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Nación

“La reforma laboral, una simulación”, señala experta

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“Esta reforma laboral hay que verla como una continuación de la que inició el gobierno de (Enrique) Peña Nieto, o sea no hubo realmente una ruptura, nada más se trabajó la parte reglamentaria de la reforma que había quedado ya planteada en la reforma constitucional anterior. Y lo que yo tengo que decir es que es una reforma que la hicieron los abogados patronales sobre todo”, afirma la experta en materia laboral y sindicalismo de la UNAM, María Xelhuantzi López.

El 29 de abril, el Senado de la República aprobó en lo general y en lo particular la reforma laboral. Con apenas 20 votos de diferencia (70 votos a favor, 50 en contra y 0 abstenciones) fue avalado el dictamen presentado por la bancada morenista. En este contexto, el presidente de la Cámara de Senadores, Martí Batres, informó que la reforma será remitida al representante del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, para sus efectos constitucionales y posteriormente su ejecución.

Está de más decir que con la aprobación de la reforma laboral se cumplen requisitos que exigía el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), además de los convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que garantiza la libertad sindical y la negociación de los contratos colectivos de trabajo.

En LaHoguera.mx nos dimos a la tarea de entrevistar a la politóloga de la UNAM, María Xelhuantzi López, sobre lo que está aconteciendo en el poder Legislativo. La experta comentó que la reforma laboral que Morena impulsó (y que ya fue aprobada) es “una reforma de abogados” y que a su vez se muestra “muy inaccesible para el trabajador promedio”, por la cantidad de tecnicismos que se están trabajando. Es, a final de cuentas, “la reforma del T-MEC” para obtener la posibilidad de un convenio comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.

“Algo que me parece muy preocupante es que esta reforma se hace de continuidad con la constitucional para cumplir con los requisitos que impone el Capítulo 23 del T-MEC. ¿Con qué propósitos básicamente? Con incluir en el lenguaje de la legislación (solamente en el lenguaje) los términos de libertad sindical, los términos de voto libre secreto y directo del trabajador. En teoría, incluir algunos elementos del Convenio 98 de la OIT sobre negociación colectiva, es decir, está hecha para cubrir los mínimos exigidos por el T-MEC para poder ratificar el convenio comercial”.

El 1 de octubre de 2018, cuando López Obrador ya era el presidente electo, la Secretaría de Economía habilitó en su sitio web una versión pública del T-MEC para consulta. Afirmaba entonces que “estos textos se publican con fines informativos”.

De acuerdo con la misma Secretaría de Economía, el principal objetivo de México respecto del T-MEC era promover la aplicación de los derechos laborales fundamentales en la legislación en la materia; garantizar la protección a los trabajadores migrantes; impulsar una agenda de cooperación que permita la aplicación de los derechos laborales fundamentales y fomentar el diálogo para atender diferencias relativas a la aplicación de los compromisos del Capítulo.

El Capítulo Laboral del T-MEC incluye el anexo 23-A sobre la representación de los trabajadores en la contratación colectiva en México. Xelhuantzi López duda sobre si esto sea realmente aplicado en la práctica, pues una cosa es el papel y otra muy diferente es la realidad.

“La gran falla es que es una reforma a modo, una reforma que está diseñada simplemente para satisfacer las exigencias del T-MEC, o básicamente para satisfacer las exigencias del T-MEC, que no plantea ninguna ruptura sustancial en los temas de negociación colectiva, en los temas de libertad sindical; van a ser procedimientos que se plantean viciados, complejos; se habla de un certificado de representatividad, o sea, simplemente se están cambiando de nombre a muchos de los instrumentos que ya se contaban como ‘la toma de nota’”, comentó la académica.

Al no existir una real discusión y tomando en cuenta la expedita aprobación del paquete de reforma, la doctora Xelhuantzi afirmó que todo se trata de “una simulación”, vertida en las cámaras; pues la reforma se aprobó tal cual lo propuso Morena, a la cual ni una coma se le cambió: “Ha habido consultas, con algunos expertos, etcétera, fue eso, una simulación porque no existió en ningún momento por parte de la Comisión de Trabajo la intención de moverle ni una coma a la propuesta presentada por el Ejecutivo. Desde luego la propuesta de Morena, que ya es la legislación reglamentaria, que la Ley Federal del Trabajo, fue tal cual como se presentó por Morena”. De hecho, los senadores de oposición mostraron su inconformidad ya que todas sus propuestas fueron desechadas por la bancada del partido Morena y sus aliados.

