Crece presencia de la izquierda en Latinoamérica, con Brasil, gobernará 13 países

Con la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva de este domingo en la segunda vuelta electoral de Brasil, la izquierda no solamente tendrá la mayor concentración de países gobernando de manera simultánea en Latinoamérica, sino que tendrán bajo su poder las cinco principales economías de la región —Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia— y gobernarán a la mayor cantidad de población, alrededor de unos 568 millones de habitantes.

Con gobiernos izquierdistas, comunistas y socialistas que se han ido agrupando en los últimos años en un bloque cada vez más creciente, la izquierda ha tomado terrenos que antes parecían reservados a gobiernos de derechas, con políticas encaminadas al neoliberalismo, dejando de lado los apoyos a los grupos en pobreza extrema que hasta este 2020 y con la pandemia por Covid-19 como agravante la cifra llegó a 78 millones de personas, de acuerdo con cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), mientras que el número de americanos en pobreza asciende a 209 millones.

Contrario a esos planteamientos, líderes sociales han tomado la bandera “en defensa de sus pueblos”, de los más necesitados, para ascender al poder y desde ahí tratar de revindicar las causas sociales que los llevaron a encumbrarse.

Desde 1959 que Fidel Castro tomó el poder de Cuba bajo el Partido Comunista instaurando un régimen nacionalista que continúa con el actual mandatario Miguel Díaz-Canel, pasando por el socialismo de Hugo Chávez (2002-2013) y ahora de Nicolás Maduro (2013-actual) en Venezuela, ambos tipos de gobiernos fuertemente criticados por las potencias mundiales y líderes de derecha, especialmente por las administraciones de Estados Unidos, quien ha señalado violaciones a la democracia, pese a ello, el pensamiento de izquierda se ha ido fortaleciendo en los países en desarrollo.

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A estos dos países se les sumó en 2007 Daniel Ortega como presidente constitucional de Nicaragua, quien desde ese año se encuentra al frente de su país, tras cinco reelecciones, la última muy cuestionada por la comunidad internacional de derecha, mientras que los gobernantes de izquierda señalaron la no injerencia en los Estados. Pero previo a ser electo en 2007, ya había tenido un periodo como mandatario entre 1985 y 1990.

Las fuerzas progresistas han festejado uno a uno los triunfos de la izquierda que desde 2018 han crecido de manera sustancial tras la llegada del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, líder opositor durante el mayor tiempo de su carrera política y en la que fue candidato presidencial tres veces, dos de ellas que perdió ante los derechistas Felipe Calderón del PAN—a quien acusa de fraude electoral— y Enrique Peña Nieto del PRI, pero que en el tercer intento concretó sus aspiraciones y que desde entonces ha implementado una política social encaminada a priorizar la atención económica y social a las clases bajas, políticas que han desatado embestidas de los grupos de élite del país y una andanada de la prensa que él califica como “conservadora”.

Tras la llegada de López Obrador, se dio otro cambio en otra de las principales economías de la región, en Argentina, país que decidió una vez más virar a la izquierda en 2019 con Alberto Fernández, después de haber estado un periodo bajo el mando de la derecha de la mano de Mauricio Macri.

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A Argentina se agregó Perú en 2021 con el liderazgo de Pedro Castillo, un maestro rural que se convirtió en dirigente nacional del magisterio de su país, posición desde la cual empezó su proselitismo rescatando las causas sociales de la clases bajas, pero que a los pocos meses de tomar el poder, en julio de 2021, empezaron los cuestionamientos a su gobierno por designar a personas que no tienen el perfil en los cargos más importantes de su administración y a su persona por señalamientos de corrupción que hasta la fecha no le han sido probados y que él acusa una intención maliciosa de sus rivales.

Tras la victoria de Castillo se sumó la de Xiomara Castro en Honduras en enero de 2022, también venida del movimiento izquierdista de Juan Manuel Zelaya Rosales, también expresidente de su país y su esposo. Desde joven fue miembro del Frente Nacional de Resistencia Popular a lado de su marido.

Desde marzo de este año el joven Gabriel Boric se convirtió en el presidente de Chile luego de haber liderado la lucha de jóvenes en su país en 2011 que lo catapultaron hasta la presidencia bajo la bandera revolucionaria y la reivindicación del pensamiento de izquierda de Salvador Allende, mandatario que fue derrocado en un golpe de Estado liderado por Augusto Pinochet, que convirtió su gobierno en una dictadura de más de 16 años.

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Ya con gran parte de América Latina bajo gobiernos de Izquierda, este año también se agregó Gustavo Petro en Colombia que apenas en agosto pasado asumió el poder como el primer presidente de izquierda en la historia reciente de Colombia y que durante su campaña convenció a sus compatriotas de que ya era momento de pensar en los pobres, en los que viven alejados y ni siquiera tienen caminos para llegar a las ciudades, discurso que lo puso en las preferencias electorales y que concretaron junto con las propuestas de la vicepresidenta Francia Márquez. El exguerrillero busca concretar una reforma política, rural y el plan de desarrollo orientado a dar apoyo a los pobres y aumentar la recaudación en los sectores más ricos.

Ya ahora, con Lula da Silva se concreta el bloque Latinoamericano de la marea de izquierda que poco a poco va tomando más países con la esperanza de obtener beneficios no solamente para las que siempre fueron las élites.

A todos ellos, se les suman los gobiernos de Luis Arce de Bolivia, país que viene de una tradición de izquierda desde que llegó al poder Evo Morales en 2006; así como Mohamed Irfaan de Guyana y de Ralph Gonsalves de San Vicente y las Granadinas.

Así, queda solamente un pequeño bloque de derecha aún en la región con la presencia de Luis Lacalle de Uruguay, Guillermo Lasso de Ecuador; Rodrigo Chavez de Costa Ricas; Laurentino Cortizo de Panamá; Mario Abdó de Paraguay; Luis Abinader de República Dominicana, asimismo Alejandro Giammattei de Guatemala y Nayib Bukele de El Salvador. Y el caso especial de Haití que ni presidente tiene.