Presupuesto del Poder Judicial es una falta de respeto a la gente; “deben recapacitar”

El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que la propuesta de presupuesto por más de 84 mil 792 millones de pesos que pidió la ministra presidenta Norma Piña Hernández para el ejercicio fiscal del Poder Judicial de la Federación “es una falta de respeto para el pueblo de México” porque no se hizo “con un plan de austeridad”.

En conferencia de prensa mañanera, el mandatario federal recordó que además el presupuesto que pide la también presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tiene un 4 por ciento de aumento respecto al del año pasado y eso sin contar que tienen un fideicomiso por más de 20 mil millones de pesos, por lo que calificó la petición de “prepotencia y mucha arrogancia”, pero dijo que eso lo hacen porque se sienten protegidos por la oligarquía.

Contrario al alto monto solicitado, el presidente les pidió a los integrantes del Poder Judicial “recapacitar”, pues le dijo que tampoco se trata de que no tengan recursos para el cumplimiento de sus funciones, sino que tengan sí para sus salarios y lo que requieren, “pero no en exceso”. Es más, les pidió hacer lo que decía Benito Juárez, cuadro que tienen en la Corte, que los funcionarios deben aprender a “vivir en la justa medianía”.

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O acaso, cuestionó, “¿no tienen un guía, alguien, un personaje que los inspire?”. El presidente insistió en que el Derecho tiene que ver con la gente, con la justicia y con la honestidad.
Pese a que recordó que el Poder Legislativo, la Cámara de Diputados específicamente, es la única instancia con facultades para hacer ajustes o recortes en los presupuestos solicitados por los otros poderes, y no el Ejecutivo, el mandatario dijo estar seguro que seguramente el Judicial encontrará un “un recoveco o una interpretación legal” para tener un amparo y poder tener el presupuesto planteado.

Sobre ello, recomendó a los diputados dar un presupuesto con el que el Poder Judicial cumpla con sus funciones, pero también reiteró su llamado a que haya una reforma profunda y “tajante” dentro de este poder como última medida de recomposición, para que los jueces, magistrados y ministros sean electos de manera democrática por el pueblo.