Cabe resaltar que con esta reforma desaparecen las Juntas de Conciliación y Arbitraje que estaban a cargo del Poder Judicial. En su lugar se crea el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, que tendrá a cargo solucionar las controversias entre trabajadores y patrones o entre empleados y sindicatos, además de registrar los contratos colectivos de trabajo.

Sobre lo anterior, María Xelhuantzi augura que se aproxima una injerencia aún mayor del Ejecutivo sobre la política laboral, pues “el hecho de trasladar al (poder) Judicial todo lo que se refiere a la justicia laboral, además de que obviamente va a ser un proceso muy lento, ya se habló de que por lo menos un par de años hay que esperar para ver los otros traslados, sino es que el sexenio completo, creo yo que de ninguna manera garantiza que el poder Judicial va a tener ni la capacidad ni la competencia para poder manejar las cuestiones laborales”.

Finalmente, la también socióloga afirmó que con esta reforma hecha habrá algunos ganadores, los cuales serán los despachos más grandes por haber sido partícipes y actores de la elaboración de la ley, ya que conocen perfectamente “qué tipos de mecanismos, recursos y subterfugios pueden utilizar para evadirla”. Su remate fue un “no va haber ningún cambio sustancial”.

El outsoursing se mantiene

El mes de abril fue crucial para la reforma laboral, pues se discutió, al menos eso parece, la regulación del outsoursing. La oposición de Morena (PRI, PAN, PRD y MC) en la Cámara de Diputados aseguró que “esta reforma está incompleta porque no contempla temas como el outsourcing, la desaparición del salario mínimo y el garantizar ingresos suficientes para los trabajadores”. Además se renunció a que las trabajadoras del hogar se les garantice los mismos derechos con los que cuenta un asalariado, polémica levantada por la película de Alfonso Cuarón, Roma.

La reforma laboral enviada por la Cámara de Diputados a la Cámara alta no incluye el tema del outsourcing para “no contaminar” su aprobación. Y es que la bancada del PRI pide que esta modalidad desaparezca o se reglamente, incluso el Partido del Trabajo (aliado de Morena) condicionó su voto a que se elimine dicho mecanismo, por considerar que es contrario a los derechos del trabajador. El coordinador del PT, Reginaldo Sandoval Flores, afirmó que la reforma es oportunidad para que los trabajadores recuperen derechos, pero que el outsourcing debe desaparecer.

De acuerdo con María Xelhuantzi, lo pernicioso de ello es que “va a continuar el proceso de precarización de los trabajadores mexicanos, particularmente de los jóvenes”. Considera que el gobierno actual “está siendo profundamente complaciente con los empresarios, en la medida que está otorgando todo el tipo de subsidios para que puedan explotar libre e indiscriminadamente a los trabajadores, en especial a lo más jóvenes”. Se destaca que esta sobreexplotación de la población joven viene desde los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN.

Como prueba de ello, con datos del Observatorio Salarial de la Universidad Iberoamericana, el 50.6% de 13, 302,935 trabajadores jóvenes, no tienen prestaciones de ningún tipo. En cuanto a prestaciones mínimas de ley tan solo el 13.6% de la misma cantidad de trabajadores tiene vacaciones y aguinaldo e Infonavit; y el 18.3% del total tienen lo mismo, más otras prestaciones.

Si vemos ahora el cuadro de abajo, vamos a notar que los trabajadores más vulnerables son los de 15 a 19 años, pues 686,867 (24%) tiene menos acceso a salud que los empleados más grandes de 20 a 25 años.

