A Fuego Lento
AMLO, Ebrard y el vicepresidencialismo en la 4T
Andrés Manuel ha creado una peculiar manera de ejercer la Presidencia de la República, si bien se le puede achacar la concentración del gobierno federal en el Ejecutivo, ha dotado a Marcelo Ebrard de un poder pocas veces visto en un canciller. Rebasando, incluso, a Luis Videgaray, aunque sin llegar a opacar al presidente, como ocurrió con Peña Nieto.
El afán de Andrés Manuel de gobernar para México en México y desde México, además del desapego hacia la política exterior que demostró desde su primera candidatura, lo impulsaron a entregar este sector de la Presidencia a Marcelo. Quien, si bien no es el mejor diplomático que tiene el país, sí es uno de los políticos más hábiles y dominantes.
Mucho más que un canciller, Marcelo es el presidente fuera de México. Quien gestiona la diplomacia, orquesta la cooperación y busca la inversión. Sumado a que es una de las personas de mayor confianza para Andrés Manuel, el secretario de Relaciones Exteriores hace las veces de un vicepresidente de manera sui géneris.
Para muestra un botón: mientras Andrés Manuel batalla día con día para responder preguntas sobre el tema Venezuela, caminando entre cristales rotos para no salirse de su discurso de neutralidad, Marcelo, con toda naturalidad y control de la situación, admite sin empachos que sí, hay contactos con ambos bandos en el conflicto. Es decir, le comió el mandado al presidente en el asunto de mediar por la paz.
La Presidencia se habría dividido así: Andrés Manuel es el jefe de Gobierno, el ejecutor del Ejecutivo, la punta más alta de la administración pública y quien controla el accionar diario del país. Marcelo es el jefe de Estado, un funcionario que podría resultar ceremonial en la mayoría de los casos, pero que cumple con tareas específicas y aligera la carga de su contraparte.
Este tándem, que recuerda de facto a modelos que se emplean en lugares como Alemania o Italia, es uno de los activos más fuertes de la 4T. Dos animales políticos, depredadores natos, al frente de un país donde las oposiciones escasean y en un mundo de enconos. Luego entonces, el papel que Andrés Manuel le ha otorgado a Marcelo, ¿le da ventaja en la carrera para 2024? ¿O el canciller está viviendo ya su propio sexenio?
•Sheinbaum y la guerra contra Grin
Grin ya tiene una guerra declarada contra el gobierno de Claudia Sheinbaum. El martes la empresa comentó que la Secretaría de Movilidad (Semovi) estaba pidiendo dentro de sus requisitos información personal sobre sus usuarios. Eso, según la empresa estadounidense, infringe la confidencialidad de sus términos como empresa y que por tanto no podían facilitar la información perdiendo así el registro para operar.
Después de saber esto, la jefa de Gobierno hizo una cara de indignación y negó rotundamente la aseveración de la empresa. Afirmó que “el secretario de Movilidad (Andrés Lajous) sería incapaz de hacerlo” y que “jamás se pidieron datos personales”.
En seguida, la mandataría explicó que “lo que se pidió es que las ubicaciones de las bicicletas y de los patines estuvieran disponibles en una plataforma” algo que se requirió a todas las empresas por igual ¡y que sí cumplieron!
Ante la pregunta de si demandaría a la empresa “por difamación” la mandataria dijo que no entrará más en debate con ellos, “hay un juicio que se está llevando, un amparo, lo está llevando la Semovi y el objetivo del gobierno es lo mismo, es ordenar”.
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