Gertz Manero: no basta la buena fe en materia de justicia

Alejandro Gertz Manero compareció ante la comisión de justicia del Senado como parte de los trabajos para designar al fiscal general de la República, después de que el pasado 16 de enero el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador integrara la terna de la lista de los 10 candidatos aprobados por la cámara alta.

Gertz Manero es doctor en derecho por la UNAM, por la Universidad de Mount Union (Ohio, Estados Unidos) y la Universidad de las Américas; es el actual encargado de despacho de la Procuraduría General de la República; fue diputado federal en la LXI legislatura por el partido Convergencia y ex secretario de Seguridad y comisionado de la Policía Federal Preventiva.

La intervención comenzó con una descripción sobre el estado que guarda la impartición de justicia en México, al destacar que en el país se «cometen más de 33 millones de delitos al año, menos de 2 millones de estos ilícitos son denunciados y de esta cifra, más de 200 mil son consignados. Es decir que hay, aproximadamente, 99% de impunidad.

Un ejemplo de la gran injusticia frente a las víctimas y los ofendidos, dijo, son las más de 300 mil averiguaciones y carpetas que están vivas y que da una muestra de la débil organización de la actual institución. También, continuó con su diagnóstico, existen casi 100 mil mandamientos, entre órdenes de aprehensión y mandamientos judiciales que no se han cumplido. “En esas circunstancias es en las que se maneja y en las que se trata de obtener una procuración de justicia”.

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Ello sucede, remarcó, porque más de 90 por ciento de las carpetas se están desahogando en las delegaciones federales, que no tienen control verdadero ni un sistema de evaluación de resultados y que se manejan bajo normas obsoletas. Mencionó que existe un gran reto ante el diagnóstico dado y por ello los senadores deben buscar el perfil adecuado para el fiscal general pues no solo se trata de tener buena fe y de voluntad, sino de «lógica jurídica y de capacidad tecnológica y operativa».

Dijo que, aunque se trata de una nueva institución y es difícil saber a bien las capacidades que tendrá, «la función primigenia de la Procuraduría, y ahora de la Fiscalía General, es la defensa del patrimonio, de la estabilidad, de las estructuras e instituciones del gobierno y del Estado mexicano».

Los senadores fueron insistentes ante la perspectiva de elegir un fiscal independiente de cualquier partido, a lo que el elegible, contestó que, desde su perspectiva, él no veía ningún inconveniente en la acción política de los candidatos, al contrario la preocupación principal, como en varios momentos lo expresó, es el perfil, pues de eso dependerá que la nueva instituciones sea un referente de cambio.

En seguida, se comprometió a «impulsar una seguridad ciudadana y una procuración de justicia transparentes, que rindan cuentas, trabajen sobre bases técnicas eficientes y reivindiquen el papel de las instituciones del Estado mexicano».

Karla Osorio