Pese a la lluvia, Silvio Rodríguez llenó el Zócalo de CDMX

El cantautor cubano Silvio Rodríguez se presentó por tercera ocasión en el Zócalo de Ciudad de México (CDMX), mismo que lució y permaneció lleno pese a la lluvia que se presentó durante la noche del viernes. En tanto, hizo gala no solamente de su repertorio musical en el escenario, sino también de su corte ideológico al expresar su admiración hacia Ernesto ‘Che’ Guevara y el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO)

Los primeros fans de uno de los exponentes más importantes de la trova latinoamericana comenzaron a llegar desde los primeros rayos del amanecer. Según informaron algunos organizadores, fue alrededor de las 6:00 a.m. que las primeras personas iniciaron una fila para estar frente a frente con el artista. Tras horas de espera, las autoridades retiraron las rejas que impedían el paso libre a la plancha y así la Plaza de la Constitución se fue llenando al grado de que pidieran a la gente aprovechar todo el espacio para no empujar y poner en riesgo a los que estaban en primera fila.

Rumbo a las 7:30 p.m., el emblemático sitio comenzó a lucir lleno, hecho que presumió la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, en sus redes sociales. Solo unos minutos después las luces del escenario se encendieron para presentar a la cantante mexicana Vivir Quintana quien tuvo una corta participación pero que fue reconocida especialmente al final de la misma cuando interpretó “Canción sin miedo”, composición que en 2020 se hizo un himno entre el movimiento feminista mexicano, provocando que cientos de mujeres presentes levantaran un puño en alto en contra de la violencia de género y exigir castigo a los feminicidas.

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El sonido empezó a vibrar y las gargantas de las poco menos de 100,000 almas congregadas en la plancha del Zócalo capitalino comenzaron a gritar y a corear el nombre de “¡Silvio, Silvio, Silvio!”… en escena apareció el cantautor cubano ataviado con una sudadera negra, saco gris y su inconfundible boina, levantando los brazos en agradecimiento al generoso público que lo esperaba pese a la latente amenaza de lluvia que más tarde descargaría su furia.

Mientras en el escenario dispuesto por enfrente de la Catedral Metropolitana Silvio Rodríguez y su equipo se preparaban para hacer magia con sus instrumentos, en la explanada de la Plaza de la Constitución hervían sentimientos, unos con banderas cubanas, otros con lienzos con la imagen de Ernesto ‘Che’ Guevara plasmadas, unos más simplemente ansiosos por escuchar su ídolo permanecían felices de que la cita del concierto gratuito anunciado un mes antes por la jefa de Gobierno de la Ciudad, Claudia Sheinbaum Pardo, al fin estaba sucediendo.

La espera terminó en punto de las 8:55 p.m. Sonó “Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena” y los asistentes gritaron de la emoción. Sin embargo, la lluvia llegó feroz por unos 10 minutos y luego se volvió ligera, pero eso no hizo que el público desistiera de disfrutar a su ídolo que esperó 8 largos años para volverlo a ver en el corazón del país, el Zócalo de la Ciudad de México.

El Zócalo lució lleno para ver a Silvio Rodríguez a ocho años de su última presentación en esa plaza pública. Foto: Twitter/ CulturaCiudadMx

Enseguida continuó el trovador con “Casiopea” del disco Rodríguez (1994), cuya tonada se entremezclaba con el grito de los vendedores que aprovecharon el aguacero para vender delgados impermeables a “¡20 pesos, impermeables en 20 pesos!”. Otros más precavidos empezaron a sacar sus paraguas para evitar terminar “hechos sopa”, ante los gritos de la mayoría de los asistentes que demandaban que los bajaran porque no dejaban ver el espectáculo por el cual todos esperábamos.

La canción fue terminada con una falla de audio. “Son cosas de la lluvia”, pronunció Silvio Rodríguez como disculpa del error técnico que impidió que la flautista y clarinetista cubana Niurka González Núñez, su esposa, terminara correctamente la canción ; sin embargo, los presentes supieron responder con aplausos, agradecimientos y un aislado “no te preocupes, es gratis” que causó algunas risas.

El agua desapareció un momento, los paraguas bajaron, y el concierto tomó su esplendor. El cielo despejado, con unas ligeras nubes que enmarcaban las torres de la catedral fueron testigos de la parte más efusiva de la noche, al llegar temas como “La Maza”, “Óleo de mujer con sombrero”, “Sueño con Serpientes” y “Quién fuera” que fueron coreadas desde el alma por todos los fans presentes tanto en la explanada como en los edificios comerciales del Portal de Mercaderes.

Niños, jóvenes, adultos y adultos mayores corean una a una las canciones. Unas con más intensidad que otras, pero en todas se sintió el vibrar. Entre su repertorio se escucharon algunos de los éxitos de Silvio compuestos en honor a sus amigos revolucionarios como “La era está pariendo un corazón” y “Canción del elegido” , ambas del álbum Al final de este viaje (1978), inspiradas en el ‘Che’ Guevara y Abel Santamaría Cuadrado, el cual fue asesinado tras el asalto al cuartel Moncada en julio de 1953.

Pero el momento emotivo se dio cuando una vez más, como lo hiciera en el Auditorio Nacional unos días antes, dedicó la canción que compuso para Fidel Castro a AMLO, “El Necio”, ante los gritos de aprobación de muchos, pero de silbidos de otros. «Hoy se la vuelvo a dedicar a Andrés Manuel y a todos los mexicanos que creen que es posible un futuro mejor”, pronunció para proceder a cantar.

Sin embargo, la unidad del público volvió al cierre del concierto con “Ojalá”, canción con la que el artista de 75 años se despidió por primera ocasión. Aunque algunos de los presentes comenzaron a salir de la Plaza de la Constitución, otros pedían que saliera nuevamente el oriundo de San Antonio de los Baños. De repente, los esperanzados obtuvieron su recompensa al ver regresar a su ídolo para tocar “El reparador de sueños” e “Historia de las sillas”.

Finalmente, la experiencia de escuchar a Silvio Rodríguez fue empañada para algunos al momento de regresar a sus casas, ya que diversos usuarios reportaron que las líneas del Metro 1,2 y 8 estaban tardando hasta media hora en pasar, lo cual les estaba impidiendo movilizarse y salir del Centro Histórico de la capital mexicana.