“Va por México”: la alianza rota en Oaxaca y Quintana Roo por los intereses del PAN y el PRI

Pese a que el costo de arrebatar a Morena y aliados algunas diputaciones federales fue perder 13 de 15 gubernaturas, los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) decidieron repetir la fórmula «Va por México» para cuatro de las seis gubernaturas que estarán en disputa el próximo 5 de junio.

El 13 de diciembre de 2021, Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, presidentes del PAN, PRI y PRD respectivamente, anunciaron que sus partidos irían juntos por las gubernaturas de Hidalgo, Aguascalientes, Durango y Tamaulipas. La intención, reiteró Cortés Mendoza, es evitar que la ola de gobiernos morenistas se expanda y «destruya avances en esas entidades».

No obstante, Zambrano Grijalva y ‘Alito’ Moreno aseguraron que la alianza no tenía únicamente encumbrar gobiernos con una composición pluripartidista de los tres participantes, sino que buscarían acuerdos para promover cambios legislativos locales para incluir la figura de las coaliciones de gobierno y una plataforma de trabajo con puntos comunes de las tres fuerzas.

Pese a ello, el líder del PRI comentó que todavía no había acuerdos en Quintana Roo y Oaxaca para consolidar esta misma estrategia para frenar el avance del partido de presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

El reparto de las candidaturas en esta ocasión fue respetando al partido gobernante de la entidad que estará bajo disputa. Hidalgo , actualmente gobernado por el partido tricolor, tendrá unaa candidata de extracción priista: Carolina Viggiano Austria; en Aguascalientes y Tamaulipas fue el partido blanquiazul el que decidió poner a María Teresa Jiménez Esquivel y César Augusto Verástegui Ostos.

Sin alianza por el “paraíso”: El rompimiento del PRI en Quintana Roo

Durango, fue la excepción y ejemplo perfecto de sobreponer intereses aliancistas al del partido, pues gobernado por el panista José Rosas Aispuro, la coalición tendrá en el priista su Esteban Villegas Villarreal a su candidato, quien incluso enfrentó al primero en las pasadas elecciones. Sin embargo, pareciera que el PRI quiso exprimir la última gota de su aliado «izquierdista» en el otro extremo de la República.

Para Quintana Roo, solo PAN y PRD acordaron aliarse para buscar impedir que Mara Lezama, de Morena, triunfe. En este caso, el partido del ‘Sol Azteca’ llevó mano en Quintana Roo por gobernarlo uno de los suyos, Carlos Joaquín González, y puso a su diputada Laura Lynn Fernández Piña como su abanderada; no obstante, esta vez parece que la lógica de las otras candidaturas no se respetó.

El 6 de enero, el secretario técnico del Consejo Político Nacional del PRI, Pablo Angulo Briceño, dio a conocer en su página de Facebook que la Comisión Política Permanente aprobó que tendrían un candidato propio en la elección a la gubernatura del estado del sureste mexicano. Solo dos semanas después la legisladora federal fue presentada por Jesús Zambrano y Marko Cortés como su candidata.

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El pasado priista (1999-2016) que le valió ser secretaria de Turismo de Roberto Borge Angulo, último gobernador priista de la entidad, no le fue suficiente a Laura Lynn Fernández para ser apoyada por el PRI. Aunque en un inicio no se hizo pública la diferencia con su perfil, parecería que su pasado con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y haber sido originalmente postulada a la Cámara de Diputados por la coalición Juntos Haremos Historia, con Morena y el Partido del Trabajo (PT), le impidieron el visto bueno de la cúpula priista.

Esto porque el 5 de mayo Alejandro Moreno declaró en una conferencia de prensa que su partido no declinaría a favor de ella y continuaría apoyando a Leslie Hendricks. La razón de ello, dijo, es que es la única opción que tienen los electores sin un antecedente que le vincule al ahora partido oficalista, al cual el exgobernador de Campeche ha calificado como “una tragedia para México” en distintas ocasiones recientemente.

Oaxaca, intereses blanquiazules por encima de la coalición

En el caso de Oaxaca, el PRI y PRD decidieron arropar juntos a Alejandro Avilés Álvarez, coordinador del grupo parlamentario tricolor en el Congreso local. El 17 de marzo, la secretaria general del partido de izquierda, Ariadna Díaz, señaló que la decisión de apoyar al político priista era para unir fuerzas al prever que habría una «elección de Estado» a favor del candidato de la 4T. De manera particular, la perredista denunció que se estaban condicionando los programas sociales por parte del gobierno federal para beneficiar a Morena.

Contrario a lo que sucedió en la península de Yucatán, el responsable del fracaso por consolidar la alianza electoral “Va por México” en la entidad del sur del país fue el PAN. Casi dos meses antes, el 21 de enero, Marko Cortés informó en conferencia de prensa que su organización iría sola en la búsqueda de la gubernatura, pues condicionó el ir en coalición con los otros dos partidos a que fuera el suyo el que eligiera quién ocuparía la candidatura pese a ser un territorio gobernado por el PRI.

«Hemos acordado que, para el proceso electoral de la gubernatura en el estado de Oaxaca, Acción Nacional apostará por nosotros mismos. Acción Nacional irá solo a la contienda a la gubernatura, o bien, acompañado de partidos que en la figura de candidatura común así desearan sumarse a quien resulte nuestra candidata o nuestro candidato”, dijo.

De manera similar al llamado que panistas y perredistas hicieron al PRI en Quintana Roo para declinar en favor de su candidata, en esta entidad también se le hizo un llamado al PAN para que Antonia Natividad Díaz Jiménez inste a sus seguidores al voto útil en favor de Alejandro Avilés a fin de que aspire a ganarle a Salomón Jara, candidato de Morena, PT y PVEM.

El 24 de mayo, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano declararon que las dirigencias continuarían platicando para ver las posibilidades de hacer una declinación final en las entidades costeras del Caribe y Pacífico mexicano. Sin embargo, solo tres días después Natividad Díaz declaró en su evento de campaña que lucharía hasta la recta final y no declinaría por nadie, dado que ella no hizo alianzas porque “unirse con los otros representa aliarse con la delincuencia», algo que no estaba dispuesta hacer porque «exigir justicia no es un capricho, es un derecho».