Nación
Pandemia y crisis económica: de la Influenza A H1N1 al Covid-19
El año 2009 inició en medio de un vendaval de impactos económicos para la vida de los mexicanos convirtiéndose ello en el tema recurrente de portadas y pláticas cotidianas. La crisis financiera y económica era el «pan de cada día”; sin embargo, en México el 23 de abril este y el tema político-electoral fueron eclipsados con un anuncio del secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, que pronto terminaría causando la alerta de pandemia.
Llegadas las 11 de la noche, las señales de televisión y radio se vieron interrumpidas por una cadena nacional mediante la cual José Ángel Córdova Villalobos informó de la presencia de una nueva cepa del virus de la influenza, la cual fue más tarde bautizada como «porcina» y técnicamente con el nombre de influenza A H1N1. Especialmente en la Zona Metropolitana del Valle de México. Pidió que la población estuviera atenta a una serie de síntomas y como prevención anunció la suspensión de clases en planteles públicos y privados de todos los niveles educativos, así como la dotación de antibióticos y antivirales a unidades de salubridad.
Un día después, el presidente Felipe Calderón firmó un decreto y lo publicó en el Diario Oficial de la Federación para que el secretario de Salud implementara, practicara, coordinara y evaluara las acciones necesarias para prevenir, controlar y combatir la existencia de la influencia estacional pandémica, implementando una serie de acciones ejecutivas enumeradas debido a al menos una veintena de muertos reportados en los últimos días.
Cuatro días después, el martes 28 de abril, el secretario de Salud firmó un acuerdo en el cual se declararon como días inhábiles del 28 al 30 de abril de 2009. Llegado el límite de la fecha, el presidente Felipe Calderón envió un mensaje y exhortó a todos anunciando que dicho plazo de días inhábiles se extendería hasta el 5 de mayo, insistiendo a las familias mexicanas en la necesidad de protegerse quedándose en sus casas, utilizando un cubrebocas en caso de requerir salir.
La infección de la economía mexicana
Durante los días de “asueto» forzoso el gobierno también dictaminó no solo suspender clases en todos los estados hasta el 5 de mayo, sino que como medida preventiva extendió dicha orden a las actividades gubernamentales y privadas “no fundamentales” para la vida común, exceptuando únicamente actividades que afectaran provisión de bienes y servicios esenciales, es decir, policías, médicos, ejército, gasolineras, bancos, supermercados, tiendas, tienditas, farmacias. Hoteles y restaurantes que tomaran todas las medidas o contaran con espacios que evitaran aglomeraciones.
En su informe de 2010, el IMSS señalaba que para evitar la caída de derechohabientes cotizantes, el 7 de mayo de 2009 se publicó en el DOF el Decreto por el cual se eximió parcialmente a los patrones hasta por el importe equivalente a 20 por ciento mensual del pago de las cuotas obreropatronales (COP) causadas en los meses de mayo y junio de 2009, con la finalidad de apoyar a los diversos sectores productivos que se vieron afectados por la suspensión temporal de labores, a partir de la tercera semana del mes de abril de 2009.
Además, el 14 de mayo de 2009 se publicó en el DOF el Decreto del Ejecutivo Federal por el que se autorizaba a los patrones a realizar el pago en parcialidades de 50 por ciento de las COP de mayo y junio.
Sin embargo, el sector turismo no pudo verse completamente ayudado por las medidas tomadas. El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados señaló que este ramo fue uno de los más afectados al convertirse los días vacacionales en días de resguardo, motivo por el cual la «Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur) reportó que los establecimientos comerciales disminuyeron sus ventas en 60 por ciento en promedio, como resultado, principalmente, de la ausencia de consumidores, con lo que se estimó una pérdida de 8 mil 220 millones de pesos aproximadamente».
La Concanaco señalaba entonces que los establecimientos afectados por las disposiciones sanitarias vieron mermadas sus ventas hasta en 80%, estimando una pérdida de 4 mil 425 millones de pesos, a lo cual entonces se le sumaba la pérdida de cerca de 480 millones de pesos por la cancelación o aplazamientos de ferias, exposiciones, congresos y convenciones programadas.
De igual manera, en la capital mexicana se registraba una caída en ocupación hotelera equivalente a 22% respecto al total nacional, causando una pérdida de 1,800 millones de pesos. En el Tercer Informe de Ejecución del Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 (2009), la Secretaría de Turismo destacó que el número de visitantes internacionales cayó en 5.8% respecto a 2008 al pasar de 91.5 millones de personas a solo 86.2 millones de turistas y excursionistas, lo cual también significó una caída de 15.2% en la derrama económica que estos dejaron un año antes al registrar solo 11 mil 275 millones de dólares.
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Por ello, la Secretaría de Turismo (Sectur) en coordinación con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social llevaron a cabo el Programa de Apoyo Emergente a Trabajadores del Sector Servicios, reportó la entrega de apoyos económicos, cursos y becas, a 58 mil trabajadores de la industria restaurantera y hospitalaria.
Finalmente, en el aspecto del empleo, el Inegi muestra cómo se agudizó la caída del empleo iniciada en septiembre de 2008, puesto que el porcentaje de desempleados en México se ubicaba en abril en 5.2% y dio un salto hasta 5.6%, mientras que en el mes de junio de 2009 el entonces jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, señalaba que los efectos de la crisis económica y la contingencia sanitaria habían dejado en el primer semestre del año cerca de 60 mil desempleos en la capital, casi la misma cifra de empleos perdidos durante todo 2008.
¿Por qué importa atender a los temas económicos?
Durante las últimas semanas instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Moodys y demás, han anunciado una desaceleración económica como efecto del paro de actividades para mitigar los contagios del coronavirus. Sin embargo, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, señaló la semana pasada que el Covid-19 tendrá efectos devastadores en la economía mundial incluso más intensos y distintos que la crisis económica de 2008, lo cual, al humanizar los datos, expresa un panorama preocupante y de pronta atención.
La ONU y la Cepal han calculado que el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe podría contraerse -1.8%, pudiendo conducir a un aumento de la tasa de desempleo de hasta 10% y ello a un aumento en el número de pobres en la región calculando que pase del actual cálculo de 185 millones de ellos a 220 millones de un total de 620 millones de habitantes, mientras que el número de personas que viven en la pobreza extrema ascendería de 67.4 millones a 90 millones.
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