A Fuego Lento
Alito reclama los satélites del PRI
El futuro del PRI bajo el mando de Alito Moreno está alineado al de la 4T y los deseos de Andrés Manuel desde Palacio Nacional. Sin embargo, el nuevo mandamás tricolor ya inició una serie de movimientos para realinear a los partidos que nacieron y crecieron a la sombra del priísmo. Esto tanto en el Congreso de la Unión como en similares locales, como demuestra el intenso chapulineo que se vive actualmente en Nuevo León.
Iniciado el segundo periodo de sesiones del Senado, uno de los que regresó a la cámara alta fue Manuel Velasco, coordinador del Verde. Si bien está alineado con Andrés Manuel, el exgobernador de Chiapas y suplente de sí mismo en dicho cargo es un aliado indiscutible de Alito y de su principal soporte, clan Murat de Oaxaca, al grado que el suplente de Velasco es el hermano menor de Alejandro, mandatario oaxaqueño.
El regreso de Velasco fue una de las primeras y, pareciera, mínimas victorias de Alito. Sin embargo, lograr romper la muralla en que se convirtió Ricardo Monreal al marginarlo del Senado desde que pidió licencia para terminar su mandato gubernamental. Y es que, de esta manera, el Verde adquiere cierta autonomía tras haber estado completamente subyugado a los deseos de Morena y, en especial, de Monreal. Reavivando, de paso, la fraternidad con el PRI.
Pero las gestiones de Alito no quedan en lo federal. En Nuevo León tuvo que reaccionar rápido luego de que el coordinador morenista en el Congreso, Ramiro González, mano en la cintura, se llevara a los priístas Marco González y Melchor Ocampo para que su grupo parlamentario llegara, con 8 diputados, a ser la segunda fuerza en la legislatura local. Por lo que el PAN tendría que compartir con ellos los ‘huesos’ administrativos.
Alito hizo creer a Cienfuegos que la deuda se saldaría una vez que Morena cediera al PRI algunas comisiones, para descontento de la militancia. Sin embargo, también les movió el tapete al reactivar la célula priísta conocida como PT, la cual durante décadas han usado como tapadera para ‘institucionalizar’ a la izquierda en el norte, impidiendo tanto el avance del PRD como de Morena. El cual le regresó esos dos diputados en la forma de Zeferino Juárez y Esperanza Rodríguez.
La cereza en el pastel fue pactar con Encuentro Social, integrante con Morena y PT de Juntos Haremos Historia, la salida del polémico ultraderechista Juan Carlos Leal para que, al solicitar licencia, su suplente Nabor Guerrero, se sumara a la fracción priísta. Llegando a 9 legisladores y dejando atrás al partido de Cienfuegos en la carrera por los puestos administrativos. Jugada maestra lograda gracias a los nexos entre el dirigente nacional del PES y superdelegado de Andrés Manuel en Morelos, Hugo Eric Flores, con el Grupo Hidalgo de Osorio Chong y Caro Viggiano.
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