Ciencia
Apolo 11, la travesía espacial: El despegue cumple 50 años
Este martes se cumplen 50 años del despegue del Apolo 11 y del preludio al alunizaje que fue, según Neil Armstrong, «un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad». Consolidada la «Revolución sexual», el rock and roll, la «Guerra Fría» llegó en aquel año a uno de los momentos más álgidos de la carrera espacial. Para entonces, la URSS había apuntado entre sus glorias el lanzamiento exitoso del primer satélite artificial y aún símbolo en la cultura popular de dicha generación, el Sputnik.
Además, había comenzado a poner en órbita a los primeros seres terrestres a través de la heroína «Laika», una perra tripulante del Sputnik 2, y Yuri Gagarin, primer ser humano en viajar por la órbita de la Tierra en 1961 tripulando la nave Vostok 1. No obstante, esto sería superado por los estadounidenses, sin embargo, su fallecimiento en 1968 le impediría ver la hazaña de Armstrong y compañía al viajar más allá y pisar suelo lunar.
¿Cómo fue entonces que Estados Unidos se quedó con el triunfo en la carrera espacial?
Apolo 9 y 10: Experimentos previo a la fase final
Con emoción, en enero de 1969 se informaba que el 28 de febrero de ese año se realizaría el despegue del «Apolo 9», tripulado por James McDivitt, David Scott y Russell Schweickart probando las condiciones del «Módulo de Excursión Lunar» (LEM) para el desembarco lunar; a la vez, se indicaba que el «Apolo 10» sería probado en los meses de mayo o junio para acercarse a la luna y en julio sería el intento definitivo del desembarco.
Una gripe en algunos de los tripulantes retrasó la salida del Apolo 9, sin embargo, el 3 de marzo este cohete espacial despegó junto al módulo lunar en Cabo Kennedy tras un trabajo especial de lanzamiento de aproximadamente 2 horas según periódicos de la época.
El periódico El Informal, de Guadalajara, comentaba que el portavoz de la NASA había informado que la maniobra de acoplamiento para volver a la Tierra había resultado de manera amortiguada y «coronada de éxito», lo cual daba luz verde a la posibilidad de enviar a seres humanos a la Luna en meses próximos.
El nuevo reto llegó para mayo. La United Press International volvía a compartir información con medios mexicanos, quienes señalaban que los cosmonautas del «Apolo 10» afrontarían peligros y riesgos como nunca antes al estar solo a 15 mil metros de la luna. En esta ocasión los tripulantes del viaje estelar fueron Tom Stafford, John W. Young y Gene Cernan.
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Los riesgos eran una realidad, puesto que detallaban que la construcción del módulo lunar no les permitiría por si solo regresar a la tierra y que al interior del mismo la vida de los astronautas podía estar asegurada únicamente por 48 horas en caso de quedar varados. La operación también debía ser cuidadosa. Según Gene Cernan, en caso de que el motor de descenso del vehículo fuera accionado 3 segundos tarde durante su primera maniobra autónoma en dirección a la luna había la posibilidad de estrellarse contra el satélite natural de la tierra.
La fecha de despegue llegó el 18 de mayo de 1969, momento histórico para el cual esperaban que hasta un millón de personas asistieran a playas cercanas a Cabo Kennedy a mirar el despegue de la nave entre las que estarían 2000 personalidades invitadas en la base espacial, destacando la presencia de los reyes Balduino y Fabiola de Bélgica.
El éxito volvió a estar del lado de la tripulación proveniente de la nación de la bandera de las barras y las estrellas. Esta vez, el viaje era acompañado por primera vez por cámaras que permitían una transmisión a color, aunque estas terminarían atascándose e impidiendo enviar mayor cantidad de material fílmico.
El viaje fue completado después de que la cápsula entrara a la órbita lunar y efectuar un recorrido alrededor del satélite terrestre mientras algunos diarios relataban aún los riesgos que estos vivirían en ese momento y hasta salir de esa zona. Su regreso a la tierra se dio el 26 de junio tras el acuatizaje en el Pacífico y afirmando que se encontraban en magnífica forma y se encontraban contentos por estar de regreso.
Surcando el horizonte: La hazaña del despegue
Las pruebas habían sido superadas, por lo que la NASA puso en marcha la última fase del ambicioso plan para que el ser humano alunizara con el proyecto Apolo 11. El 17 de junio, se anunciaba que se tenía programado que sería el domingo 20 de junio, a las 20:23 horas GMT cuando el módulo lunar, esta vez con Neil Armstrong y Edwin Aldrin, se posara en la Luna.
Los planes eran claros desde entonces. Armstrong y Aldrin estarían 21 horas y 27 minutos sobre suelo lunar para posteriormente despegar el módulo del mismo y dirigirse a la cabina madre que los estaría esperando en la órbita. De este tiempo, las primeras 11 horas con 54 minutos las dedicarían a descansar, comer y preparar el material para realizar la famosa caminata lunar que establecida para el 21 de julio a las 6:17 horas GMT.
El mes de julio iniciaba con la NASA presumiendo algunas de las nuevas características del Apolo 11 que permitirían un mejor alunizaje como las «patas» de la nave, las extensiones en los escapes de los motores y un depósito en donde se guardaría la famosa bandera de los Estados Unidos que en la mítica transmisión se vio ondear.
Ese mismo día, la agencia espacial estadounidense dio cuenta del último ensayo del conteo regresivo que sirvió para hacer ajustes técnicos y subsanar errores en una válvula de hidrógeno líquido para la tercera etapa del cohete, la cual falló en esa ocasión cuando se rompió.
Sin embargo, en esa prueba Armstrong, Michael Colins y Edwin E. Aldrin no estuvieron presentes por el riesgo que representaba el que los tanques estuvieran completamente abastecidos, presentándose hasta el siguiente día para hacer la última prueba de ellos antes de tomar unos días de descanso con sus familias previo a su travesía estelar reuniéndose nuevamente el 7 de julio para centrarse en los últimos detalles del procedimiento de regreso a la Tierra.
La fecha llegó y en punto de las 6:20 los astronautas se dirigieron a la rampa de lanzamiento para ingresar a la nave que los llevaría a formar parte de uno de los episodios más importantes de la historia puesto que alrededor de las 8:45 a.m. (hora de México) comenzaría el retiro de la torre de servicio para que la nave comenzara su despegue de la mano del cohete Saturno V.
De esta manera, Estados Unidos se volvía a consolidar al frente de la carrera espacial frente a la URSS, creando un evento en el que millones de personas, quizá incluso los soviéticos querían formar parte, a excepción del presidente Richard M. Nixon, quien prefirió verlo desde un televisor en la Casa Blanca «por si algo salía mal».
La historia apenas iniciaba. El paso estaba por darlo Armstrong, el salto la humanidad.
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