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A Fuego Lento

Panismo: el derecho a exigir que me callen a billetazos o portarme mal

Vicente Fox
Foto: Facebook / Vicente Fox

En el siglo XX, era común escuchar en política el dicho “Ya le hizo justicia la Revolución” cuando algún político alcanzaba un cargo y con ello los privilegios obtenidos por la clase política surgida del movimiento de inicios de ese siglo y forjadora del sistema de partidos. El panismo, con su conservadurismo y una carga religiosa, supuestamente buscaba combatir la distorsión del Partido de la Revolución Mexicana (PRM) que luego pasó a ser el Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque pareciera que eso quedó muy lejos.

De ahí surgió Vicente Fox Quesada, quien causó nuevamente mella al señalar que confía en que Xóchitl Gálvez le quitará los apoyos económicos a los “huevones” para ponerlos a trabajar. Dicha frase fue la más escandalosa de otra entrevista donde se sinceró de nuevo, tal como hace 17 años cuando dijo que “ya se iba y podía decir cualquier tontería”.

Pero justo una de las ideas que pasó por alto la mayoría de analistas y periodistas fue la referente a la “importancia” de su pensión como expresidente. Aunque algunos bien señalaron que esto era muestra de los privilegios del viejo régimen, poca atención prestaron a su intento de normalizar que los expresidentes traicionen para obtener un beneficio si se les quita su pago posterior al servicio que brindaron, así implique algo funesto para la gente:

“Los presidentes deben tener tranquilidad, los expresidentes igual, sucede en todo el mundo, no hay que mandarlos a la hoguera porque luego se portan mal”, pronunció textualmente muy quitado de la pena.

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Pero este no es el único caso del panismo exigiendo dinero para “portarse bien”. Aunque dentro de los valores católicos que dieron forma a la institución blanquiazul está el mandamiento “no robarás”, usted, querido lector, debe recordar que Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo de Felipe Calderón, aseguró en 2017 que él no podía renunciar a una parte de su salario como senador y preguntó que si debía ir “a robar o qué” en caso de aceptar esa «demagogia», ya que juraba no tener más ingresos (como si estos hubieran sido de un salario mínimo, ese que subió once pesotes en el sexenio de su entonces patrón).

Tal parece que dentro del PAN no se heredó el confiar en que “les hará justicia la Revolución”, sino la idea de que si no les toca, tienen derecho a buscar hacerse “justicia por propia mano”. ¿Será que por eso vimos también a Calderón y su secretaria de energía, Georgina Kessel, partir a Iberdrola años después de su mandato? ¿Y los valores con los que juzgan al mundo? Bien, gracias.

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