Marchan miles a 56 años de la Matanza de Tlatelolco; Comité 68 apuesta al diálogo con el gobierno tras “disculpas”

Como desde hace años, miles de personas se congregaron en la ‘Plaza de las Tres Culturas’ para acompañar en su protesta al Comité 68, integrado por quienes fueron miembros del Movimiento Estudiantil reprimido en la Masacre de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. Poco antes de las 16:00 horas, el grupo de activistas inició su andar hacia el Eje Central y encabezar así el andar para exigir justicia y reparación para las víctimas del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.

Conformado por estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Instituto Politécnico Nacional (IPN), colectivos pro Palestina, normalistas de Ayotzinapa y más, el contingente caminó pacíficamente hacia el Centro Histórico de Ciudad de México. «¡2 de octubre, no se olvida!», «¡Ni perdón, ni olvido. Castigo a los asesinos!», ¡Señor, señora, no se indiferente. Se matan estudiantes en la cara de la gente!» fueron algunas de las arengas entonadas.

Pese a esta tranquilidad para evocar a la memoria histórica y pedir justicia, el ambiente se enrareció tras cruzar el desnivel de Eje Central y acercarse al Teatro Blanquita. Ante la presencia de policías en las entradas de las calles que conectaban con esta vía rápida, comenzaron a surgir algunos rumores de que el Zócalo estaba bloqueado al menos de manera similar que como ocurrió en el décimo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, cuando hubo muros de concreto que impedían el paso del camión de sonido a la Plaza de la Constitución.

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Esa duda aumentó aún más cuando el rumor se convirtió en una arenga contra el gobierno capitalino y el gobierno federal, acusándoles de represores y de actuar contrario a lo que ofrecen. Al no poder confirmarlo, algunos integrantes del Comité 68 dejaron su lugar para ir justo al frente del contingente y gritar “¡Zócalo! ¡Zócalo!¡Avancemos, no caigamos en provocaciones pase lo que pase!” para calmar a los demás manifestantes.

Ante el supuesto bloqueo, el camión de sonido se desvió hacia otra de las calles. Casi a la par, una persona increpó a los sobrevivientes de la Masacre de Tlatelolco afirmando que él sí estuvo ahí y ellos no. “¿Qué les ha hecho el gobierno, putos? ¿Qué les ha hecho el gobierno, culeros?”, les reclamó y posteriormente violó el perímetro que busca proteger al comité, pasando por debajo de las cuerdas para encararlos, lo cual provocó que algunas personas se abalanzaran sobre este para impedir alguna agresión física y sacarlo de ahí.

Al final, resultó que los rumores del bloqueo del Zócalo eran falsos, puesto que si bien estaban colocadas las vallas metálicas alrededor de Palacio Nacional y la Catedral, el acceso por la calle 5 de Mayo era pleno. Ya en el templete se leyó primero el discurso de la “Coordinación Permanente contra la Represión”, el cual señalaba que es falso que “todas” llegaron al gobierno con Claudia Sheinbaum Pardo, puesto que faltan las mujeres que defienden el territorio, periodistas, madres buscadoras, desplazadas, desaparecidas y asesinadas; en tanto, señaló este que la disculpa pública por la Masacre de Tlatelolco no era un acto de benevolencia.

El tono parcial antigubernamental cambió por completo enseguida, cuando Félix Hernández Gamundi, exlíder del Movimiento Estudiantil de 1968 y representante del Comité 68, leyó el posicionamiento de los que vivieron en carne propia los hechos hoy recordados. De manera similar a lo dicho horas antes frente a representantes del gobierno capitalino, indicó que las disculpas anunciadas por el gobierno federal le parecían un gesto de buena voluntad para avanzar en la justicia.

Mencionó que está en manos de la gente que dicho documento tenga trascendencia, pues ahora toca organizarse y movilizarse, pero todo a través del diálogo y el debate. “Tomemos está ventana que hoy se abre como un camino que finalmente, en el corto, mediano o largo plazo, nos tiene que llevar finalmente a la acción definitiva de la justicia para, de una vez por todas, derrotar la impunidad que impide el desarrollo democrático”, pronunció.

Para terminar, expresó que la finalidad de las movilizaciones de todos debe ser construir verdaderamente un país de iguales y libertad, donde las desigualdades se reduzcan. En tanto, reiteró su combate al diálogo, al debate, no bajar la guardia y tomar la ventana que se abrió con el anuncio de Claudia Sheinbaum, pues esto abre paso a retomar los procesos de justicia. “¡Esta bien!” gritó una de las personas que asumió por completo la petición del dirigente del Movimiento Estudiantil de 1968. De acuerdo con las secretarías capitalinas de Gobierno (Secgob) y de Seguridad Ciudadana (SSC), la movilización realizada tuvo una asistencia de 8 mil personas con saldo blanco.