“El próximo presidente de Ecuador no recibirá un país, solo ruinas”: Rafael Correa

Rafael Correa, expresidente de Ecuador, declaró que el próximo presidente de ese país, el cual será electo este domingo, recibirá solo ruinas luego de la gestión de Lenin Moreno.

Correa evaluó a Ecuador como un país destrozado por la peor crisis de la historia, diciendo que si bien ahora hay una pandemia la recesión inició desde 2019, cuando los bancos estaban rompiendo sus récords de utilidades.

Este comparó la recesión de -11% estimada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2020 frente a la de 5.4% de 1999 y añadió que incluso la actual es superior a la de cualquier otro país de América Latina.

El expresidente ecuatoriano criticó también la gestión de la pandemia por parte del gobierno de Lenin Moreno, señalando que esta crisis sanitaria fue enfrentada con una negligencia criminal. Como resultado de ello, mencionó que Ecuador cuenta con el mayor número de muertes en el mundo por habitantes junto a Perú.

Dicha afirmación contrasta con lo registrado por la Universidad Johns Hopkins, la cual apunta que mientras que Ecuador acumula 87.82 muertes por cada millón de habitantes, Bolivia tiene 94.71, Chile 100.89, Argentina 110.37, Colombia 112.17, Panamá 130.60 y México, 131.38.

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Asimismo, recriminó la poca llegada de vacunas al país, diciendo que es el país de América Latina continental con menos vacunas por personas, ya que solo han llegado 8 mil dosis para 17 millones de habitantes.

El político izquierdista lamentó que aún frente a esta limitante se hayan violentado los protocolos de aprovecharlas para inmunizar al personal sanitario. Como ejemplo recordó que Juan Carlos Zevallos, ministro de Salud del actual gobierno, gestionó la llegada de un lote de estas fueron enviadas a un centro geriátrico privado donde se encuentra su madre.

«El próximo gobierno recibirá ruinas», recalcó Rafael Correa, diciendo que el pueblo se encuentra desmotivado y asustado, por lo que la primera vuelta de las elecciones presidenciales será una válvula de escape.

Finalmente, declaró que confiaba en un eventual triunfo de Andrés Arauz con más del 50% de los votos válidos, similar a lo ocurrido en Bolivia con Luis Arce, lo cual significó también el regreso del proyecto de izquierda en ese país sudamericano.