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Nación

El día que borraron a Agustín de Iturbide del Muro de la Cámara de Diputados

Foto: Mediateca INAH

El 20 de mayo de 1835, la Cámara de Diputados de México aprobó que en sus muros fuera inscrito el nombre de Agustín de Iturbide en su Muro de Honor. No obstante, estas fueron borradas poco antes de cumplir 90 años y como parte del contexto de las fiestas del centenario de la Consumación de la Independencia.

Junto a la reconstrucción del México posrevolucionario también ocurrió lo mismo con su relato histórico. Aunque algunos de los héroes nacionales fueron retomados para unificar al país, otros fueron borrados de los espacios donde sus nombres quedaban todavía reconocidos como «padres de la patria».

Hasta el 22 de septiembre de 1921, el nombre de Agustín de Iturbide permaneció en el muro de honor de la antigua Cámara de Diputados. Sin embargo, un día después un grupo de diputados presentó una iniciativa para retirarlo como uno de los hombres ejemplares inmortalizados en el edificio ubicado en la esquina formada por las calles Donceles y Allende de la Ciudad de México, donde hoy se auspicia al Congreso capitalino.

A casi nada de cumplirse los 100 años de la entrada triunfante del exrealista con el Ejército Trigarante, el hecho provocó un acalorado debate de la XXIX Legislatura los días 28 de septiembre, 4 y 5 de octubre.

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Desde la tribuna, a favor se posicionaron, entre otros, Rafael Ramos Pedrueza, historiador, periodista y diputado por el distrito 06 del Distrito Federal; Federico Martínez de Escobar, diputado por el distrito 01 de Tabasco; y Antonio Díaz Soto y Gama, diputado potosino que militó en el periódico Regeneración de Ricardo Flores Magón, se unió a los maderistas y posteriormente forjó una amistad con Emiliano Zapata.

Estos mencionaron que era insostenible que el Muro de Honor de la Cámara de Diputados tuviera inscrito el nombre de Agustín de Iturbide. Como argumento principal, sostuvieron que si bien había sido partícipe en la Consumación de la Independencia, en realidad había pasado varios años luchando en el bando realista y asesinando a quienes luchaban por conseguir la autonomía del país.

Asimismo, destacaron que adoptó el cargo de Emperador y la disolución del Congreso ante las diferencias que ambos tenían respecto al nuevo proyecto de nación y representación. «No solamente antes de la independencia fue Iturbide un enemigo de las libertades, sino que después quizá lo fue peor y menos disculpado ante la Historia, por haber disuelto el Congreso en la forma más brutal», comentó Ramos Pedrueza en una de sus intervenciones.

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No todos le reconocían tampoco como propia la gesta de la Independencia. Soto y Gama tomó como referencia la obra «México a Través de los Siglos» de Vicente Riva Palacio para acusar de oportunista al fusilado en Tamaulipas durante 1824. «El banquete estaba servido y a un hombre que es bastante cínico para esperar una oportunidad, podrán ustedes llamarlo con todos los epítetos denigrantes que quieran, pero nunca héroe y, mucho menos, con el sobrenombre o mote de grande hombre; ese se llama hombre mezquino», declaró.

Sus dichos se hacían ante los intentos de defensa de Vito Alessio Robles, militar que había pertenecido al Ejército Federal, combatido en un inicio a los maderista pero posteriormente cercano a algunas fuerzas revolucionarias constitucionalistas y villista.

Este defendía que desde el inicio Iturbide había pugnado por un orden monárquico que se describía en el Plan de Iguala; de ese modo, consideraba que si alguien había faltado a su fe republicana había sido Vicente Guerrero al firmarlo y ponerse a sus órdenes.

Fue el 8 de octubre cuando finalmente se votó la iniciativa. El resultado fue un apabullante 126 votos a favor de borrar el nombre de Agustín de Iturbide del Muro de Honor de la Cámara de Diputados contra solamente 10:

Vito Alessio Robles, José Castañón, Francisco Castillo, Norberto Domínguez, José Gálvez, Eduardo Laris Rubio, Francisco Ollivier, Francisco Ramírez Luque, Gustavo P. Serrano y Rubén Vizcarra.

De esa manera, se consumó otro de los cambios significativos en el relato histórico oficial, hecho que se asemeja a lo que actualmente ocurre en Ciudad de México al cuestionarse la permanencia de una estatua de Cristóbal Colón, qué figura debe ser elegida para suplirla y quiénes deben decidir el significado de este nuevo espacio.

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