Cuesta a la UNAM más de 100 millones de pesos el vandalismo a sus instalaciones en cinco años

De 2018 a 2023, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sufrió 86 ataques vandálicos por parte de personas encapuchadas que realizaron destrozos de diferentes niveles, desde rotura de vidrios, quema de espacios, pinta de paredes, entre otros, con un costo que asciende a más de 100 millones de pesos.

Los últimos años, la máxima casa de estudios ha sido blanco de múltiples actos vandálicos por personas embozadas que han ocasionado daños en sus instalaciones ya sea preparatorias, facultades, Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH), así como la rectoría, institutos o laboratorios, acumulando en los últimos cinco años un total 86 ataques de los cuales 83 ocurrieron en la gestión del recién salido rector Enrique Graue Wiechers.

De acuerdo con los registros de la Tesorería de la universidad, a través de la Dirección General del Patrimonio Universitario, a los que La Hoguera tuvo acceso a través de una petición de transparencia, el monto total por daños de 2018 a 2023, asciende a 100 millones 685 mil 636.93 pesos, esto sin contar los últimos 28 ataques reportados en 2023, pues estos aún se encuentran en proceso de integración y determinación de los montos de a cuánto ascendieron los destrozos, es decir, el conteo obedece a 58 siniestros.

Tan solo en el ejercicio 2018, según los datos proporcionados por la UNAM, se tuvieron cuatro actos vandálicos en cuatro dependencias diferentes de la Universidad, ascendiendo los destrozos a un monto total de 8 millones 745 mil 044.89 pesos.

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Para 2019, los siniestros se elevaron a siete tanto en el edificio de Rectoría, en tres ocasiones, como en las preparatorias 3, 7 y 9, y en la facultad de Filosofía y Letras. Estos actos tuvieron un costo de 25 millones 253 mil 995.77 pesos.

El siguiente año, 2020, pese a que se vivía la pandemia por Covid-19, fue el periodo con más actos vandálicos que ha tenido la institución al reportar 23 incidentes de destrozos donde el monto total por la rotura de cristales, incendio de espacios, daño en mobiliario, en CCH, preparatorias, la dirección general de administración escolar, la torre de Rectoría, la facultad de ciencias políticas y sociales, Facultad de Estudios Superiores (FES) y la facultad de medicina veterinaria y zootecnia ascendió a 55 millones 199 mil 799.46 pesos.

A estos costos se sumó el año 2021 con sus 10 ataques los cuales ocurrieron en la preparatoria 6, el CCH Vallejo, el Palacio de Minería en dos ocasiones, la Facultad de Artes y Diseño, también dos veces, así como la torre de Rectoría, contabilizando un daño patrimonial por 4 millones 686 mil 461.49 pesos.

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Un año después, en 2022, de acuerdo con datos de la Universidad, las diferentes instalaciones fueron víctimas de nueve ataques en el CCH Sur, el CCH Vallejo, la Facultad de medicina, la torre de rectoría, la preparatoria 9 y la base uno, algunos de ellos en más de una ocasión, acumulando un daño por 3 millones 937 mil 470.3 pesos.

Para 2023, el último año como rector de Graue Wicher, se cometieron 33 siniestros también en diferentes unidades de los CCH, además de la Facultad de medicina, la torre de rectoría, así como daños en diferentes esculturas, de los cuales únicamente cinco han podido ser contabilizados y responden a un costo de 2 millones 862 mil 865.02 pesos; en tanto que los 28 restantes aún se encuentran en proceso de contabilización de los montos totales a los que ascendieron los daños.

Pese a que estos grupos de embozados irrumpen en las instalaciones de la Universidad, sus preparatorias, CCH, instituciones, facultades y rectoría en demanda de algunas situaciones en particular, como la violencia de género, el acoso, los feminicidios, la petición de la destitución de algún profesor o director, llama la atención que desde la Secretaría de prevención, atención y seguridad universitaria no se tenga registro de un pliego petitorio por parte de los grupos vandálicos.

Ello, afirma Nilton Jair Flores, enlace de transparencia de la Secretaría de prevención, se debe a que las personas encapuchadas que causan destrozos en las instalaciones universitarias “se centran en causar daño a la infraestructura de la UNAM, y no así en entregar documento alguno donde conste determinada demanda”.