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Comuneros de Los Dinamos denuncian tala ilegal; Sedema no responde

Foto: Francisco Mendoza

Dentro de los 2 mil 429 hectáreas de bosque dentro de los que se encuentra la cuenca del Río Magdalena, único río vivo en la Ciudad de México, comuneros han detectado zonas de tala ilegal que han denunciado ante autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México, pero acusan que no ha habido seguimiento ni respuesta a las denuncias.

Comuneros de La Magdalena Atlitic, propietarios de los bienes agrarios donde se ubican Los Dinamos, agrupados en la organización ‘Comunidad de Aprendizaje Campesino’ (CAC) —que crearon como medida de actuación para la preservación del bosque y el río ante los conflictos internos de varios grupos que existen dentro de bienes comunales– denunciaron ante La Hoguera que hay al menos cinco puntos de tala ilegal los cuales fueron denunciados en dos ocasiones desde el año pasado.

Las denuncias por la identificación de las zonas de tala fueron presentadas en junio de 2023 y el 5 de junio de 2024, ubicados en las zonas conocidas como: Tarumbos, El Campanario, Cieneguillas, Barbechos, Temamacla, y entre el segundo y tercer dinamos, en su parte alta.

“Las denuncias se hicieron por recorridos de la CAC y la Corena (Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural, CORENADR, que son un área de la Sedema, pero que actúan con cierta independencia), y entre los dos se detectaron los puntos (de tala clandestina). Las denuncias se hicieron a través del área de técnicos de restauración agroecológico, con el área de bienestar para el bosque (que son la representación del bosque ante la Sedema). Las denuncias fueron ante la Sedema”, sostuvo Miguel Ángel Mendoza Juárez, presidente de la CAC.

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Sobre las denuncias, Citlali Mejía, técnica de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural del gobierno de la ciudad y quien ha trabajada de forma coordinada con los comuneros desde hace más de 5 años, explican que la denuncia fue hecha por sus compañeras de Corenadr a una instancia de la Sedema para que esta la enviara al área correspondiente de atención, pero Miguel Ángel Mendoza afirma que no se le ha dado seguimiento porque la tala sigue dándose. E incluso en una recorrido realizado por La Hoguera se escuchaban hachazos de personas talando árboles en parajes cercanos a Apapaxtla, en tanto que en la zona de Temamacla pudimos ver árboles recién talados y cubiertos con maleza a la espera de ser removidos.

“Dentro de la comunidad de comuneros quien tiene que darle seguimiento a las denuncias es el comisariado porque es él el que tiene personalidad jurídica para hacerlo”, subrayó el líder de la CAC, al tiempo que acusa que los técnicos de Corenadr que estaban colaborando con ellos para evitar la tala y interponer las denuncias fueron despedidos y no hubo quien le diera seguimiento. “No estamos de acuerdo con que se dé de baja a las personas que están trabajando el tema”, critica, porque afirma que ya no hay nadie quien los apoye.

Dijo que dentro de bienes comunales, que son quienes deberían darle seguimiento, además de la autoridad local, si hubiera una coordinación y acciones para detener la tala ilegal, “ya hubiera muchas detenciones en muchos lados”, pero lamentó que no sea así.

Los integrantes de la CAC, entre los que se agrupan trucheros, floricultores, cunicultores (criadores de conejos), apiarios, setarios (productores de setas), productores de árboles frutales, de hortalizas y ornamentales, explicaron que ellos de inmediato se dan cuanta cuando hay tala o contaminación en el afluente del Río Magdalena, porque se dedican a estar monitoreando permanentemente la calidad del agua del afluente, e incluso mencionan que algunos se han certificado como ‘Monitores comunitarios’, un reconocimiento que les extiende la UNAM después de haberlos capacitado.

Y por ello, y las propias actividades que realizan, por ejemplo los trucheros cada vez que se talan árboles o se vierten contaminantes en el afluente, afirman que de inmediato suben los niveles de azufre y eso ocasiona que la producción de truchas, en su etapa temprana, conocida como “alevines”, mueran por la contaminación. Es por ello que rápidamente ubican las zonas donde se está generando el desequilibrio y el cambio de microclimas.

Todo ello, nos detalló Mendoza Juárez, se debe a que a través de la CAC vigilan desde el primer dinamo hasta más de 5 kilómetros arriba del cuarto, en el paraje conocido como Barbechos, y más de 12 kilómetros lineales del afluente del Río Magdalena.

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