La de AMLO, ventaja electoral histórica

Desde la última vez que ocurrió un «cambio verdadero» en la democracia de México nunca se vio una distancia porcentual tan grande entre los candidatos a la presidencia de México.

En las elecciones de 2000, cuando dejamos al PRI de lado por primera vez desde 1929; Vicente Fox candidato por la Alianza por el Cambio (PAN-PVEM) tuvo una victoria con un margen de 6.4 por ciento a su principal competidor, Francisco Labastida.

En ese mismo año, fue que Andrés Manuel López Obrador llegó a un cargo por elección popular al ser nombrado como Jefe de Gobierno del Distrito Federal (ahora CDMX), y permaneció en el cargo hasta 2005.

En las siguientes elecciones, en 2006, el tabasqueño se lanzó por un cargo un poco más ambicioso, ya que se postuló para la presidencia de México. En esa ocasión, el entonces Instituto Federal Electoral (IFE) no pudo determinar un ganador sino hasta la noche después, debido a lo cerrada que había sido la elección.

Cuando anunció a un ganador, fue al abanderado del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón Hinojosa por un 0.58% de ventaja. Ante tales afirmaciones, Andrés Manuel declaró fraude y solicitó un recuento de votos.

Y esa fue la primera derrota de Obrador.

Posteriormente en 2012, en la segunda candidatura del ‘Peje’, cuando se enfrentó contra el candidato del PRI como principal oponente, Enrique Peña Nieto, AMLO sufrió su segunda gran decepción al perder por más de seis puntos.

Las protestas de los seguidores de AMLO por fraude volvieron a surgir, pero esta vez con mucha menos resonancia, y así fue como el 31 de agosto de 2012, Peña recibió la constancia de presidente electo.

En las elecciones que hemos vivido este 2018, la diferencia que se mantuvo durante toda la campaña electoral fue de cerca de 20 puntos, diferencia que se mantiene hasta los primeros minutos del PREP.

Andrés Manuel, el triunfo de un perseverante