Cultura
Óscar Chávez y Caetano Veloso, en CU
Como ocurría en décadas pasadas, Ciudad Universitaria (CU) de la UNAM se convirtió en el escenario de la canción de protesta y “nueva canción latinoamericana”. Este sábado se llevó a cabo «Cantares. Fiesta de trova y canto urbano”, organizado por el gobierno de la Ciudad de México, evento que tuvo como presentaciones principales las de Óscar Chávez y Caetano Veloso.
En punto de las 11:30 de la mañana, Ciudad Universitaria vio convertirse una de sus explanadas en la recepción de miles de personas que acudieron a «Cantares», evento que inició sus actividades de la mano de Lety Servín, cantautora mexicana que ha inspirado varias de sus letras en poemas de Sor Juana Inés de la Cruz.
Tras media hora, la cantante michoacana se retiró del escenario para dar paso a uno de los trovadores mexicanos más laureados de los últimos años: Fernando Delgadillo. El compositor inició su recital con Primavera, sencillo de su disco Tiempo Ventanas, e hizo gala de sus comentarios irónicos para describir la jornada musical y jugar con las peticiones de canciones del público.
«Cada quien en su cabeza tiene el concierto perfecto, pero tenemos solo 40 minutos y varios discos», dijo para continuar entonando clásicos de su repertorio como «Entre Pairos y Derivas», «Cartas a Francia» y «Hoy Ten Miedo de Mí».
El tercer acto fue protagonizado por algunos de los herederos del canto de protesta chileno que compusieron Víctor Jara y Violeta Parra: Inti Illimani e Isabel Parra y Tita Parra, hija y nieta de la icónica cantautora chilena. Como si coincidencia se tratara, el clima soleado fue trasladado al escenario con la interpretación de «Arriba quemando el sol».
Por su parte, las descendientes de Violeta alternaron en la presentación para tomar el micrófono y recordar el exilio del que formaron parte durante la dictadura de Augusto Pinochet como introducción a “Ni Toda la Tierra Entera” y “La Tierra”.
Inti Illimani continuó con el repertorio de la década de 1970 en Chile, haciendo vibrar a Ciudad Universitaria con “El Pueblo Unido Jamás Será Vencido”, canción que hizo reaccionar a más de uno de los presentes para alzar el puño izquierdo en señal de una lucha ideológica que hoy está latente en México.
El clímax del evento llegó con los acordes de Óscar Chávez, uno de los artistas más esperados por los presentes. Con todo y “ronquera” que hizo expresa y de la que pidió disculpas en al menos un par de ocasiones, el “Caifán Mayor” hizo recordar a los más longevos aquellos días de 1968 cuando un joven cantautor entusiasta acompañaba el movimiento estudiantil que más tarde sería reprimido.
El concierto, como su repertorio, tuvo momentos de todo tipo. El momento romántico llegó con títulos como “Mariana”, “Perdón” y “Por ti”; la algarabía, por su parte, surgió con “Macondo”, inspirada en el libro Cien Años de Soledad del célebre literato colombiano Gabriel García Márquez, y la nostalgia de quienes vivieron los años sesentas y setentas volvió con el espíritu revolucionario de “Hasta siempre comandante”.
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El final vino con la entonación de las parodias políticas siempre rescatadas, por lo que el «Caifán Mayor” se despidió “echando las coplas de la mariguana” para diversión de los miles de presentes que la entonaron para despedir al cantautor mexicano.
El invitado internacional más esperado de este evento se hizo presente al término de la presentación del trovador mexicano. Proveniente de Brasil, Caetano Veloso dio a los presentes un espectáculo junto a sus tres hijos que en todo momento le acompañaron cantando, tocando y bailando en el escenario.
Caetano ofreció a los presentes algunas de sus mejores canciones explicando la conexión que estas tenían en su vida personal, como “Ofertorio”, una canción compuesta para celebrar los 90 años de su madre, así como ‘Reconvexo’, ‘Um canto de Afoxé’ y ‘Força Estranha’, de las cuales habló contando cómo sus hijos estaban presentes en sus composiciones e interpretaciones desde que estaban pequeños.
El momento sentimental y especial del artista llegó casi al final de su lista de canciones al regresar al escenario tras despedirse por primera vez. En este pequeño “regalo” para los asistentes, Caetano Veloso recordó al recién fallecido Joao Gilberto, a quien dedicó la que calificó de “La canción mexicana”, ‘Bésame Mucho’.
Por último, Caetano Veloso y sus hijos se despidieron del público mexicano interpretando “Cucurrucucú Paloma”, una de las canciones en español que el artista brasileño ha tomado como una de sus preferidas en este idioma para interpretarlas durante sus conciertos.
Al final del espectáculo, a nombre del Gobierno de la Ciudad, el secretario de Cultura de la CDMX, José Alfonso Suárez del Real, nombró a los artistas presentes como “embajadores de la cultura latinoamericana en la CDMX” y señaló que el evento era para “reconocer que esta es la música que nos ha hecho libres y ha formado, una música que crea conciencias libertarias bajo sus acordes y letras; muchas militancias y libertades se han formado a lo largo del tiempo”.
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