¿Cómo sería la CDMX bajo la «nueva normalidad» por el COVID-19?

La capital mexicana se ha caracterizado durante las últimas décadas por ser una zona ampliamente poblada, recorrida y base de miles de eventos locales, nacionales e internacionales que dejan diariamente estampas de calles y transportes concurridos. Hoy, ante la necesidad del aumento de medidas de mitigación ello ha desaparecido, sin embargo, pese al anunciado regreso a la «nueva normalidad» algunas cosas cambiarán y otras representarán un reto para la CDMX. 

El pasado , el subsecretario Hugo López-Gatell señaló que lo más probable era que nunca volveríamos a la normalidad como la conocemos, por lo que deberíamos aprender a convivir con un agente infeccioso en lo que se ha llamado la «nueva normalidad», adaptándonos como se hizo con la cultura de la prevención de los terremotos , modificando ahora nuestra forma de interactuar unos con otros pese a confiar en el desarrollo de un tratamiento para el Covid-19 y quizá alguna vacuna. 

¿Pero qué pasará en la CDMX con la «nueva normalidad»? 

La Bloomberg School of Public Health de la Universidad Johns Hopkins, realizó una jerarquía de controles que los gobiernos deberán establecer para mitigar el Covid-19 en sus territorios. La distancia física es el primero de esta pirámide invertida, señalando que la primera medida a seguir será el distanciamiento físico en personas, por lo que las empresas deberán acceder a transformarse o reestructurarse a fin de minimizar el número de trabajadores que necesiten estar físicamente presentes y hacer, siempre que sea posible, que las personas trabajen desde su casa. 

Además, se propone la creación de barreras físicas entre las personas, controles administrativos, redistribuir las responsabilidades administrativas y habilitando tecnologías para facilitar la comunicación y finalmente el uso de máscaras de tela no médicas. 

Bodas, fiestas de cumpleaños y funerales se estarían viendo limitados al considerar el número y densidad de asistentes, así como el pedir que no invitar a amigos o familiares pertenecen a los grupos de alto riesgo ante el Covid-19. De acuerdo a la Universidad, estos eventos tienen un grado de intensidad de contacto es alto, algo que sin duda afectaría en lo las celebraciones que se acostumbran en México por motivo de los cumpleaños, los días conmemorativos de madres, abuelos, padres, niñas y niños. 

Fuera de casa veríamos quizá los cambios más significativos de la «nueva normalidad» de la CDMX. Celebraciones religiosas, conciertos masivos como los que la capital mexicana ha gozado durante las últimas décadas, festivales y manifestaciones podrían ser prohibidos por algún tiempo puesto que estos son igualmente catalogados con una intensidad de contacto alga y un número de contactos alto, lo cual significa a su vez un alto riesgo de transmisión, lo que daría la oportunidad para que uno de esos se vuelva un nuevo brote de Covid-19.

Sin embargo, la industría del espectáculo intenta salir adelante, y en el caso de la música se ha pensado en adaptarse ofreciendo conciertos que son transmitidos en streaming, tal como hace algunos días lo anunció y realizó la banda mexicana Hello Seahorse.

Ante la necesidad económica, los restaurantes podrían abrir, sin embargo, deberán atender solo a una tercera parte de su capacidad; no obstante, podríamos estar presenciando el incremento de las medidas de limpieza del lugar que irían desde la desinfección de mesas, asientos, condimentos y las terminales de pago con tarjeta.    

La Asociación Nacional Restaurantera de Estados Unidos elaboró una guía de reapertura ante la presencia de Covid-19 en donde se pide  limitar el contacto entre el personal y los clientes, el uso de caretas o cubrebocas para los trabajadores, quitar limones y pajillas del área de bares para que no se encuentren expuestos ante los visitantes y evitar que la gente se congregue en las áreas de espera o de bar, diseñando un proceso para asegurar que incluso en estos se respeten el distanciamiento, así como de acceso a los baños sin tener tanto contacto con otros comensales o empleados. 

Junto a esto, se señala que cuando un empleado se presenta cin signos fe enfermedad, el encargado deberá identificar si corresponden a las del Covid-19 y seguir las políticas establecidas respecto a los permisos o incapacidades por enfermedad. 

Finalmente, el transporte público es una de las categorías de más alto riesgo dado que a excepción de los taxis, los autobuses, aviones y líneas de Metro o Tren Ligero tienen un alto contacto de intensidad y de contactos por su demanda masiva, por lo que el protocolo universitario pide abrirlos con medidas de mitigación cuidadosos, puesto que de suspenderlos esto afecta desproporcionadamente a las poblaciones de escasos recursos. 

De este modo, en la «nueva normalidad» el gobierno de la CDMX deberá tomar decisiones que puedan ayudar a la ampliación del confinamiento para trabajadores pertenecientes a grupos vulnerables, así como de estudiante, y una posible política de horarios laborales escalonados para aminorar la carga de sistemas de transportes como el Metro, cuyo principal problema es el sobrecupo que sus vagones tienen durante las horas pico.