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Cultura

Murió Fernando Botero, pintor y escultor colombiano

Foto: Gobierno de México

El pintor y escultor colombiano Fernando Botero Angulo falleció este viernes a los 91 años de edad en su casa ubicada en Mónaco. La noticia fue confirmada por su hija Lina Botero a diversos medios de comunicación colombianos, generando también una ola de reacciones para despedir al afamado artista del siglo XX.

De acuerdo con Lina Botero, Fernando Botero falleció a las 9:00 a.m. (hora local) luego de llevar cinco días delicado de salud por desarrollar una pulmonía. No obstante, comentó para la cadena Caracol Radio que su padre murió afortunadamente tras una vida extraordinaria, “en el momento indicado” y con tranquilidad.

Asimismo, la descendiente del artista colombiano opinó que ahora este estará reunido con su última esposa, Sophia Vari, quien falleció el pasado 5 de mayo. En tanto, lo recordó como un padre y abuelo extraordinario, así como un hombre con una generosidad y un compromiso absoluto con su país, por lo que consideró que merece un homenaje por parte de Colombia, ya que le dedicó su vida y fue el tema central de su obra artística.

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Ante la noticia, el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, declaró que Fernando Botero fue el pintor de las tradiciones nacionales, los defectos y las virtudes del país. “El pintor de nuestra violencia y de la paz. De la paloma mil veces desechada y mil veces puesta en su trono”, escribió en sus redes sociales.

Por su parte, la vicepresidenta Francia Márquez manifestó que la obra del pintor nonagenario abrió caminos de dignidad y reconocimiento para el arte colombiano. Asimismo, expresó que su legado es motivo de orgullo para todo el país. “Expreso mis condolencias a sus familiares y amigos”, añadió en una de sus publicaciones en sus redes sociales oficiales.

Fernando Botero nació el 19 de abril de 1932 en Medellín, Colombia, capital del departamento de Antioquia. Desde pequeño, este mostró un interés por la pintura, de modo que de manera autodidacta comenzó a realizar sus primeras obras tras un fallido intento de dedicarse a la tauromaquia. Pese a su nula formación profesional, sus pinturas llegaron a ser parte de las ilustraciones del periódico El Colombiano, por las cuales recibió pagos que ahorró para viajar a Europa en 1952.

Este arribó a España, país donde recibiría su primera educación entorno al arte al inscribirse en la Real Academia de Arte de San Fernando; en 1953 después se mudó a París, Francia y en ese mismo año se matriculó en la Academia de San Marcos de Florencia, Italia. Dicha experiencia le haría entrar en contacto con artistas como Paolo Uccello, Piero Della Francesca y Andrea Mantegna.

Fue en este viaje que encontró su estilo propio a partir del volumen en la pintura, lo cual le llevó a trazar algunos personajes y figuras que popularmente se conocerían como “las gordas” o “los gordos” de Botero. Mediante este homenajeó cuadros clásicos como la Gioconda, también conocida como Monna Lisa, o La camara degli sposi (Camara de los esposos) , hasta episodios como la muerte del narcotraficante Pablo Escobar hasta el sismo de Popoyán de 1983, el cual terminó con la vida de 267 personas.

Pese a la actual popularidad de su obra, al inicio esta fue rechazada en su país, por lo que se mudó en 1956 a Ciudad de México, México, donde tomaría su veta expresionista. En solo dos años, este tomó la influencia del pintor mexicano Rufino Tamayo y logró realizar su primera instalación en Nueva York, Estados Unidos, ciudad a la que volvería en 1960. Instalado ahí, continuó con su desarrollo artístico para realizar nuevas exposiciones que le darían reconocimiento local y le abrirían la posibilidad de comenzar a viajar al final de la década a ciudades europeas

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