Marina ayudó a PGR y Seido a construir la verdad histórica realizando torturas, concluye GIEI

“Los miembros de la Secretaría de Marina (Semar) detuvieron y torturaron a varios detenidos y con base en esa tortura se hizo la llamada versión histórica junto con Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) y la Procuraduría General de la República (PGR)”, sentenció el Carlos Beristain, integrante del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) al rendir un su último informe sobre el caso de los 43 estudiantes de la normar rural ‘Raúl Isidro Burgos’ de Ayotzinapa desaparecidos en 2014 en Iguala, Guerrero.

“Tuvimos información de que, realizaron un operativo de inteligencia de carácter reservado con un grupo especial de inteligencia del que no hemos conocido casi nada, llevando a cabo detenciones y torturas en el que hemos identificado el resultado de muerte de dos personas en esos operativos no se sabe quiénes son… solamente tenemos una fotografía”, sostuvo.

En conferencia de prensa, los dos últimos expertos que quedaban formando parte del Grupo creado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) perteneciente a la Organización de Estados Americanos (OEA) aseguraron que un grupo de la Marina realizó un monitoreo de las comunicaciones además de que se tiene evidencia de una fotografía en la que se observan a dos cuerpos con vendas en las manos, además de que tienen conocimiento de que hubo otras cinco personas de las que no se tiene certeza de qué ocurrió con ellos.

Te puede interesar: “Nosotros vamos a continuar la investigación sobre Ayotzinapa”, dice AMLO ante salida del GIEI

Sin embargo, reconocieron que no se tiene evidencia de que los miembros de la Marina hubieran intervenido la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre, pero sí de que actuó inmediatamente después, a partir del 28, presuntamente para cuestiones de seguridad perimetral.

“Es decir asegurando lugares para que se pudieran hacer diligencias y como saben la participación de los buzos en el Río San Juan, municipio de Cocula, donde se encontró una bolsa oficialmente el día 29, de septiembre del 2014, saben de la visita que hizo Tomás Zerón, quien se desempeñó como titular de la Agencia de Investigación Criminal, con un detenido el día 28, todo eso nosotros lo descubrimos e hicimos público en nuestro segundo informe y una bolsa donde se encontraron los restos de Alexander Mora. Esa es la versión oficial”, recordó.

Asimismo, los especialistas Carlos Beristain y Ángela Buitrago expresaron su molestia por la falta de cooperación del Ejército mexicano en la investigación, pues pese a que han hecho ocho solicitudes formales de información desde hace más de un año, la dependencia se ha negado a estregar dicha información, la cual consideraron es “vital y fundamental” para dar con el paradero de al menos algunos estudiantes.

Te puede interesar: Dictan formal prisión contra exmilitar ligado a caso Ayotzinapa

Desde el Centro Cultural Tlatelolco, Buitrago aseguró que la Sedena ha negado la existencia del Centro de Fusión de Inteligencia (CFDI) del cual se tiene constancia en al menos 16 documentos y de otras unidades que tienen información en tiempo real de lo que ocurrió la noche del 26 y madrugada del 27 en Iguala, así como de octubre de ese ya lejano 2014, cuando gobernaba el país el priista Enrique Peña Nieto.

Beristain aseguró que existe evidencia de que de que hubo colusión de integrantes del 27 batallón de Infantería de Igual con narcotraficantes, soldados que seguían de cerca a los normalistas por presuntos nexos con guerrillas.
Pues afirmó que con la nueva información de archivos militares que recién desclasificaron se puede asegurar que existen contradicciones sobre dónde se encontró el cuerpo de Julio César Mondragón, estudiante que fue torturado y desollado. “Existen tres informes contradictorios entre sí: uno del 41 batallón, del 27 batallón y de la policía municipal. En los tres se refieren datos diferentes sobre quién encontró el cuerpo y qué institución realizó el levantamiento”. Cuando oficialmente se decía que había sido hallado en Mexcaltepec, un sitio que lleva a la ciudad de Taxco.

Los expertos añadieron que también existe otra reserva de información que tiene en sus manos la Secretaría de Marina, en específico la Unidad de Inteligencia Naval, de la cual afirma no haber tenido conocimiento durante toda su investigación sino hasta apenas hace cinco días. Precisaron que estos miembros de la Marina obtuvieron esa información de un puesto de control que instalron en Coatepec de los Costales, comunidad del municipio de Teloloapan, de los que presumen debe haber un monitoreo e información sobre el destino de los muchachos.

Te puede interesar: Capturan a otro militar por caso Ayotzinapa; van 10 detenidos

Por otro lado, señalaron que el Cisen de Tomás Zerón de Lucio realizó un puntual seguimiento de los normalistas, y que uno de sus agentes estuvo en el lugar de la desaparición de al menos uno de los estudiantes.

Los expertos aseguraron que, pese a que se retiran de la investigación, el avance que tuvieron estos años es un parteaguas y que puede ser usado por generar el cambio que México necesita para acabar con la impunidad. “Nuestros informes son una herramienta para continuar. Lo que sigue es una nueva etapa”, afirmaron al tiempo que adelantaron que este miércoles se reunirán con el subsecretario de Derechos Humanos y encargado de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa (CoVAJ), Alejandro Encinas Rodríguez.

Finalmente, también reconocieron la voluntad política del presidente Andrés Manuel López Obrador, de quienes dijeron que sí la hubo en un principio porque fue una de las condiciones que pusieron para regresar a la investigación después de la ruptura que habían tenido, pero insistieron que de quienes no tuvieron respuesta fue de la Sedena y de otras instituciones a quienes les pidieron información adicional. “Nosotros le hemos informado puntualmente al Presidente de las negativas y mentiras. Hemos sido muy directos con él”, pero aseguraron que “existe el riesgo de que la mentira se institucionalice como respuesta. Eso es inaceptable”.