Cultura
Novelista Andrés Barba gana el «Herralde» sin Herralde en Anagrama
El español Andrés Barba ganó el XXXV Premio Herralde de Novela, el primero que otorga esta editorial catalana ya sin su fundador al frente, Jorge Herralde, que la dejó en enero por completo en manos de la italiana Giangiacomo Feltrinelli, con la dirección general a cargo de la editora Silvia Sese.
Barba, autor de Anagrama desde el despegue de su carrera en 2001 con La hermana de Katia, obtuvo ahora el prestigioso premio de casa, que entonces se le escapó, por República Luminosa, con la que concursó bajo el seudónimo de Thomas de Quincey. El galardón, además de la gran difusión que recibe la obra en España y América Latina, está dotado con 18 mil euros (casi 400 mil pesos mexicanos).
El jurado estuvo integrado por Gonzalo Pontón Gijón, Marta Sanz, Jesús Trueba, Silvia Sesé y el mexicano Juan Pablo Villalobos, ganador de la edición anterior del premio en 2016 por No voy a pedirle a nadie que me crea, una novela extraordinaria publicada todavía bajo la dirección de Herralde.
Al concurso se presentaron 626 novelas, de las cuales el jurado eligió cinco finalistas y de éstas sobrevivieron dos: la de Barba, presentada originalmente como República y a la postre ganadora, y La extinción de las especies, del argentino Diego Vecchio, bajo el seudónimo Charles Willson Peale.
Cabe destacar que el libro de Vecchio fue el único de un latinoamericano que quedó entre los primeros cinco títulos elegidos en la semifinal, todos los demás eran de autores españoles, como Andrés Barba.
El madrileño nacido en 1975 debutó en 1998 con El hueso que más duele, que le dio también su primer premio, el Ramón J. Sender; siguió con La hermana de Katia, finalista del Herralde en 2001 y adaptada a la pantalla por Mijke de Jong; ha ganado premios como el Torrente Ballester, el Nord-Sud, el Juan March y aun el Anagrama de Ensayo por La ceremonia del porno, al alimón con Javier Montes.
Entre sus obras en Anagrama destacan La recta intención, Ahora tocad música de baile, Versiones de Teresa, Ha dejado de llover, Las manos pequeñas, Agosto, octubre y En presencia de un payaso. En Siruela publicó el ensayo Caminar en un mundo de espejos y los libros para niños Historia de Nadas, La alucinante historia de Juanito Tot y Verónica Flut, Arriba el cielo, abajo el suelo y La microguerra de todos los tiempos. Además del poemario Crónica natural (Visor) y La risa caníbal (Alpha Decay).
Al darse a conocer el premio a Barba, Anagrama comparó a República Luminosa con El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, y reseñó que cuenta la historia de la aparición de treinta y dos niños violentos de procedencia desconocida que trastoca por completo la vida de San Cristóbal, una pequeña ciudad tropical encajonada entre la selva y el río. Veinte años después, uno de sus protagonistas redacta esta República luminosa, “una crónica tejida de hechos, pruebas y rumores sobre cómo la ciudad se vio obligada a reformular no solo su idea del orden y la violencia sino hasta la misma civilización durante aquel año y medio en que, hasta su muerte, los niños tomaron la ciudad”.
Como es tradicional, Anagrama también publicará el libro del finalista Diego Vecchio (Buenos Aires, 1969), un traductor, ensayista y narrador residente de Francia, donde da clases de literatura hispanoamericana y talleres de “confección de lenguas imaginarias y espectrales” en la universidad París 8 Vincennes-Saint Denis. Ha publicado Historia calamitatum, Egocidios: Macedonio Fernández y la liquidación del Yo, Microbios y Osos.
La extinción de las especies cuenta la historia de un museo destinado a albergar las colecciones de especímenes recolectados en las expediciones de exploración del Oeste, amenazados por el apetito sacrílego de las polillas. “Pero los museos, como la literatura, son criaturas caníbales, dispuestas a engullir piedras, plantas, pelícanos embalsamados, monedas, fetiches, cabelleras escalpadas, obras de arte, reptiles voladores o nadadores, ahogados o desplumados en el Cretácico antes de devorarse unos a otros. Con una pizca de ingenio, una buena iluminación y un cuidador que vigile que nadie toque nada, cualquier partícula del mundo puede ser expuesta en una vitrina o colgada en una pared”, dice su autor.
“La extinción de las especies es una historia natural de los museos, que nacen, se expanden, se agotan y se derrumban para atesorar aquello que fue, que ya no es, ni volverá a ser, pero que se obstina en persistir. Es, también, una historia alternativa y estrafalaria sobre la fe en el progreso, el ansia de descubrimiento, la pulsión taxonómica, la manía de coleccionar y restaurar. Es una novela coral y singular, impecable y deliciosa; es una novela inextinguible”, añade la reseña distribuida por Anagrama.
La editorial fundada por Jorge Herralde entrega el premio desde 1983. Desde entonces, han ganado el galardón los mexicanos Sergio Pitol, Juan Villoro, Álvaro Enrigue, Daniel Sada, Guadalupe Nettel y Juan Pablo Villalobos, en el último año que Herralde estuvo al frente de la empresa.
En enero de 2016 el editor dejó la casa que fundó y que alojó a escritores de todo el mundo, la mayoría de ellos marginales, a quienes catapultó en el mundo de habla hispana. El proceso de fusión con Feltrinelli comenzó en diciembre de 2010 y este año entró al relevo Silvia Sesé, y Herralde se quedó sólo con un simbólico porcentaje de las acciones de su ex editorial nacida en 1969.
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