38 Foro Internacional de la Cineteca: ‘Ayer maravilla fui’. (2017, Gabriel Mariño)

Ciudad de México, tiempo actual. Cada cierto tiempo, en una misma cama de algún departamento de ubicación indeterminada, amanece una persona distinta. Fue un anciano hasta ayer. Hoy es una mujer adulta. Luego será un hombre joven. Después, ya se verá.

Un ente etéreo usurpa incontrolablemente los cuerpos de personas al azar, en una búsqueda continua de quién sabe qué, en un viaje a quién sabe dónde. Su peregrinar en el tiempo lo lleva a conocer a una peluquera, Luisa (Siouzana Melikian), con quien traba una relación que pasa de la amistad al amor, cuando en una de sus encarnaciones se vuelve Ana (Sonia Franco). Juntas, se re-conocerán como dos enteros que se complementan tanto física como sentimentalmente, de una manera que ninguna había conocido antes.

Ayer Maravilla Fui es una fábula con tintes de fantasía acerca de la búsqueda del amor, la dicotomía esencia-cuerpo y la soledad. Mediante una fotografía en blanco y negro, que cumple el propósito de acentuar el carácter dual del protagonista, el ente abstracto que “rapta” cuerpos para sobrevivir, y de evocar un ambiente de irrealidad y nostalgia, se cuenta un relato un tanto amorfo; no porque carezca de estructura, sino porque se sostiene entre vaivenes más preocupados por transmitir ideas y sensaciones.

A través de tres encarnaciones: Emilio (Ruben Cristiany), Ana y Pedro (Hoze Meléndez), el ente anónimo transita por diferencias corporales de edad y de género, pero cargando siempre ciertas constantes: tener un nombre, conectarse, y ser reconocido por los demás.

Justo en la idea de conexión es donde reside gran parte del tema de la película. La relación con Luisa se transforma de una encarnación a otra; primero es amistad, luego amor. Después, anhelo de ser lo que fue, pues este ente guarda los recuerdos de cada vida anterior e incluso tiene una libreta en la que lleva registro de cada día que vivió en cada cuerpo. Sabe que su existencia es una continua incertidumbre, un préstamo con fecha de caducidad. De ahí que cuando se enamora de la peluquera su deseo se asienta: después de amarla, no quiere ser nadie más.

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El romanticismo que plantea este segundo largometraje de Gabriel Mariño es uno con aristas y claroscuros; uno que endulza como hiere y que no está exento de un ansia de contener en sí mismo al otro, de volver a Luisa tan parte de él como a la inversa. De la misma forma, la Ciudad de México también es un personaje. El ente la recorre innumerables veces, pasando por lugares tan cotidianos, que guardan cierto matiz evocativo de atmósferas y ambientes. En este respecto, la más que correcta fotografía monocromática de Iván Hernández juega lúcidamente con la luz y las sombras, para acentuar esta función narrativa.

Ayer Maravilla Fui no es una película perfecta (algunos diálogos pueden sentirse acartonados y por momentos puede provocar un leve humor involuntario), pero sus méritos son innegables: lo pintoresco de su propuesta, la fotografía, un diseño sonoro muy cuidado, su reparto.

El amor, en este filme, es búsqueda y camas compartidas; olvidos y presencias, pero también egoísmos y ofrendas. Luisa y el ente son estas dualidades y más; si el ente es esencia, ella es cuerpo; lo abstracto y la vivencia, amándose hasta fundirse en uno. El ente vive en ella, y por ella él vive. Podrán, en un momento dado, estar juntos al fin. Mientras dure.

(México, 2017) Dirige: Gabriel Mariño. Actúan: Siouzana Melikian, Sonia Franco, Hoze Meléndez, Rubén Cristany. Guión: Gabriel Mariño. Fotografía: Iván Hernández. Duración: 79 min.

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