Ventas del Mercado de Artesanías La Ciudadela caen hasta 80% por falta de turistas

Vigilado por la estatua de José María Morelos y Pavón desde el parque que lleva su nombre, el Mercado de Artesanías La Ciudadela es uno de los puntos más importantes de venta de artesanías de toda la CDMX; sin embargo, hoy comerciantes establecidos en el mismo se quejan de que pese al reinicio de actividades desde el mes de julio sus ventas han caído hasta 80% al no haber turistas por la pandemia.

Elena Aguilar es una artesana con aproximadamente 25 años en el mercado, la cual se dedica a hacer y vender sus pulseras, diademas, bolsas y aretes, contando a La Hoguera que, pese a la reapertura y el paso de los días la gente no entra al mercado, obteniendo apenas entre 150 y 200 pesos diarios, siendo poco lo que gasta de ese ingreso para poder surtir nuevamente su espacio.

Durante el recorrido, en medio de una serie de pasillos semivacíos se encuentra limpiando su mercancía Manuel Chávez, empleado de uno de los locales dedicados a la venta de piezas de vidrio y cerámica, que confirmó y ahondó para el medio el diagnóstico dado por Elena. Este compartió que hasta la una de la tarde de este viernes únicamente había tenido una pequeña venta de 200 pesos, considerando que la baja en la clientela se debía tanto a la pandemia como por los trabajos que se están haciendo sobre avenida Balderas dificultando el acceso al mercado.

El comerciante declaró en entrevista para La Hoguera, que los ingresos han quedado también limitados debido a que, siguiendo las instrucciones del gobierno de la CDMX, los locatarios solamente pueden abrir 3 días a la semana dependiendo del color que se les haya asignado (rojo y azul), además de tener un horario obligatorio de 10 a 5 de la tarde.

Manuel relató que antes de que cerraran por completo el Mercado de Artesanías La Ciudadela, en el mes de marzo, ya había poca gente ante el miedo que desató la transmisión del Covid-19. “Abrimos a principios de julio aquí el mercado y te digo, hay días que sí vendemos, porque llegan clientes que ya teníamos de años. Y pues esos días sí se vende, pero debido a que no hay mucho turismo, es poco lo que ha habido», comentó.

Pese a que esas ventas aseguran un ingreso, el vendedor comentó que en el local han pasado de tener un promedio de 2 mil a 3 mil pesos diarios a ventas de solo mil pesos, habiendo días con menor ingreso como la ocasión cuando en toda una jornada de trabajo únicamente vendió 200 pesos de mercancía.

El menor ingreso ha tenido a la vez sus primeros efectos al forzar a ver reducidos sus salarios en 30%; sin embargo, señala que el que el dueño del establecimiento les haya seguido pagando pese al cierre de sus cortinas, en los primeros meses de la emergencia sanitaria, les ha sido de gran ayuda, contando por último que por ahora deberán tener paciencia ante este escenario puesto que cree que en realidad todo se normalizará hasta el próximo año “si no es que se extiende”.

A estas historias al interior del mercado se le suma la de Esther Barrientos, quien tiene aproximadamente 33 años trabajando en el Mercado de Artesanías La Ciudadela y representa ahora la tercera generación de su familia que ha trabajado en ese local. “Estamos un poco preocupados porque no tenemos turistas”, dice la comerciante para La Hoguera, apuntando que las ventas se han visto muy bajas calculando que estas han disminuido hasta en 80%.

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Esther menciona que el verano era una época importante debido a que se recibía en el Mercado a muchos turistas extranjeros, pero que este año eso no sucedió debido a la pandemia, esperando que mejoren sus números a través del consumo del turismo nacional y local con la llegada de las fiestas patrias o en diciembre, cuando suelen trabajar un poco más.

La experimentada comerciante de artesanías comentó que ellos suelen comprar artesanías a personas que provienen de distintos estados, pero que ante la difícil situación de no poder colocar con facilidad los productos en estas últimas semanas les han dejado de adquirir los productos a quienes los fabrican, abasteciendo el local solo con la mercancía comprada anteriormente.

Su preocupación también radica en que su local es la única fuente económica que tiene, devela Esther, finalizando que ante la baja de sus ingresos por ahora han tenido que modificar sus dietas dejando los antojos o gustos para otras ocasiones y alimentándose únicamente con lo que hay al día.

Antes de retirarnos La Hoguera fue testigo de un diálogo entre uno de los comerciantes de talavera y uno de los posibles compradores que estaba regateando el precio de uno de los juegos de ajedrez ofertados, desistiendo de llevárselo al no poder lograr bajar el precio.

Ante ello, el medio cuestionó al vendedor sobre lo ocurrido, teniendo como respuesta que esta es una práctica muy común y que ahora es entendible debido a los tiempos que se viven pero que defienden el precio de sus productos debido a que una artesanía es algo que no se puede encontrar en otras partes, además de su elaboración implica varios días de trabajo y cuidado.