Sheinbaum libra marrullerías de Xóchitl Gálvez en segundo debate

El segundo debate convertido en un ring por la candidata del PRI, PAN y PRD, Xóchitl Gálvez Ruiz, como una de sus últimas oportunidades para remontar en las preferencias electorales que la ponen al menos 20 puntos por debajo de la morenista Claudia Sheinbaum Pardo, se lanzó desde el primer minuto del encuentro contra su adversaria a hacerle las mismas acusaciones del primer debate, a las que de principio le funcionaron, pero que la izquierdista prefirió ignorar en el segundo tramo.

Entre sus embates, Xóchitl Gálvez acusó a Claudia Sheinbaum de ser la responsable de la tragedia de la caída del Colegio Rébsamen en Tlalpan, durante el sismo del 19 de septiembre de 2017, así como de la caída de un tramo elevado de la Línea 12 del Metro en la CDMX. Asimismo, señaló nuevamente que su familia está inmiscuida en el caso de los Panama Papers y añadió e “invadió, robó y escondió una casa de cuatro que tiene”.

La furibunda candidata arreció en sus ataques siguiendo las recomendaciones del ‘go negative’ de personajes como el excanciller foxista Jorge Castañeda Gutman, el escritor Héctor Aguilar Camín y el publicista Carlos Alazraki. Siguiendo el “manual” de los derechistas, intentó interrumpir a la candidata de Morena, PT y PVEM en reiteradas ocasiones, así como exhibir pancartas cuando no era su turno, lo cual le causó el regaño de la moderadora Adriana Pérez Cañedo en al menos tres ocasiones.

Por su parte, Claudia Sheinbaum en un inicio respondió a cada una de las acusaciones que le propinaba la desencajada candidata de la derecha, tanto que en dos ocasiones se terminó su bolsa de tiempo de cinco minutos sin tener oportunidad de hacer propuestas concretas, pero que en los siguientes corrigió y evitó la confrontación ignorando los señalamientos.

Sin embargo en su primera oportunidad, la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México mostró una gráfica en la que se señalaban los 17 contratos millonarios que una de las empresas de Gálvez Ruiz recibió de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) cuando ella era titular de la Comisión Nacional de Pueblos Originarios, lo que subrayó “es ilegal”. A partir de este momento se refirió a ella como “la candidata corrupta”.

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Ante esta acusación, inmediatamente la panista respondió que su empresa paga impuestos y que los contratos son completamente legales, porque los obtuvo de otra dependencia no de la que ella dirigía, es decir, admitió que sí recibió las cifras millonarias por parte del gobierno del panista Vicente Fox Quesada, del que era parte.

“No vale la pena responder a las mentiras de la candidata corrupta”, aseguró Sheinbaum Pardo, en reiteradas ocasiones, luego de que la derechista insistiera en obtener respuesta a los cuestionamientos de que sí investigaría a los hijos del presidente Andrés Manuel López Obrador, a Rocío Nahle, pero le reviró un “presenta tus denuncias”, para después dar paso a hacer propuestas en materia económica y de infraestructura como la construcción de Cablebuses y Trolebuses en distintas ciudades del país.

Pese a llamarla despectivamente “La candidata de las mentiras”, “La candidata del combustóleo” y “La científica”, además de acusarla de no haber hecho nada contra la contaminación capitalina e incluso recibir y actuar órdenes de hombres, esta no soportó que fuera llamada “candidata corrupta”. Ante ello, acusó a la aspirante morenista de ser una “narcocandidata”, solo minutos después de llamar a Morena “narcopartido”, algo que no pudo sustentar, dado que no ofreció prueba alguna para hacer tal señalamiento, pero que reveló la campaña sucia que desde hace 12 semanas ha estado en tendencia en redes sociales y que el dirigente de Morena, Mario Delgado Carrillo, ha señalado a la oposición de estar detrás de esta.

Claudia Sheinbaum también evidenció la contradicción en los dichos de la también senadora del PAN pues mientras aseguraba defender a los pueblos indígenas fue parte de la represión que el gobierno de Vicente Fox y del priista Enrique Peña Nieto ejercieron sobre el pueblo de San Salvador Atenco, en el Estado de México, porque querían ahí construir el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Señalamiento al que nunca dio respuesta Xóchitl Gálvez.

Finalmente, Gálvez Ruiz indicó que votar por la 4T sería claudicar ante la corrupción, la violencia, la falta de medicamentos y el autoritarismo. Por el contrario, afirmó que votar por el PAN, PRI y PRD es apoyar la vida, la verdad y la libertad, así como “traer la vida donde se pasea la muerte”. En tanto, llamó a los simpatizantes de los partidos que la postulan a apoyarla, así como a los morenistas decepcionados.