Los niños rebeldes de la 4T

Una niña se robó la atención y “saltó a la fama” por una seña (el dedo medio levantado) transmitida en las pantallas en la visita de AMLO a Mérida, Yucatán. El hecho hizo reír a los cientos de asistentes.

Sobre las giras del presidente mucho se ha hablado que éstas están “organizadas” para que sea recibido con aplausos para él y chiflidos contra los gobernadores. Pero no todo es así puesto que quienes también movilizan a sus huestes no solo son los “servidores de la nación” sino también los presidentes municipales, que suelen ser invitados al templete.

Por ello, no es raro observar que en los eventos públicos de Andrés Manuel lleguen grupos, sucedió en Puebla, que empiecen a repartir las cartulinas fosforescentes con el acostumbrado “Es un honor estar con Obrador y…” seguidos del nombre de quien mandata en lo local. Pero lo que no consideran es que si bien invitan a jóvenes, no significa que estos sean sumisos y mucho menos que participen en las dinámicas para vanagloriar al alcalde en turno.

Y es que entre el juego de la inocencia y la rebeldía propias de la adolescencia, en el regreso de AMLO a la entidad que próximamente gobernará Miguel Barbosa, muchos de los compañeros de quien iba a recibir simbólicamente la beca para estudiantes mostraron la misma actitud que la niña yucateca, aceptando las pancartas para después tirarlas en el piso o, en el mejor de los casos, mostrar simpatía con AMLO y sus jocosos dichos, pero tachando el nombre de los presidentes municipales.

Bien dice el dicho “los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”, o al menos expresan un hartazgo por estar siendo utilizados como parte de escenario o porristas en los eventos políticos