Def Leppard y Mötley Crüe unieron generaciones

Acudir a un concierto de grupos anglosajones de rock y ochenteros no es muy común para nuevas generaciones sobre todo porque hoy se busca que quien o quienes estén en el escenario utilicen la tecnología para hacer vistoso su show, dejando en segundo término las canciones.

Pero el pasado sábado fue algo muy singular. En el Foro Sol se congregaron unos 60 mil asistentes de por lo menos cinco generaciones para escuchar dos bandas que han tenido gran relevancia en el hard rock: Def Leppard y Mötley Crüe.

Cual ingleses, a las 20:00 horas en punto, Joe Elliott (voz, guitarra y teclado), Phil Collen y Vivian Campbell (guitarras), Rick Savage (bajo eléctrico y teclado), y por supusto, el gran Rick Allen (batería y percusión) abrieron boca para hacer que Def, se escuchara de nueva cuenta en nuestro país.

Take What you Want marcó el inicio del espectáculo de esta asociación musical con 46 años de historia. Seguirían Let’s get Rocked, Animal, Foolin’, Armageddon it y Kick, con lo que el público se entregó a corear cada una de las rolas.

Love Bites dio un poco un relax para disfrutar esa suave tonada con la que se le puede hablar a una dama, en tanto que Promises, subió el tono del show, lo mismo que This Guitar y When Love and Hate Collide, está última en acústico.

Posteriormente, Rocket se apropió del entarimado y le abrió el paso a Bringin’ on the Heartbreak, que expuso a una banda no solo coordinada, sino dispuesta a hacer lo que en los ochenta: marcar los tiempos.

Con Switch 625, las liras y la bataca fueron las protagonistas, y le dejaría la puerta abierta a Hysteria, quizá la rola más tocada de Def.

Con Pour Some Sugar on me la agrupación recordó sus peinados ochenteros, mientras que Rock of Ages, a Rick Allen, mucho antes de aquel terrible accidente donde perdió el brazo izquierdo, y rematar, a las 21:28 horas, con Photograph.

Tras 45 minutos, el turno fue para los angelinos de Mötley Crüe y sus 42 años en el rol, con todo y sus “chicas”, la misma técnica visual que ha utilizado la banda en esas cuatro décadas, y las cuales son parte esencial de la banda como Vince Neil (voz, guitarra rítmica, armónica), Nikki Sixx (bajo, teclados, piano), Tommy Lee (batería, percusión, teclados, piano) y John 5 (guitarra líder, talkbox).

Las hostilidades iniciaron con un himno para sus seguidores: Wild Side, seguir con Shout at the Devil y rifarse con Too Fast for Love, tres rolas que lograron que el respetable lanzara la señal del trinche con la mano derecha, esa que hiciera memorable Ronnie James Dio.

Don’t go Away mad (Just go Away), Saints of Los Ángeles y Live Wire, fueron el marco para que Looks That Kill siguiera moviendo al respetable y con The Dirt (Est. 1981), se mostró parte de su película que muestra a la banda tal y como es.

Luego, Vince Neil, presenta a Nikki Sixx y tras hablar de lo que para ellos significan tantos a años en el rock llega un solo de guitarra con John 5 para iniciar un homenaje a Gary Glitter con Rock ‘n’ Roll (Part 2); Brownsville Station y su Smokin’ in the Boys Room; The Beatles y Helter Skelter; Sex Pistols con Anarchy in the U.K.; así como a The Ramones con Blitzkrieg Bop.

Para ir cerrando se escuchó Home Sweet Home, con la que preparó el terreno para Dr. Feelgood, que sigue siendo una de las rolas más populares de la organización musical; Same Ol’ Situation (S.O.S.), y Girls, Girls, Girls, con la compañía de las chicas quienes le dieron al tema la sexualidad que necesitaba.
Primal Scream y Kickstart my Heart, remataron este show que arañó la media noche, y que difícilmente se repetirá.

Este concierto es la prueba de que desechar de un plumazo lo viejo significa no saber escuchar a la experiencia y dejarse llevar por las luces más que por los sonidos.

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