Cuba inicia preparativos para nombrar a su nuevo presidente

El gobierno de Cuba comenzó los preparativos para la sesión de la Asamblea Nacional de este miércoles en la cual se espera que Raúl Castro dimita de la presidencia. De acuerdo con medios estatales de la isla y agencias internacionales el próximo líder será Miguel Díaz-Canel, actual vicepresidente.

Manteniendo la promesa que hizo al llegar al poder en 2008, Raúl Castro ya prepara su salida del puesto que heredó de su fallecido hermano Fidel. Tras servir dos periodos como primer mandatario de Cuba e iniciar un proceso de apertura económica y diplomática, Castro concluirá su proceso de transición este miércoles. Aunque la sesión de la Asamblea Nacional estaba programada para el jueves, las autoridades cubanas decidieron adelantar esta «fecha tan histórica».

Castro ya había anunciado que se alejará de las tareas de gobierno, posiblemente a su natal Santiago. Aunque permanecerá como secretario general del Partido Comunista Cubano. Cargo con el que mantendrá gran injerencia en las labores de Estado y desde donde podrá elegir a su sucesor.

El hombre que será Presidente

Miguel Díaz-Canel, de 57 años, se perfiló como el eventual sucesor de Castro desde que este lo nombrara vicepresidente primero del Consejo de Estado de Cuba en 2013. De concretarse, Díaz-Canel será el primer presidente no perteneciente a la dinastía Castro desde que Fidel llegara al poder en 1976.

Además de que podría ser, apenas, el cuarto presidente desde la Revolución Cubana, Díaz-Canel se volvería el primer Jefe de Estado que no participó activamente en el conflicto armado que derrocó a la dictadura de Fulgencio Batista.

Miguel Díaz-Canel inició su carrera política desde las bases de la sociedad cubana y hoy es el principal candidato a sucesor de Raúl Castro Foto: Twitter

Lejos de manejarse como un miembro más de la clase dominante post-revolucionaria, el vicepresidente ha cultivado una imagen de hombre cercano al pueblo. Para esto se valió de su experiencia personal desde que era un joven militante del partido mientras cursaba la carrera de ingeniería electrónica en la Universidad Central de Las Villas.

Posteriormente fue ganando terreno al interior del Partido Comunista y defendió causas como la de los derechos LGBT+, los cuales nunca fueron del agrado de Fidel y fue hasta que Raúl llegó a la presidencia que se vivió un cambio significativo al respecto.

Díaz-Canel siguió escalando posiciones partidistas y gubernamentales hasta que, en 2009, Raúl Castro lo nombró ministro de Educación Superior. Posteriormente asumió la vicepresidencia, puesto desde donde ha mantenido cercanas relaciones con los principales aliados de Cuba, como lo son Rusia y Venezuela.

Sus credenciales concuerdan con la postura de dejar el gobierno, por medio de una transferencia coordinada, a una nueva generación de líderes jóvenes posrevolucionarios. Sin embargo, Díaz-Canel no se aleja del estatismo al estilo soviético que gobierna Cuba desde 1959. El año pasado se filtró un audio donde amenaza con cerrar medios internacionales acreditados en la isla a los que acusa de ejercer una guerra cultural «muy agresiva» contra la revolución.

La herencia de Raúl

Aunque Castro abrió un espacio para la iniciativa privada en la economía planificada de Cuba y el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas con países como Estados Unidos han vuelto a la isla un concurrido destino turístico, la economía de la isla no marcha del todo bien. El gobierno mantiene que la tasa de crecimiento económico es superior al 16%, sin embargo no muestran cifras o estudios que acrediten estas declaraciones.

El principal reto del siguiente presidente será equilibrar la apertura económica con los miles de cubanos que trabajan y dependen del Estado. Ya sea como funcionarios, operadores de las empresas estatales o simples beneficiarios de los programas sociales establecidos desde la época de Fidel.

De igual manera tendrá que recuperar a los jóvenes profesionistas que han optado por marcharse de Cuba acusando una falta de oportunidades o las condiciones económicas. Esta migración ha dejado a la isla sin un importante capital humano que consolide la transición iniciada por Raúl Castro.