Solo 9 mujeres han gobernado entidades de México en 40 años

México es uno de los países que actualmente se encuentran en una nueva evaluación de su democracia, ahora en cuanto a paridad de género a fin de abrir espacios de representación política y toma de decisiones a las mujeres.

A por lo menos 100 años del inicio de la discusión, hoy México parece comenzar a garantizar dichos espacios mediante mecanismos legales y cambios en su opinión pública, poniendo como muestra la última elección para conformar el Congreso de la Unión, logrando la que se autodefinió como ‘la legislatura de la paridad de género’.

Sin embargo, el tema no parece agotarse ahí sino apenas iniciar debido a que en la historia de México, aún en la más reciente a partir de las alternancias al frente de las gubernaturas y gobierno federal, puesto que al hacer una revisión nos encontramos con pocos casos de mujeres que han llegado a ungirse como gobernadoras de las entidades.

Bisnieta del general Manuel Álvarez Zamora, primer gobernador de Colima en 1857, e hija de Miguel Álvarez García, también exgobernador de Colima de 1919 a 1923, la hasta entonces senadora del Partido Revolucionario Institucional por Colima, Griselda Álvarez Ponce de León asumió como gobernadora de la misma entidad para el periodo 1979-1985.

Su paso por la política dejaría ver aquella formación profesional que tuvo en la Normal de Maestros durante el cardenismo, su inclinación hacia la escritura y su paso por instancias administrativas federales relativas al sector educativo. Bajo su lema «Educar para progresar», Grisla Álvarez impulsó diversas políticas en la materia para abrir el acceso a dicho servicio estatal a las mujeres.

Fue hacia ellas a quienes enfatizó parte de su política mediante la apertura del Centro de Apoyo a la Mujer para apoyar a aquellas que eran agredidas, impidiendo además que las mujeres dieran a luz en Colima estando en cárceles.

México parecía continuar abriéndose al cambio de su sistema político; sin embargo, ello no fue así del todo. A 40 años de dicho hecho únicamente 8 mujeres más han ocupado la titularidad del poder ejecutivo de alguna entidad o del Distrito Federal, ahora Ciudad de México.

Casi una década después de la elección de la primera gobernadora en México, en el contexto del inicio de la carrera por la Presidencia de la República que abriría paso al ‘Salinato’, Beatriz Paredes se hizo gobernadora de Tlaxcala para el periodo 1987-1992 a través del voto popular, coincidiendo en su sexenio con Dulce María Sauri Riancho, otra política del PRI que ascendía como gobernadora de Yucatán nombrada por el Congreso del Estado luego de que Víctor Cervera Pacheco renunciara el 14 de febrero de 1991.

Fue hasta 1999 cuando otra mujer volvió a ocupar un cargo similar en circunstancias similares. Rosario Robles Berlanga, entonces integrante de las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y compañera de partido del hoy presidente de la República, fue ungida como la primera jefa de Gobierno del Distrito Federal por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para terminar el trienio de Cuauhtémoc Cárdenas (1997-2000) luego de que renunciara al cargo para poder buscar su tercera candidatura a la presidencia de la República en el año 2000.

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Fue en ese año cuando México vivió su primera alternancia partidista en la Presidencia de la República, emulando ya las derrotas que el PRI había sufrido en algunas entidades durante los procesos de renovación de los gobiernos estatales. Zacatecas había sido ya objeto de ese cambio de colores al frente del gobierno con el triunfo de Ricardo Monreal como candidato del PRD en 1998, partido que refrendó su triunfo 6 años después con la candidatura de Amalia García Medina, volviendo así una gobernadora a ser electa por el voto popular.

Durante los siguientes dos sexenios presidenciales continuaron con la tendencia de solo un triunfo de una candidata en las 32 entidades federativas que conforman México. En 2007, Ivonne Ortega Pacheco se alzó con el triunfo como abanderada del PRI en Yucatán, convirtiendo a este estado en el único que ha estado bajo el gobierno de mujeres en más de una ocasión hasta el proceso electoral de 2018.

Ocho años después, en 2015, Claudia Pavlovich Arellano venció en las urnas al panista Javier Gándara Magaña para recuperar la entidad para el PRI y sus aliados luego del polémico gobierno de Guillermo Padrés Elías.

El proceso electoral de 2018 se llevó en un contexto distinto a todos los anteriores, no solo legal mediante el fortalecimiento de representación del género femenino en la postulación de candidaturas a cargos de elección popular sino también social y político. Ello permitió que la conformación del Congreso de la Unión fuera integrada casi en paridad de género, puesto de la LXIV Legislatura cuenta con 241 diputadas y 63 senadoras.

Todos los cambios también abrieron la posibilidad para que Claudia Sheinbaum y Martha Érika Alonso obtuvieran los triunfos en la CDMX y Puebla representando el primer triunfo para las mujeres en una elección estatal para sus partidos y entidades, sin embargo, este último caso tendría solamente una vigencia de 10 días dado que un accidente aéreo terminara con su vida.

Aunque pareciera una larga historia, en realidad es un mínimo de ocasiones en que se les ha permitido aspirar a cargos de tal índole a las mujeres. En la mira quedará 2021, año podría aportar un panorama distinto en medio del fortalecimiento del movimiento feminista en México durante el último año y la relevancia que está teniendo marcando parte de la agenda política del actual gobierno.