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“No los voy a defraudar”, asegura Sheinbaum en toma de protesta como presidenta de México
En un discurso en su mayoría dedicado a las mujeres y en un entorno de celebración que se vivía en los legisladores de las bancadas pertenecientes a la Cuarta Transformación y de ciudadanos que gritaban felices al otro extremo de avenida Congreso de la Unión, frente a la entrada principal del Palacio de San Lázaro, que al mismo tiempo se unía al entusiasmo de los miles de simpatizantes que hacían lucir pletórico el zócalo de la Ciudad de México donde también se vivía la fiesta, Claudia Sheinbaum Pardo rindió protesta como la primera mujer presidenta constitucional de México. 200 años después de que el país se constituyó como República, y 500 años desde la conquista.
“No les voy a fallar”, sostuvo al final del emotivo mensaje de alrededor de 50 minutos que dio inicio después de dos horas de iniciada la sesión en el Congreso que empezó con los posicionamientos de los grupos parlamentarios, mientras en el exterior del Salón de plenos, los 12 presidentes que asistieron a la investidura presidencial, y representantes de los 105 países que la acompañaron eran recibidos por los nuevos secretarios de Estados quienes los conducía a sus lugares al interior del Congreso Mexicano.
Entre ellos, pudimos ver desfilar al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Colombia, Gustavo Petro; de Cuba, Miguel Díaz Canel, además de los mandatarios de Paraguay, Santiago Peña; de Chile, Gabriel Boric; de Guatemala, Bernardo Arévalo, y de Honduras, Xiomara Castro.
En punto de las 11:00 de la mañana arribó Andrés Manuel López Obrador todavía como presidente de México, portando la banda presidencial y acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, con quien entró tomado de la mano tras bajar del jetta blanco en el que se trasladaron desde su departamento en Copilco, donde durmió este lunes después de abandonar Palacio Nacional a las 6:00 de la tarde. Atrás de ellos, caminó su hijo, Jesús Ernesto, quien saludó a prensa que le pedía detenerse para tomarle fotografías.
En las escalinatas ya lo esperaba una comitiva de hombres y mujeres legisladores que previo a su llegada coreaban una y otra vez “¡es un honor estar con Obrador, es un honor estar con Obrador!” impulsados por los simpatizantes del presidente que aguardaban su llegada a lo lejos.
Tras ser conducido a la sala de recepción de la Cámara donde aguardó unos minutos para después acompañarlo al Pleno, encontrándose en el camino a cientos de legisladores de su movimiento que le pedía fotografías, abrazarlo o al menos estrechar su mano, el mandatario subió a la tribuna para ocupar su lugar entre el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, y la presidenta de la Cámara de Diputados, Ifigenia Martínez, quien portaba un tubo de oxígeno.
En el saludo y abrazo que el presidente le dio a Fernández Noroña, para después besar en tres ocasiones a Ifigenia Martínez, llamó la atención que López Obrador no saludara a Norma Piña Hernández, presidenta del Poder Judicial de la Federación (PJF), pues se encontraba en el otro extremo de la mesa.
Pocos minutos después, llegó hasta el congreso, de la mano de su esposo Jesús María Tarriba, la hasta ese momento presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, para ser recibida en las escalinatas principales por una comisión de legisladores puramente mujeres, quienes a su vez la condujeron hasta el salón de plenos donde ya la esperaba el presidente para hacerle entrega de la banda presidencial. Pero que durante todo el recorrido de su departamento en la alcaldía Tlalpan y hasta San Lázaro, estuvo acompañada por los mexicanos que salieron a su paso para verla transitar las calles, previo a convertirse en presidenta.
En un acto protocolario de unos pocos minutos, tras rendir protesta como presidenta, en la que se comprometió a cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes que de ella emanen, López Obrador se retiró la banda presidencial, que únicamente es usada por el presidente en turno, para pasársela a Ifigenia Martínez, quien a su vez, con ayuda de una cadete del Colegio Militar, colocó a Sheinbaum Pardo convirtiéndola así en la primera presidenta de México.
En su discurso destacó que, junto con ella, llegan todas las mujeres que antes lucharon por sus sueños y que sí los lograron, pero también aquellas que pese a sus luchas jamás lograron, a las abuelas que no aprendieron a leer porque les dijeron que la educación no era para ellas, pero también por nuestras madres que nos sacaron adelante, por las hijas guerreras y las nietas que siempre sabrán que las mujeres también podemos ser presidentas.
