«Debemos cerrar la brecha de salud ante el Covid-19»: Boston University School of Public Health

Sandro Galea, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, publicó este fin de semana en la revista médica The Lancet su reflexión respecto a la respuesta social a la pandemia de Covid-19, argumentando que, si bien hay manifestaciones de comportamiento positivas debido a la empatía, es necesario actuar y modificar debido a que el SARS-CoV-2 sí discrimina y afecta a personas con ingresos bajos e inestables, aprovechándose de la brecha en materia de salud.

En su ensayo, el académico señala que la pandemia ha mostrado cómo la salud de todos se encuentra interconectada, teniendo todas las acciones, como el confinamiento, nos pueden proteger del SARS-CoV-2 mientras cuidamos de los otros.

El experto menciona que la empatía en el contexto de la salud «se basa en gran medida en que apreciamos los riesgos de una enfermedad porque podemos imaginar contraer la enfermedad nosotros mismos», lo cual puede tener las actuales consecuencias económicas que serán soportadas por grupos marginados que en realidad también son los más afectados por la pandemia.

Este advierte que si bien la enfermedad puede ser adquirida por cualquiera, «el Covid-19 discrimina» e impacta principalmente en la salud de grupos sociales con menores ingresos que, contrario a otros, no tienen condiciones para» distanciarse físicamente, trabajar desde casa y retener su empleo», por lo que llamó a actuar a partir de la «compasión» para terminar con la injusticia en el ámbito de la salud, además de contemplarla como un «bien público» y no uno privado.

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«La inversión abrumadora actual en médicos y medicina ha impulsado una visión de la salud como un producto privado, algo que podemos comprar y vender, particularmente en países como los Estados Unidos que no tienen acceso a la atención médica universal», señala en su texto.

Además, Gaela considera que el riesgo de estos grupos pudo ser menor de haber basado los sistemas de salud en dicha idea si se hubiera invertido en que la población estuviera saludable para eliminar las enfermedades subyacentes prevenibles que ahora son factores de riesgo, permitiendo tener una carga de esfuerzos iguales entre todos y reconociendo las diferencias imponiendo la carga de enfermedad en los países con menos recursos por la injusticia internacional.

Finalmente, este precisa que a partir de ahora en adelante será necesario, ampliar las inversiones en viviendas seguras, escuelas salarios dignos, equidad de género, políticas públicas ambientalistas y una mejor distribución de la riqueza para terminar con las actuales brechas de salud develadas por el Covid-19.