Álvarez Icaza reprueba que se criminalice a migrantes

El senador Emilio Álvarez Icaza volvió a cuestionar la agenda migratoria manejada actualmente por el gobierno mexicano y la región de Centroamérica al mencionar que la política de contención, detención y deportación migratoria criminaliza a los migrantes y violenta sus derechos. Esto en su participación en el Foro “Los desafíos de la movilidad humana y los Derechos Humanos. Guatemala, Honduras, El Salvador, México. Construyendo nuestra propia agenda”, en la ciudad de Guatemala

En la conferencia brindada, el senador Emilio Álvarez Icaza afirmó que existe una preocupación por el hostigamiento de los criminales como por parte de las autoridades mexicanas en contra de los migrantes y de los defensores de los derechos humanos y sostuvo que “la política de contención, detención y deportación migratoria criminaliza a los migrantes y violenta sus derechos”.

Asimismo, expresó su rechazo, junto a l procurador de los Derechos Humanos de Guatemala, Augusto Jordán Rosas Andrade, a asumir los ‘acuerdos de tercer país seguro’ y de pactos que socavan el derecho de las personas solicitantes.

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Este dijo que todos los presidentes de la región están haciendo una competencia “para ver quién hace el papel más vergonzoso” para “arrodillarse” ante Donald Trump, por lo que exhortó a conocer los alcances de los compromisos y obligaciones adoptados por los gobiernos de Centroamérica y México con el gobierno de Donald Trump y conocer a cambio de qué fueron aceptados.

Por el contrario, recomendó a los presidentes de Centroamérica y México el trabajar en conjunto y convocar, como bloque, a la CIDH, a la OEA y ONU, ya que se necesita que representen a los países con dignidad, dado que, si bien existe una interdependencia económica de Estados Unidos, pero también existen aliados en el extranjero para mantener la soberanía de los países y en contra de las medidas de presión de Trump.

Finalmente, reconoció el trabajo que desde las iglesias se ha hecho para recibir a los refugiados, siendo un “mundo al revés” ya que mientras éstas los asilan con mucho esfuerzo, el estado no les ofrece apoyo sino que persigue a los defensores de los derechos de los migrantes.