Gana el arquitecto indio Balkrishna Doshi el Pritzker

El arquitecto indio Balkrishna Doshi ganó el Premio Pritzker 2018, galardón considerado el «Nobel de Arquitectura».

El artista de 90 años fue galardonado por su amplia carrera y «profundo compromiso social», el cual combinó con la tradición e historia de su país.

La Fundación Hyatt, ubicada en Estados Unidos y que concede este premio, citó en su comunicado una entrevista con el arquitecto, donde él mismo definió el significado de su trabajo y estética:

«Todos los objetos que nos rodean y la naturaleza misma (luces, cielo, agua, tormenta), todo es una sinfonía. Y esa sinfonía es de lo que se trata la arquitectura. Mi trabajo es la historia de mi vida, continuamente en evolución, cambiando y buscando, buscando eliminar el papel de la arquitectura y mirar solo a la vida», mencionó el arquitecto, quien inició sus estudios en 1947, cuando India declaró su independencia del Imperio Británico.

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El jurado del Pritzer destacó que «Doshi es muy consciente del contexto en el que se encuentran sus edificios. Sus soluciones tienen en cuenta las dimensiones social, ambiental y económica, y por lo tanto su arquitectura está totalmente comprometida con la sostenibilidad».

La organización detalló: «Siempre ha creado una arquitectura seria, nunca llamativa o seguidora de tendencia y con un profundo sentido de responsabilidad y un deseo por contribuir a su país y su gente a través de una arquitectura auténtica de alta calidad».

Entre sus construcciones destacadas se encuentra el Indian Institute of Management Bangalore, edificado en 1983; su estudio «80 Sangath», construido en 1979; el Instituto Nacional de Tecnología de la Moda de la India, en 1989, y el «Amdavad ni Gufa, construido en 1990.

Destaca que la mayor parte de su obra está concentrada en su país natal, y no dispersa por diferentes ciudades alrededor del mundo, como en el caso de otros arquitectos ganadores de este premio.

Balkrishna Doshi junto a su maestro Le Corbusier

Su obra fue influida en un primer momento por Le Corbusier (considerado por muchos como el mejor arquitecto del siglo 20); Doshi trabajó con él en los años 50. De ahí devino su interés por una arquitectura que fuera funcional (como lo planteaba el estilo de su maestro) pero también preocupada por las referencias culturales y la «poesía» relacionada con su infancia y con la historia de la India: «La vida celebra cuando el estilo de vida y la arquitectura se funden», es el lema sobre el que versa su obra.

En 2017 el Pritzker cayó en manos de tres arquitectos españoles: Rafael Aranda, Carne Pigem y Ramón Vilalta. En 2016 el premio fue para el chileno Alejandro Aravena, y en 2015 fue para el arquitecto alemán Frei Otto.

En respuesta al galardón, el indio dedicó su premio a Le Corbusier, a quien considera su «gurú»: «Sus enseñanzas me llevaron a cuestionar mi identidad y me forzaron a descubrir nuevas expresiones contemporáneas adoptadas a nivel regional para desarrollar un hábitat holístico sostenible».

Doshi es reconocido en su país como un mecenas comprometido con las causas humanitarias. Una de sus obras, el Aranya Low-cost Housing, sirvió para darle hogar a 60 mil personas, a través de una composición de casa, patios y pasillos «laberínticos» basado en los modelos tradicionales para vecindades comunales en la India.

Doshi es el primer arquitecto indio galardonado con el premio, aunque no el primer asiático. El premio Pritzker ha siso entregado también a personalidades como el mexicano Luis Barragán y el brasileño Paulo Mendes de Rocha.