Mikel Arriola: la derrota como futuro

Y como se venía comentando, el arranque de semana fue determinante para conocer el futuro próximo del todavía director del IMSS, Mikel Arriola: la derrota.

Apenas se dio el “destape” de José Antonio Meade como candidato del PRI a la Presidencia, a Arriola se le mencionaba ya como posible aspirante a ocupar un cargo de elección popular o para integrarse al equipo de campaña de Meade, de quien es “muy cercano” y de quien ha dicho que es “un gran candidato… y motivo de esperanza para el país”.

Este martes, con tibieza, como si aún lo dudara, el autodefinido “soldado del Presidente” se destapó como el candidato del PRI para la Ciudad de México.

Es comprensible ese tono poco festivo en alguien que, incluso antes de comenzar la contienda, se sabe destinado a la derrota.

Los números del PRI en la ciudad son menores. Muy por detrás de Morena, de PRD y de un hipotético Frente capitalino. Los reducidos espacios con que cuenta en la CDMX los obtuvo más por la división de las izquierdas que por propia fortaleza.

Así, la candidatura de Arriola tiene como destino ocupar un tercero o cuarto lugar en la contienda por la jefatura de Gobierno. Pero eso seguro lo tiene claro, y su objetivo será arrebatar el mayor número de votos que puedan sumar a las aspiraciones de Meade.

Por lo demás, ya llegará el premio por haber aceptado jugar este poco halagüeño papel: una cartera en el gabinete si su amigo logra derrotar a AMLO en el 2018. ¡Vaya apuesta!