El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha dedicado la última semana a cuestionar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sin embargo, durante los últimos días ha enfatizado la existencia de un grupo hegemónico que controla la universidad.

Luego de reformar el Reglamento General de Pagos (RGP) de la UNAM, con el fin de cobrar cuotas de inscripción equivalentes a 15 días de salario mínimo para estudios de bachillerato y 20 en el caso de licenciatura, la huelga general estalló en abril de 1999. Tras meses de tensiones, el rector Francisco Barnés presentó su renuncia el 12 de noviembre, misma que comunicó públicamente esa noche.

Pese a ello, la normalidad no llegaría sino hasta el año 2000, después de un plebiscito donde se aceptó la «Propuesta Institucional» de dejar sin efectos los cambios al RGP, el retiro de procesos contra universitarios participantes en el movimiento y una revisión de otros reglamentos a través de un Congreso Universitario. Además, la Policía Federal Preventiva ocupó en febrero de ese año las instalaciones de la UNAM y detuvo y desalojó a la mayoría de los manifestaban que quedaban antrincherados en Ciudad Universitaria (C.U.).

Con el nuevo milenio y los acuerdos, la UNAM iniciaría una nueva etapa que al menos durará hasta 2023. Además de los compromisos adquiridos con el movimiento, desde el 17 de noviembre del 2000 la ‘Máxima Casa de Estudios’ ha estado bajo la rectoría de tres hombres surgidos de la Facultad de Medicina.

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El primero de ellos fue Juan Ramón de la Fuente, quien previamente había ocupado la secretaría de Salud en el sexenio de Ernesto Zedillo, último presidente de los 71 años consecutivos de gobiernos priistas. Pese a esto, el presidente López Obrador no ha hecho el mismo énfasis en la participación que tuvo su actual representante permanente de México ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en uno de los gobiernos «neoliberales».

Recientemente, incluso lo nombró como una de sus «corcholatas» a sucederlo en el cargo. Ello pierde extrañeza dado que el actual embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán, uno más de los “destapados” para 2024, fue otro integrante del gabinete de Zedillo Ponce de León. El también exsecretario de Educación de la 4T, fue secretario de Gobernación de diciembre de 1994 a junio de 1995, y secretario de Desarrollo Social de 1998 a 1999, puestos que dejó dos veces para fungir meses después como secretario general del PRI.

Luego de años de un proceso de estabilización interna, dirigido por el hoy diplomático, José Narro Robles pasó a encabezar los trabajos de la UNAM en 2007. Este fue el segundo médico al hilo en gobernar a la Universidad, cargo que ostentaría luego de ser el director de la Facultad de Medicina de 2003 a 2007.

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La cercanía con De la Fuente no fue únicamente visible al encargarle su alma mater durante su segundo periodo (2003-2007). En su pasado zedillista, el originario de Saltillo, Coahuila, fue nombrado subsecretario de Servicios de Salud y de Coordinación Sectorial de la Secretaría de Salud. Asimismo, Narro Robles tampoco representaba una persona ajena a grupos que encabezaron la Universidad.

«La designación del rector Narro quien, contando con el apoyo de diversos sectores de la comunidad y habiendo ocupado posiciones centrales en la política universitaria durante la gestión de cuatro rectores –Rivero, Carpizo, Sarukhán y De la Fuente–, representaba la indiscutible continuidad de la élite institucional», apuntó Hugo Casanova Cardiel, actual director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación, en su artículo “La UNAM. entre el 2000 y 2015: de la crisis a la estabilidad institucional”

En específico, el también exmilitante priista había sido secretario general de 1985 a 1991, durante los periodos de Jorge Carpizo McGregor y José Sarukhán Kermez. Por ende, le tocó vivir el movimiento del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) luego de que mediante el documento «Fortaleza y debilidad de la UNAM» (1986) se propusieran cuotas y cambios al pase reglamentado.

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Finalmente, en 2015 fue electo rector Enrique Graue Wiechers, quien había sucedido a Narro Robles como director de la Facultad de Medicina, misma que encabezó de enero de 2008 a noviembre de 2015. En esa ocasión, venció a Rosaura Ruiz, entonces directora de la Facultad de Ciencias y actual secretaria de Educación capitalina nombrada por Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de Ciudad de México y exintegrante del CEU.

La tradición de los rectores médicos en el siglo XXI parece haberse consumado en la Junta de Gobierno en 2019, cuando reeligió a Graue Wiechers al vencer a Angélica Cuéllar, directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), y el jurista Pedro Salazar.