La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recortó los pronósticos de crecimiento de México a 5.9% en 2021 y 3.3% en 2022. Esto en medio de un escenario de crecimiento mundial desequilibrado que, según indica la organización, refleja las condiciones sanitarias y políticas de cada país, mismas que crean incertidumbre y más riesgos a la baja.

La OCDE señaló en sus nuevas «Perspectivas económicas» que el Producto Interno Bruto (PIB) de México no tendrá un crecimiento del 6.3% en 2021, como señaló en septiembre, sino únicamente 5.9%; asimismo, ajustó a la baja el 3.4% de 2022 para 3.3% y proyectó que la economía en 2023 tendrá un crecimiento del 2.5%.

Pese a dicha caída en las estimaciones, el organismo internacional consideró que las exportaciones mexicanas seguirán beneficiándose de la fuerte recuperación en Estados Unidos (EU) y que el consumo se verá respaldado por la mejora gradual del mercado laboral y la proporción cada vez mayor de población vacunada. Asimismo, pronosticó que la inflación se desacelerará gradualmente en 2022 y 2023 después del aumento de 2021.

La OCDE apuntó que México podría beneficiarse aún más si el crecimiento en EU es más fuerte de lo previsto, ya que las exportaciones y la creación de empleo podrían ser más sólidas; asimismo, comunicó que la perspectiva podría ser mejor si el bloque norteamericano logra una integración de la cadena de suministros en el marco del T-MEC. Por último, no descartó que la recuperación del turismo pueda ser más fuerte de lo previsto, lo cual podría impulsar la creación de empleos en algunas regiones.

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Sin embargo, la OCDE también señaló que las perspectivas de inflación siguen siendo muy inciertas y están sujetas a riesgos, de modo que el aumento de precios puede ser mayor y durar más de lo anticipado, lo cual provocaría una erosión del poder adquisitivo de los más vulnerables. Ello, advirtió, requeriría de un endurecimiento de la política monetaria mayor que el proyectado, lo que debilitaría la recuperación.

«Si la recuperación se tambalea o la pandemia resurge, el gasto en protección social y la inversión pública debería aumentar aún más y retrasar la reducción gradual planificada del déficit fiscal. La política monetaria debería endurecerse más gradualmente si la inflación no converge hacia la meta del 3%», dijo. Además, para esos casos, sugirió mejorar las regulaciones comerciales a nivel subnacional para disminuir cargas administrativas y costos monetarios para formalizar nuevas empresas a fin de aumentar la inversión privada y crear empleos formales.

Finalmente, la OCDE dijo a México que de aumentar los casos de Covid-19 será necesario restaurar medidas de mitigación de los contagios que obstaculizarán nuevamente las actividades económicas; en tanto, indicó que los episodios de volatilidad financiera en otras economías de mercados emergentes pueden desencadenar una mayor aversión al riesgo, reducir las entradas financieras netas y aumentar los costos de financiamiento.

Actualmente la OCDE es dirigida por el australiano Mathias Cormann, exministro de Hacienda de Australia y exsenador perteneciente al Partido Liberal, de centroderecha, luego de que el pasado 1 de junio sustituyera al mexicano José Ángel Gurría como secretario general de la organización.