Con los mismo datos del Observatorio de Salarios, se verifica que la reforma laboral sobreexplota a los empleados a cambio de un salario bajo. Los datos del Observatorio indican que la población trabajadora (la PEA) que trabaja la jornada de ley representa el 21.7% (es decir 2, 888,009 trabajadores); los que trabajan menos de 8 horas representan el 27.7% (alrededor de 3, 685, 688); pero hay quienes trabajan más de 8 horas diarias y estos representan el 50.06% (en términos reales son 6, 729, 238).

En el estudio Los jóvenes y los mercados laborales, del Observatorio de Salarios y el Instituto de Investigación para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE), se resalta que la precariedad en las condiciones laborales no solo se reflejan en el ingreso, también en otras cuestiones.

“El gobierno actual siendo profundamente complaciente con los empresarios, en la medida que está otorgando todo el tipo de subsidios para que puedan explotar libre e indiscriminadamente a los trabajadores, en especial a los más jóvenes. ¿A qué me refiero? Al programa “Jóvenes Construyendo el Futuro”, que bueno eso ya está sobredicho, es un programa evidentemente clientelar, está causando ya situaciones de corrupción muy clara, casos en donde las empresas están diciendo abiertamente a los jóvenes, que les dan la mitad de la beca y que no tienen ni siquiera que presentarse, y al final la empresa se queda con la otra mitad y la empresa les va a dar la constancia de que han recibido la capacitación”, dijo la entrevistada.

De esta manera, podemos ver al programa insignia de AMLO, “Jóvenes Construyendo el Futuro”, como un subsidio directo a las empresas. Además hay un elemento oculto en esta ley, el hecho de que la reforma no toca en absoluto la libertad que tienen las empresas para terciarizar y para diluir cualquier tipo de compromiso, responsabilidad laboral con los trabajadores: “Es simplemente una continuidad con los planteamientos de reforma laboral que se venían dando desde los años de Carlos Abascal, los sexenios de Felipe Calderón, Vicente Fox, etcétera.

A través del subcontratador (empresa que presta otro servicio a la empresa principal), la empresa subcontratada evita que el patrón tenga cualquier tipo de responsabilidad con el trabajador, pues ésta no está obligada a dar ningún tipo de seguridad o prestaciones y en muchas casos el sueldo es en bruto y mínimo.

La homologación de los salarios

Uno de los puntos esenciales del Capítulo 23 habla sobre la homologación de los salarios de México con los de Estados Unidos y Canadá, pero aclara que esto solamente será para algunos trabajadores, es decir, para aquellos que tengan un trabajo que sea preponderantemente para exportación. Sin embargo, como nos dijo la experta, una crítica que se puede realizar a los sindicatos extranjeros que están apoyando este capítulo es que ellos no conocen bien cómo funciona el sistema salarial mexicano, “entonces piensan que ya cuando sube el salario mínimo ya todos salen beneficiados. No saben que el salario está amarrado. No se puede aumentar un salario por decreto”.

María Xelhuantzi concluye que la reforma está hecha al modo del T-MEC pero evidentemente cuenta con el respaldo y con el visto bueno de los empresarios mexicanos.

¿Cómo se puede revertir?

Al final de la entrevista, le preguntamos a la politóloga si había una forma de revertir la situación y en caso contrario que le esperaría al país de continuar como hasta este momento. La académica dejó en claro que debido a la fragmentación del movimiento sindical, es muy complejo que haya un encauce de la lucha laboral a favor de los trabajadores. Otro punto a destacar, es la posibilidad de que los sindicatos estadounidenses y canadienses hagan realmente una presión externa para evidenciar las falencias del sistema laboral mexicano.

“Quizá irónicamente la única posibilidad que yo veo, sea que al final de cuentas los sindicatos de Estados Unidos y Canadá puedan comprobar al paso de algunos años quizá, que los efectos que había prometido esta ley no se están dando, es decir que no está habiendo mejores salarios en el país, que no está habiendo libertad de negociación colectiva ni libertad de asociación sindical, y que entonces ellos mismo vuelvan a plantear estas exigencias porque no se nos olvide que estos cambios a la legislación laboral son producto principalmente de las presiones de los sindicatos de Estados Unidos y Canadá, no de los sindicatos mexicanos”, finalizó.

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