Claudia Sheinbaum reiteró que no fallará a la confianza de los mexicanos y aseguró que gobernará para todos, hombre y mujeres empoderados, sueño que nunca más nadie podrá arrebatarnos.
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El discurso que inició agradeciendo a sus invitados especiales, entre los que destacó a legisladores españoles de izquierda que asistieron, ante el júbilo y aplausos de los asistentes, la presidenta de México dedicó varios minutos en reconocer el trabajo del presidente López Obrador en sólo seis años de gobierno.
Recordó también que hace 16 años, en el mismo espacio en el Congreso, quisieron desaforarlo para no permitirle competir en las elecciones presidenciales. Tribuna desde donde pronunció un discurso en el que dijo que la historia lo iba a juzgar por sus acciones. Y ahora, señaló Sheinbaum Pardo, “la historia y el pueblo lo ha juzgado: Andrés Manuel López Obrador, uno de los grandes, el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido, solo comparable con Lázaro Cárdenas, el que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo y para millones, aunque a él no le gusta que se lo diga, el mejor presidente de México, el que inició la revolución pacífica de la Cuarta Transformación”. Palabras que fueron ovacionadas por los legisladores de la 4T y los secretarios de Estados e invitados especiales, pero con el silencio de los integrantes de la oposición que se mantenían sentados ante la alegría del oficialismo.
Por otro lado, al hablar de su proyecto que realizará en su sexenio, Claudia Sheinbaum enfatizó que se respetarán las libertades de los mexicanos y jamás se reprimirá a nadie. Además, subrayó que la política exterior se mantendrá el principio de no intervención y la libre determinación de los pueblos.
Respecto al tema económico, la presidenta dijo que se procurarán las inversiones extranjeras e hizo una aseveración a los empresarios que “sus inversiones estarán a salvo en México”. Al tiempo que señaló que se seguirá invirtiendo el dinero público porque se mantendrá el combate a la corrupción y la austeridad republicana para usar esos recursos en los que más lo necesitan.
“En nuestro gobierno garantizaremos todas las libertades (…) quien quiera que diga que habrá autoritarismo, estará mintiendo”, sostuvo.
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Claudia Sheinbaum reiteró que continuará con la Cuarta Transformación iniciada por el presidente López Obrador y con el modelo económico de ‘humanismo mexicano’ que tantos frutos ha rendido al sacar de la pobreza a más de 9 millones de mexicanos en cinco años. Contrario al modelo neoliberal, que dijo, tanto daño le ocasionó al país.
Acerca de la seguridad, la presidenta dijo que no regresará la guerra contra el narcotráfico desatada por Felipe Calderón Hinojosa y que dejó en llamas al país, contrario a ello, señaló que implementará una estrategia basada en cuatro ejes: atención a las causas, siempre, dando la posibilidad de que los jóvenes y mexicanos tengan acceso a todos los derechos; inteligencia e investigación; fortalecimiento de la Guardia Nacional, quien crea que la Guardia Nacional, estando en la Secretaría de la Defensa es militarización, está totalmente equivocado; nos coordinaremos con municipios, estados, con el ministerio público, con la FGR, que en su autonomía no significa que deje la coordinación, eso nos va a permitir avanzar todavía más; atención a las causas y cero impunidad con los cuatro ejes de seguridad con justicia.
Ante la presidenta del Poder Judicial de la Federación, Norma Piña, subrayó que la reforma judicial recién aprobada dará mayor autonomía e independencia a este poder, lejos de lo que se afirma porque insistió en que, si se quisiera coptarlo, habría propuesta una reforma como la de Ernesto Zedillo Ponce de León, y no dejarle al pueblo la decisión democrática de elegir a sus jueces.
Finalmente dijo que no defraudará a los mexicanos y que pondrá todo su conocimiento al servicio del pueblo de México. “Y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Gobernaré para todos y para todas y tengan la certeza de que pondré mi conocimiento, mi fuerza, mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y de la patria. Tengo la certeza de que consolidaremos juntas y juntos un México cada día más próspero, libre, democrático, soberano y justo. No les voy a defraudar”.
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