“El caso de Salgado Macedonio ocasiona colapso institucional”

En las últimas semanas el caso de Félix Salgado Macedonio, candidato a la gubernatura de Guerrero por Morena y con al menos 4 denuncias en su contra por abuso sexual y violación, ha impactado en la sociedad mexicana en distintos escenarios: el mediático, el de la justicia penal, la política y, desde luego, la social.

Así lo sostiene Marco Lara Klarh, periodista especializado en derechos humanos, justicia penal e investigador de medios, en entrevista para La Hoguera.

Para Lara Klarh, hay varias perspectivas de donde se puede analizar los cuestionamientos que hacen al candidato.

“La primera es que, evidentemente, México es un país con un sistema de medios predominantemente corporativo. Es una democracia deficitaria donde no hay un sistema de medios”.

Esto se ha agravado, sostiene, con un presidente de la República tan protagónico que ha hecho que esos medios sencillamente reciban cantidades industriales de publicidad, sin más trabajo que reproducir sus conferencias y sus declaraciones.

Considera que el presidente es una suerte de jefe de redacción que arma las primeras planas y los encabezados de los noticiaros; una figura de gran relevancia porque ejerce un liderazgo real y multitudinario, y no ha mostrado la menor empatía con las personas denunciantes del candidato Félix Salgado. “Eso me preocupa tremendamente”, apunta.

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Respecto a si los medios han mostrado un avance en cuanto a la ética periodística, responde: “Veo que de repente viene una ola en la que parecen convencidos de la ética profesional y sobre todo de los estándares de calidad editorial y de pronto vuelven para abajo. Lo mismo la generación de periodistas. De pronto salen jóvenes, llegan y tienen un bagaje completo, integral, pero al llegar al mercado laborar les pasa como a los abogados al llegar al Ministerio Público: es decir, adquieren todas las mañas. Es un vaivén constante”.

Lo segundo, añade, “es que el sistema de justicia penal es un sistema corrupto, ineficiente burocrático y opaco. No tiene herramientas de investigación, practica sistemáticamente la tortura, la detención arbitraria, desaparición forzada, la detención arbitraria y la fabricación de culpables”.

Afirma que el sistema de justicia penal está totalmente anulado y como no hay un sistema con legitimidad y credibilidad, es evidente que no hay formas de conocer de que sus sentencias o supuestas investigaciones son aceptables. Dicha crisis del sistema de justicia penal se ha agravado con la contingencia sanitaria, puesto que hace que casos como éste queden en la total incertidumbre, como flotando.

Hay que decir que procesalmente el caso de Salgado Macedonio ni siquiera ha sido judicializado; es decir encauzado penalmente. Esto significa que apenas está en una etapa muy inicial del proceso penal y mientras no reciba una sentencia condenatoria no pierde sus derechos políticos.

No obstante, lo anterior, en términos de credibilidad pública es otra cosa, sostiene y apunta que Salgado Macedonio es una figura muy controversial, con muchos conflictos de interés y eso, combinado con las denuncias por violencia machista y agresiones sexuales, complica su asunto. La pregunta no es propiamente procesal, sino es una pregunta de ética pública.

En cuanto al escenario político, menciona que México tiene a un presidente, Andrés Manuel López a obrador, y un partido, Morena, que niegan toda posibilidad de debate. Respecto al planteamiento de López Obrador de que se debe respetar la candidatura del Salgado Macedonio y que éste caso no se utilice con propósitos electorales o “politiqueros”, Marco Lara menciona que lejos de ser futurista, piensa que el tema del candidato a la gubernatura de Guerrero está creando una crisis institucional prematura.

“Mi hipótesis es que su candidatura no va a prosperar porque precisamente está ocasionado un colapso institucional. Implicaría una ruptura sistémica importante si prospera”, dijo.

Por otro lado, suma, existe en la sociedad un problema que año tras año ha crecido, una crisis de violencia hacia las mujeres y crímenes de odio, como el feminicidio.

En el caso Salgado Macedonio, plantea, es evidente que está la dimensión política; es decir, que el presidente tendría que manifestar empatía con las personas denunciantes y advertir que no es cosa juzgada, pero también es importante que las personas denunciantes tengan verdad, y la sociedad ejerza su derecho.

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