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El enredo de la UNAM: ¿qué hará con todas las tesis plagiadas?

El enredo de la UNAM: ¿qué hará con todas las tesis plagiadas?
Foto: Especial

En medio de la “investigación y análisis” que realiza la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través del Comité Universitario de Ética (CUÉTICA), sobre el presunto plagio de su tesis de licenciatura en el que habría incurrido la ahora ministra Yasmín Esquivel Mossa cuando era estudiante de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, queda la interrogante sobre qué hará la máxima casa de estudios con por lo menos cuatro estudiantes más que tienen una tesis igual que la de la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

De acuerdo con una revisión que La Hoguera pudo hacer en el sitio oficial de la universidad ‘Tesiunam’ donde se encuentra digitalizadas las tesis de los estudiantes de la institución, se encontró que al menos hay cinco tesis con igual o similar contenido que la denominada “Inoperancia de los sindicatos en los trabajadores de confianza del artículo 123 apartado A”.

Recordemos que en enero pasado el rector de la universidad, Enrique Graue Wiechers, solicitó la opinión de la Oficina de la Abogacía General de la institución para saber si era posible que la UNAM pudiera “retirar, cancelar o revocar el título académico” a Esquivel Mossa luego de que la FES Aragón determinara que había “copiado sustancialmente” la tesis a otro estudiante de la Facultad de Derecho, por lo que se siembra la duda si el rector también pedirá que se retire el título a los otros cuatro estudiantes.

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Las tesis en cuestión pertenecientes a Édgar Ulises Báez Gutiérrez, fechada en julio de 1986; a Yasmín Esquivel Mossa, en septiembre de 1987; a Juan Carlos Blanco Silva en 1993; Rodolfo César Navarro López en 2008, y Juan Carlos Martínez Mendoza en 2010, presentan iguales contenidos. E incluso las tres primeras son exactamente iguales, incluidos las faltas de ortografía y el uso de una coma entre el sujeto y el verbo. En estos tres trabajos de investigación que los tres estudiantes presentaron como propios durante su defensa ante los sinodales y que además personalizaron sus primeras páginas al hacer dedicatorias a sus familias, se muestra una copia fiel la una de la otra en el temario con la salvedad de que la de Báez Gutiérrez tiene dos subtemas como agregados.

Pero incluso los títulos de los trabajos son iguales en las dos primeras, solo que uno en plural y el otro en singular. La de Esquivel Mossa se titula: “Inoperancia de los sindicatos en los trabajadores de confianza del artículo 123 apartado A”, mientras que la de Édgar Ulises se lee: “Inoperancia del sindicato de los trabajadores de confianza del artículo 125 constitucional apartado A”. La tercera, la de Juan Carlos Blanco Silva, le cambiaron el nombre a “Sindicato para los trabajadores de confianza”. Todas estas investigaciones completas se pueden consultar en el sitio de tesis de la Universidad.

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Los otros dos proyectos “realizadas” en años más recientes, una en 2008 y otra en 2010, también copian el primer capítulo de la tesis original —que la ministra reclama que es suya porque afirma que la inició en 1985— sin dar crédito al estudiante que la desarrolló, es decir, también se adjudican como propio el contenido.

La tesis de nombre “La constitución de los sindicatos de los trabajadores de confianza” desarrollada en 2008 por el estudiante de la Facultad de Derecho Rodolfo César Navarro López copia en su totalidad el capítulo relacionado con los antecedentes del sindicalismo, alrededor de 39 cuartillas, cambiando únicamente algunas palabras por sinónimos.

La tesis más reciente, presentada en 2010 por Juan Carlos Martínez Mendoza estudiante de la Facultad de Derecho y que puso por nombre “El sindicato de los trabajadores de confianza y el recuento” también copia de forma puntual cada una de las palabras correspondientes al capítulo denominado “antecedentes del sindicalismo europeo y mexicano” escrito en el trabajo original.

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Es decir, se puede decir que al menos cuatro de las tesis planteadas fueron copia de una primera, y de ellas llama la atención que cuatro de las cinco fueron coordinadas por la misma catedrática, la maestra Martha Rodríguez Ortiz, quien confesó que ella había compartido con otros estudiantes la tesis original perteneciente a la hoy ministra de la Corte Yasmín Esquivel Mossa, cuya revelación le valió el despido de la plantilla de maestros de la Universidad después de más de 40 años de labor profesional y más de 500 tesis asesoradas, según sus propios dichos. El otro trabajo, el realizado en 1993 por Blanco Silva fue asesorado por la profesora María Estela González Vidal, de la que hasta ahora no sabemos si la UNAM impuso alguna sanción.

Pero estos cinco trabajos académicos no son los únicos que han incurrido en plagio o copia, la propia universidad en 2013, a través del Programa Universitario de Bioética, realizó una encuesta a estudiantes y profesores de diferentes niveles académicos desde preparatoria hasta posgrados en la que revelaron que al menos el 52 por ciento de los académicos aseguraron haber sido testigos de que un colega plagiara una tesis o tesina de licenciatura, maestría o doctorado.

Estos casos, afirmaron los encuestados, no los denunciaron debido a que opinan que en solo el i por ciento fueron castigados las personas que plagiaron los trabajos académicos. Por lo que sigue quedando la misma pregunta. A nueve años de este estudio, ¿por qué la universidad no ha hecho nada al respecto?

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