La antesala de Francisco Sosa, un canal de basura y aguas negras

El río Magdalena, de los pocos que hay en la Ciudad de México, se encuentra lleno de basura y hasta animales muertos son arrojados al afluente que luce más como canal de aguas negras. Vecinos de las calles Parras, Del Río y Francisco Sosa aseguran que han pedido a la alcaldía, al frente de la cual está Manuel Negrete, hacer labores de limpieza, pero aunque vienen, nada más limpian «por encima», dejando que los desechos de los peatones o indigentes que viven en la zona acumulen la podredumbre.

Pedro Campa, vecino de calle Del Río quien vive a orillas del Río Magdalena, comentó a La Hoguera que el basurero se ha hecho porque «hay mucho tronco y árbol viejo que ha caído», lo que impide que el agua se lleve la basura. «El olor molesta y más en tiempo de calor», dijo en entrevista.

Sobre el río hay dos puentes pequeños bajo los cuales se acumula basuras y pueden verse ratas a plena la luz del día entre los desechos, que, según Campa, le gente que camina sobre Avenida Universidad tira. “He visto que hasta gente que va en sus carros viene a tirar su basura cuando andan en movimiento”, dijo don Pedro y contó que las ratas se meten a las casas en tiempo de calor.

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Pero la basura en este río no es el único problema para los habitantes de las calles referidas, pues desde hace tiempo (casi un año) se está cambiando la tubería para el agua potable. Esos trabajos causan problemas entre los vecinos, ya que además de ocupar casi un carril de Francisco Sosa, al recolocar el adoquín, la calle queda irregular, es decir, del lado donde pusieron el «nuevo» adoquín la calle da la apariencia de hundimiento.

Eso es en Francisco Sosa. En la calle Del Río esos trabajos terminaron desde hace al menos tres años (2016). En palabras del vecino Pedro Campa «la calle Del Río está fea. Vecinos pusieron material y la delegación puso la mano de obra, pero quedó mal» cuando Mancera era aún jefe de Gobierno.

La calle Del Río (paralela al río Magdalena) tiene un sinfín de hoyos, lo que obliga a conducir muy despacio para no dañar llantas, suspensión y amortiguadores de las unidades. Comentaron vecinos que cuando llueve la calle suele inundarse por los hoyos y eso dificulta el tránsito.

Voracidad inmobiliaria, un río contaminado y con fauna nociva, obras mal hechas y una autoridad sin voluntad, eso y más Francisco Sosa y sus inmediaciones. Y tan solo es una calle de esta enorme ciudad.