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Paridad de género consolidada en el Congreso de la Unión

Paridad de género consolidada en el Congreso de la Unión

El Congreso de la Unión conformado por las cámaras de Diputados y Senadores se ha encargado legislar y aprobar reformas así como proponer a quienes integran diferentes organismos públicos. Ambas cámaras cuentan con cierta cantidad de representantes de la sociedad para llevar a cabo las decisiones importantes del país, la cual durante años se conformó plenamente por hombres; sin embargo, en los últimos años la paridad arribó para hacer de ambas cámaras espacios plurales con la participación de mujeres y hombres.

En la década de los 50, las cámaras únicamente contaban con la participación de los hombres, sin embargo, en aquella época, alzaron la voz las primeras mujeres precursoras que buscaron una curul dentro de las cámaras alta y baja. En 1952 la primera diputada federal fue Aurora Jiménez de Palacios, quien defendió el voto de las mujeres y que un año después aglomeró a unas 10 mil mujeres en Mexicali puesto que se identificaron con el derecho al sufragio.

El resultado fue para 1953 la publicación por el presidente Adolfo Ruiz Cortinez (quien también apoyó la causa durante su campaña electoral), en el Diario Oficial de México, del decreto de que la mujer tenía derecho al voto. Los comicios en los que mujeres participaron por primera vez se realizaron hasta las elecciones de 1955.

En 1964 las mujeres pudieron obtener un primer asiento dentro de la Cámara Alta. María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia, quienes se mantuvieron como senadoras hasta 1970, siendo Lavalle Urbina la primera presidenta del Senado en la historia de México.

Pasaron más de 20 años para que en México arribara el «sistema de cuotas de género» el cual implementó que en los congresos debía haber participación de las mujeres en un 50 % otorgando más curules a ellas dentro de ambas cámaras. Esta medida comenzó a aumentar conforme el paso del tiempo puesto que en un inicio en la Cámara Baja sólo se contemplaba el 7.8% de mujeres, que incrementó en el periodo 2003-2006 con 115 mujeres y 385 hombres, para 2009, los puestos para mujeres llegaron a 27%, y hasta en 2015 la paridad se elevó hasta el 42% con 213 legisladoras y 287 legisladores en la cámara de diputados.

Tres años tuvieron que transcurrir para que la paridad tuviera un porcentaje equilibrado cuando en 2018 se dio a conocer por medio del Instituto Nacional Electoral (INE) que de los 500 diputados 245 mujeres tendrían un espacio solo sobrepasadas por los 256 hombres en la el palacio legislativo dejando un porcentaje de 49 % mujeres y 51 % hombres.

Por otra parte, en la cámara de senadores que alberga 128 legisladores cuenta con 63 mujeres y 65 hombres, teniendo así la cifra más alta en la LXIV legislatura desde hace 15 años.

Actualmente ambas cámaras cuentan con mujeres como presidentas de los respectivos palacios legislativos, siendo Laura Rojas Hernández presidenta de la Cámara de Diputados, quien llegó a la directiva en relevo de Porfirio Muñoz Ledo, y Mónica Fernández Balboa su homóloga en la Cámara de Senadores, quien reemplazó a Martí Batres convirtiéndose en la cuarta mujer en obtener la silla directiva en el Senado.

La pluralidad continúa creciendo en las esferas políticas; sin embargo, aún queda un camino por recorrer para que mujeres sigan abriendo puertas dentro de las cámaras y a favor de las mujeres de las sociedad mexicana.

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