gobierno mexicano.

Esto lo dio a conocer AMLO en su nuevo libro ‘A la mitad del camino’, donde recordó que el 30 de mayo Donald Tump anunció la aplicación de aranceles a productos mexicanos a partir del 10 de junio. Aunque no precisa de qué trato, ese día el presidente estadounidense lanzó un tweet anunciando que todos los productos mexicanos pagarían un 5% de impuesto por cruzar la frontera.

«La cooperación pasiva de México para permitir esta incursión masiva constituye una emergencia y una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional y la economía de Estados Unidos», escribió entonces dando a conocer el motivo de su castigo.

Ante ello, el mandatario recordó que con ayuda de Beatriz Gutiérrez Müller logró redactar una carta donde dijo a su homólogo que en la medida de lo posible estaban intentando frenar el flujo migratorio que buscaba transitar por México para alcanzar el “sueño americano”; sin embargo, también le recordó el trasfondo social, económico y político que tiene la migración centroamericana, por lo que propuso frenarla atendiendo las causas que la están provocando

Aunque envió de inmediato a Marcelo Ebrard y Martha Bárcena, entonces embajadora de México en Estados Unidos, rumbo a Washington D.C. para atender la situación, López Obrador contó que decidió no dejar únicamente la negociación en manos de la diplomacia dada la hostilidad que el vicepresidente Mike Pence tuvo con ellos en la primera reunión.

En su momento, AMLO dio a conocer públicamente que daría un discurso en Tijuana, Baja California el 9 de junio de 2019 para responder a Trump; no obstante, en su libro confesó que el verdadero “plan B” era anunciar una respuesta similar con impuestos o aranceles a productos estadounidenses que ingresaran a México.

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Según este, solicitó a Graciela Márquez Colín, entonces secretaria de Economía, hacer una lista de productos a gravar. Como criterios únicos, pidió excluir aquellos de consumo básico que no pudieran adquirir de otros países y tomar en consideración otros vinculados a un mayor número de estadounidenses.

Esto no se consolidó debido a que el 8 de junio EU decidió ofrecer que no hubiera tal reprimenda a cambio de que México mejorara sus resultados en la contención de migrantes que transitaban por su territorio hacia la frontera norte. El trato le fue comunicado al presidente por Ebrard Casaubón, a quien ordenó aceptar el acuerdo en ese momento.

Llegando a Tijuana, Baja California para su acto convocado, López Obrador modificó el texto original y accedió a tener una llamada telefónica que pidió Donald Trump; en esta, ambos se comprometieron a cumplir lo acordado. Al respecto, el mandatario mexicano reconoció que a partir de eso reforzó la frontera sur con elementos de la Guardia Nacional e instalaron albergues para migrantes a fin de mantenerlos en el sureste.

Finalmente, recordó que desde entonces mejoró la relación con el vecino del norte, situación que se consolidó luego del 11 de septiembre de 2019, cuando se reunieron Marcelo Ebrard y Mike Pompeo para la evaluación de los resultados de los ajustes a la política migratoria mexicana. Sobre estos, AMLO presumió en su libro que el flujo migratorio disminuyó en 75% y Trump se convenció de mantener “buenas relaciones” con México.